La distinción eleva la categoría de la actividad viñatera de la región al dotarla de una identificación originaria que destaca su calidad según su lugar de cultivo y producción. La medida, publicada en el Boletín Oficial de la Nación, se materializó por medio de la resolución número 5 que firmó el titular del organismo, Martín Silvestre Hinojosa.
La denominación de origen ahora oficializada es respaldada por los índices bioclimáticos evaluados por expertos del Instituto, que describen a Victoria como una zona apta para desarrollar la economía regional.
La gestión fue iniciada por la firma Borderío, al pedir el reconocimiento, registro, protección y derecho a uso de la indicación geográfica Victoria, Entre Ríos, como certificado de origen para la designación y presentación de vinos y bebidas espirituosas de origen vínico de la Argentina.
La vitivinicultura integró la economía entrerriana a partir de los inmigrantes que la introdujeron en el siglo XIX hasta que, hace poco más de 70 años, se la prohibió para fortalecer a la industria del sector en Cuyo. Una vez desaparecida la restricción quedó en evidencia que la actividad permanece en la cultura productiva ya que cada año prosperan emprendimientos ligados a los viñedos entrerrianos.
La memoria colectiva; tanto que una vez desaparecida la restricción en Los Francos Suizos emprendieron la reactivación desde el impulso de sus propietarios, Jorge Salazar y Patricia Pinget. Lo hacen desde la integración de los viñedos con la producción tambera y el turismo sustentable anclado en el acervo histórico regional.
En un tramo de la resolución se informó que “de acuerdo a los antecedentes presentados y los estudios realizados por los sectores competentes de este Instituto, el área de producción de la indicación geográfica cuyo reconocimiento se solicita, está formada por terruños con cualidades distintivas, aptos para la producción de vinos de calidad”. De manera que Victoria quedó integrada al padrón de las áreas geográficas que, por sus aptitudes para la producción de uvas, puedan acceder a una Denominación de Origen Controlada.
En vitivinicultura se define al terruño como un conjunto de factores ligados al ambiente y el manejo que de él hacen las personas, que se amalgaman para determinar la calidad de un vino. En consecuencia, la resolución del Instituto de Vitivinicultura expresa un respaldo al trabajo de los productores entrerrianos.