Hay que retroceder hasta enero del año pasado para encontrar un mapa similar al que presenta el inicio de la segunda década del mes de diciembre.
Posiblemente las lluvias de ayer puedan haber mitigado ligeramente este deficitario balance, sin embargo, tenemos por delante jornadas que asentarán el escenario seco.
El principal perjudicado por esta situación es sin dudas el maíz.
El panorama también es complejo para la soja, pero la demanda de este cultivo es menor a la que requiere satisfacer un maíz en floración.
Llegar a esta situación requirió la persistencia de un patrón de lluvias inferiores a las normales en el bimestre octubre noviembre, las cuales también se han sostenido en esta primera quincena de diciembre. De alguna manera el soporte de reservas de humedad era muy importante debido al comportamiento pluvial previo.
De otro modo el actual escenario seco se hubiese manifestado con mayor intensidad anteriormente.
Intentando poner en números la demanda de precipitaciones para lo que resta de diciembre, deberían recibirse al menos cien milímetros como para que este complejo escenario se encamine de manera razonable.
Debemos considerar que ingresamos al máximo de radiación anual e independientemente de los requerimientos de las coberturas, la propia atmósfera genera exigencias muy importantes. En consecuencia el sistema está transitando un período donde es lógico esperar un ajuste de las reservas y por lo tanto las condiciones iniciales son muy influyentes.
La respuesta de los cultivos a treinta milímetros de lluvia que pueden llegar entre sábado y domingo, sin dudas resultará evidente. Lo más importante es que este sea un primer evento y que a finales de diciembre las lluvias de la segunda quincena se acerquen lo más posible a los cien milímetros.