La última semana se ha presentado mayormente seca, con algo de actividad entre viernes y sábado, momento en que se observaron algunos registros menores principalmente sobre zonas costeras del Río Uruguay. Hacia el interior en general la nubosidad observada no dejó precipitaciones, más allá de algunas lloviznas muy modestas y dispersas.
Este patrón seco ha imperado durante toda esta primera quincena en casi todas las zonas agrícolas del país. Si bien se han concretado eventos pluviales, los mismos han sido en general muy modestos, transfiriendo gran presión a las últimas semanas del año, si es que se quiere encaminar el desarrollo de la campaña.
Durante la jornada de ayer, un rápido pasaje frontal provocó precipitaciones generalizadas en la provincia. La oferta de agua tendió a presentar registros cercanos a los diez milímetros, pero puntualmente se observaron algunos chaparrones que llegaron a duplicar estas marcas. Si bien el volumen de estas precipitaciones no se alinea con la demanda, al menos aparecen señales de reactivación.
Las próximas jornadas serán muy complicadas ambientalmente. Con altas tasas de insolación y con marcas térmicas que orillarán registros cercanos a los 35 ºC, el escenario se vuelve muy hostil para los cultivos implantados.
Es necesario entender que sin la persistencia de estas masas de aire tropical, será imposible poner expectativas en una recuperación pluvial. El precio que hay que pagar hasta que esta mejora se haga efectiva se mide en reservas de humedad, las cuales por cierto, ya se encuentran en niveles exiguos.
Todas las miradas se ponen ahora en lo que puede suceder entre sábado y domingo. Para entonces hay una buena chance de lograr coberturas de lluvias generalizadas y con valores piso en torno de los 25 milímetros.