El ministro de Agroindustria, Luis Etchevehere, defendió ayer los acuerdos de libre comercio como el que se negocia la Unión Europea y el Mercosur, al entender que “son la contracara del proteccionismo” y permiten a los países “reglas claras” para ampliar la presencia de sus productos en distintos mercados. En una entrevista con El Cronista, […]
El ministro de Agroindustria, Luis Etchevehere, defendió ayer los acuerdos de libre comercio como el que se negocia la Unión Europea y el Mercosur, al entender que “son la contracara del proteccionismo” y permiten a los países “reglas claras” para ampliar la presencia de sus productos en distintos mercados.
En una entrevista con El Cronista, desde París, donde hoy formará parte de la comitiva oficial que encabezará el presidente Mauricio Macri, remarcó su optimismo en cuanto las oportunidades que se abren para los productos locales, en especial los de las economías regionales tras la gira europea, que para Etchevehere empezó el fin de semana pasada en la Semana Verde de Alemania, siguió en Rusia y finalizará ahora en Francia.
Sobre la investigación que la Comisión Europea (CE) iniciará el miércoles sobre el biodiesel argentino tras una denuncia por supuestos subsidios a la producción (ver pag. 3), el ministro consideró que “no es inusual” que sucedan esas presentaciones y reseñó que “Argentina ya ganó ante la OMC un panel por el nivel de arancel” antidumping, del 24%, que aplicaba el bloque europeo al combustible verde.
-¿Cuál es su balance de la gira hasta ahora?
-Es positivo. En Alemania tuve reuniones bilaterales con nueve ministros o viceministros de distintos países, dándole continuidad a lo que se había comenzado en el marco de la reunión de la OMC en Buenos Aires, en diciembre. Se avanzó en las conversaciones para cerrar acuerdos para incrementar el volumen de exportaciones.
Después en Moscú, hubo reuniones con empresarios en el marco de la visita del presidente Macri, con funcionarios Agricultura y los organismos sanitarios rusos. Hay mucho interés por productos argentinos, como maquinaria para siembra directa, genética, semen y embriones bovinos. Se avanzó también en cuestiones sanitarias para el ingreso de té, los cítricos dulces, peras y manzanas y se pidió que se revierta la normativa reciente para la harina de soja, que perjudica a nuestro producto. Notamos predisposición de la parte rusa en revisar ese asunto.
-¿Cómo ve las chances de que estas gestiones den lugar a negocios concretos?
-La expectativa es como en cualquier relación, hay que seguirla, estar en contacto permanente, tratar de ir mejorando para ampliar el comercio. A Rusia, por ejemplo, el 9 de febrero llegará otra misión argentina, esta vez con empresarios, para darle continuidad a lo conversado en estos días y empezar a cerrar negocios.
Nos tenemos que acostumbrar en la Argentina a que el mundo se mueve así. Nosotros producimos muchísimos alimentos, y hay muchos países que no producen la cantidad de alimentos que necesitan, y buscan un socio confiable que los provea. A eso hay que apuntar. Abrir y mantener mercados para la gran cantidad de productos que tenemos.