La intención es que se reabran las escuelas una vez terminadas las vacaciones de invierno. El protocolo nacional establece el piso de las pautas que deberán cumplirse.
Todos los ministros de educación del país aprobaron las pautas que regirán desde agosto, cuando comience la vuelta a las aulas.
Una semana después de su presentación en sociedad, los ministros de educación de todo el país aprobaron por unanimidad el protocolo de regreso a las aulas. En una sesión virtual de Consejo Federal, hoy por la tarde acordaron las pautas que regirán a partir de agosto, cuando comenzará la vuelta escalonada, y que cambiarán la normalidad en las escuelas.
El retorno a las clases presenciales tiene un par de asteriscos. El Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y Chaco, por su alta circulación del virus, todavía no manejan una fecha tentativa y deberán aguardar más. Del mismo modo, las provincias patagónicas, por las bajas temperaturas, postergarán la vuelta dos o tres semanas. En el resto del país, la intención es que se reabran las escuelas una vez terminadas las vacaciones de invierno.
El protocolo nacional sellado hoy establece el piso de las pautas que deberán cumplirse. A partir de ahora, las provincias, de acuerdo a sus realidades, podrán definir sus propias reglas, pero solo si ellas implican medidas más rigurosas; nunca más laxas.
La “nueva normalidad” que atravesarán se puede resumir en siete medidas:
Agua, jabón y alcohol en gel
Debería formar parte de la normalidad, pero no es lo que sucede en muchas escuelas del país. Aquellas instituciones que deseen retomar la actividad presencial deberán contar con insumos básicos de higiene: agua potable, jabón, alcohol en gel y cestos de basura. En caso contrario, las autoridades son taxativas al asegurar que no estarán habilitadas para reabrir sus puertas.
Ingresos espaciados
Los ingresos ya no serán, como solía suceder, todos a la misma hora, a las 7:30 en el caso del turno mañana. En cambio, habrá distintos turnos de entrada para los cursos que definirán las mismas jurisdicciones con sus escuelas.
La medida tiene un doble objetivo. Por un lado, evitar los aglutinamientos habituales que se dan en las puertas de las escuelas, donde confluyen los chicos de todos los grados y sus respectivos padres. Por otro lado, busca descongestionar el transporte público en las principales ciudades. Se calcula que más del 25% del movimiento, sobre todo en las regiones metropolitanas, se corresponde con la actividad escolar.
Tapabocas en todo momento
En las escuelas habrá que acostumbrarse a mirar solo la mitad de las caras. No importa que sean alumnos, docentes, auxiliares o personal administrativo. Todos deberán usar tapabocas y en todo momento, más allá de que estén dentro de las aulas o en los espacios comunes de los establecimientos. Incluso los docentes, si lo desean, podrán agregar una máscara de acetato para mayor protección. Los únicos exceptuados serán los niños de nivel inicial.
Distanciamiento social y asistencia alternada
En los pasillos, baños, patios y otros espacios comunes, el distanciamiento obligatorio será de 2 metros. En las aulas, con tapabocas y lavado de manos, será de al menos 1,5 metros. La medida llevará a dividir los cursos en dos o más grupos. Ya no podrán asistir todos los alumnos al mismo tiempo y se deberá complementar con educación en el hogar. Por ejemplo, un esquema posible sería: grupo A asiste lunes, miércoles y viernes, mientras grupo B asiste martes y jueves. Después de cada semana cambiarían el orden para repartir equitativamente los días.
Una de las recomendaciones que plantea Nación es un nuevo orden en las aulas, llamado “burbujas”. Es decir, en vez de la clase tradicional, los alumnos mirando hacia el pizarrón, proponen armar pequeños grupos de 3 o 4 chicos que trabajen en los vértices del aula. Según los especialistas, además de mejorar la socialización después de meses de confinamiento, facilitaría el trabajo si se detectara un caso sospechoso. En tal caso, en primera instancia, solo sería necesario aislar al grupo de pertenencia.
Los nuevos recreos
Antes de la pandemia, era un ritual que a mitad de la jornada sonara el timbre del recreo y todas las divisiones salieran al patio al mismo tiempo. Ahora, el ritual quedará de lado. Buscarán que haya un turno específico para cada grado para evitar la interacción entre los cursos. Del mismo modo, los juegos tradicionales, como el fútbol o la mancha, estarán prohibidos. El objetivo, otra vez, es reducir el contacto físico al mínimo posible.
Sin actos escolares
Las fiestas por las fechas patrias, con decenas o hasta cientos de alumnos, docentes y padres reunidos en un salón, obviamente tampoco se podrán llevar adelante. Los actos escolares se suspenderán hasta que se recupere la normalidad.
Accionar ante un caso sospechoso
El primer paso ante la detección de un caso sospechoso será el aislamiento e hisopado del estudiante o docente en cuestión. Después se procederá al rastreo de sus contactos estrechos, los compañeros que tuvieron vínculo con él, para aisarlos y testearlos en caso de presentar síntomas. Al día siguiente, toda la escuela permanecerá cerrada y se suspenderá la actividad. Ese día será destinado a la desinfección. (Infobae)