Ocurrió hoy al mediodía en pleno centro de la ciudad de Gualeguaychú. Los detenidos son un hombre y una mujer de entre 25 y 30 años, oriundos de Córdoba, que también están relacionados a dos hurtos en marzo y abril. Habrían utilizado un inhibidor de señal para abrir una camioneta y sustraer un maletín.
El hecho sucedió diez minutos después de las 11 de la mañana y tuvo como epicentro la esquina de Rosario y Rivadavia. Un hombre, que había estado media hora antes en el banco Francés, dejó estacionada su camioneta Toyota Hilux en calle Rosario casi Rivadavia y bajó a comprar fiambres en un local ubicado en las inmediaciones.
Casualmente, el jefe de Investigaciones de la Policía de Gualeguaychú, comisario Emilio Piaggio, pasó por ese lugar pocos segundos después y le llamó la atención la presencia de un Peugeot 208 de color blanco que había sido filmado en dos hechos ocurridos en marzo y abril en el centro de la ciudad. Este vehículo era buscado por la Policía pero no se podía dar nunca con él, hasta esta mañana.
Piaggio estacionó su auto delante de la camioneta Hilux y se comunicó con el Comando Radioeléctrico sobre la presencia del Peugeot en Gualeguaychú. En ese momento se bajó un joven del auto, caminó en dirección al auto de Piaggio, interesado en la camioneta ubicada detrás. El Comisario siguió la escena por su espejo retrovisor y segundos después escuchó el sonido que desactivó la alarma de la camioneta.
Seguidamente, el delincuente sustrajo del interior un portafolio que contenía más de 100 mil pesos, y cuando caminaba de regreso hacia su auto, que lo esperaba en la esquina de Rosario y Luis N. Palma, el policía bajó de su auto, se puso delante del ladrón y se identificó. En ese momento, el joven le arrojó el maletín y comenzó a correr por Rosario en dirección al norte, y Piaggio lo siguió de atrás.
La persecución no duró demasiado. Mientras la cómplice que manejaba el Peugeot le gritaba a Piaggio para que desistiera de correrlo, el delincuente hizo un cambio brusco de dirección y regresó sobre sus pasos hacia el sur, hacia la esquina de Rivadavia y Rosario; y fue allí donde lo atrapó un suboficial que se encontraba de franco que pasó con su auto por el lugar y observó la escena que se había iniciado un rato antes.
Con este delincuente reducido, Piaggio fue por la cómplice. Esta joven mujer subió al Peugeot y a pesar que Piaggio se le puso delante, lo esquivó y salió en dirección a Luis N. Palma. Dobló hacia el este y la fortuna jugó a favor de la Policía. En ese horario salían los alumnos de la escuela Rawson y se había originado una cola de autos que esperaban por los chicos, por lo cual la conductora no tuvo más remedio que frenar su Peugeot. Fue en ese momento que Piaggio le abrió la puerta y extrajo las llaves del vehículo, impidiéndole que escapara.
Posteriormente, cuando ya se habían realizado las detenciones y se trasladó el auto para la requisa, se halló entre las pertenencias de los delincuentes un aparato muy similar a un control remoto, como el que se utiliza para la apertura de un portón eléctrico, tipo llavero de auto, que se estima sería un inhibidor de señal de alarma, que permite abrir los autos con cierre centralizado.
Si bien este aparato deberá ser peritado por los especialistas, se cree que esta tecnología es la que utilizaron estos dos cordobeses en sus visitas a Gualeguaychú en marzo y abril. En el primero de los casos abrieron un automóvil que estaba estacionado en la zona bancaria y robaron el celular y otras pertenencias de una mujer. Al mes siguiente hicieron lo mismo en otro vehículo, pero en ambos hechos quedaron registrados en cámaras de seguridad y desde entonces eran buscados.
El motivo por el cual la Policía no podía dar con estos delincuentes era por la metodología empleada. En esta oportunidad llegaron a Gualeguaychú el jueves por la mañana y se habían alojado en un hotel situado en avenida Artigas y Pasteur. Pasaron la noche y hoy por la mañana dejaron la habitación. Salieron temprano, se dirigieron a la zona céntrica y marcaron al dueño de la Hilux en su operación bancaria. Lo siguieron durante todo su trayecto y cuando vieron la oportunidad actuaron. En los otros casos pasaba lo mismo. Llegaban a la ciudad y el día siguiente, cuando cometían el hecho, abandonaban Gualeguaychú y se dirigían a otro destino, quizás para seguir con un raid delictivo. Fuente: El Día.