El costo para los exportadores se ubica 4% por debajo del promedio de sus competidores regionales. Esta situación, que no se veía en años, es producto de continuos aumentos en Brasil, Uruguay y Paraguay y un comportamiento inverso en la Argentina.
En los últimos diez días, hubo movimientos discordantes en los precios del novillo en los países del Mercosur.
Brasil: el novillo terminado alcanzó los USD 3,05 por kilo, con un aumento de 4 centavos (1,25%). El movimiento fue producto de una nueva suba en moneda local, del 0,5%, que fue potenciada por la apreciación del real del 0,8%, al pasar de 3,24 a 3,21 por dólar. La mayor demanda de consumo y la alta actividad de la exportación están presionando al mercado de hacienda.
Uruguay: el novillo gordo especial para exportación cerró en USD 3,19, con una suba 3 centavos, en un mercado que los consignatarios califican como firme. La faena de la semana terminada el 13 de enero sumó casi 49 mil cabezas, marcando un incremento de 37% sobre la primera semana del año, con su feriado, y resultó 2% mayor que el promedio de diez semanas, que fue igual en forma interanual.
Paraguay: el novillo apto para Hilton no registró cambios manteniéndose en un nivel sorprendentemente alto de USD 3,47 por kilo, continuando al tope de los precios de la región. La oferta es marcadamente baja y encuentra demanda que está muy interesada en lograr sus programas de faena. En este contexto, la brecha entre novillo apto Hilton y la vaca es notablemente baja (20 centavos por kilo).
Argentina: a contramano del resto del bloque, el novillo pesado apto para Hilton, retrocedió 3 centavos (1%), terminando en USD 3,04. En el contexto de bajas muy fuertes en los valores de los animales destinados a consumo, la exportación redujo sus ofrecimientos en moneda local hasta $1 por kilo, con un promedio ponderado de $0,40, lo que fue potenciado por una nueva devaluación, en este caso de 0,5%. Ahora, de acuerdo al relevamiento de Valor Carne, este tipo de hacienda tiene un sobre sobreprecio de 24% sobre el novillo pesado para consumo interno.
De esta manera, el costo para los exportadores argentinos, que durante años fue superior al de sus vecinos, se ubica 4% por debajo del promedio ponderado del resto de los países del bloque, 2 puntos menos que hace diez días y es el más bajo de los cuatro. A su vez, la distancia entre el mayor y el menor de sus socios se redujo un punto, al 14%.
Esta circunstancia no se transformará de inmediato en un salto en las exportaciones argentinas. En primer lugar, se trata de algo que nadie puede pronosticar como duradero. En segundo lugar, desde el impulso de un precio más conveniente hasta la concreción de mayores embarques se requiere de un tiempo.