Una historia de abandono e injusticia

El fin de semana se conoció el abandono al que fue sometido un peón rural que debió viajar a dedo desde Colonia la Mora hasta General Campos para despedir a su esposa que había fallecido.

Una historia de abandono e injusticia que no podemos dejar de relatar, y que fue conocida a través de Caro que lo publicó en su cuenta de Facebook.

EL HECHO

Él es Antonio. Un peón rural de una estancia de colonia La Mora, departamento Villaguay.

El pasado domingo 11/04 recibe la noticia del fallecimiento de su esposa. Su compañera de toda la vida y madre de sus nueve hijos.

Es de público conocimiento lo mucho que llovió este fin de semana en Entre Ríos. Los caminos rurales totalmente anegados se tornan prácticamente intransitables.

Pues bien. Antonio cabizbajo, bolsito en mano y cargando también esa angustia que te hace doler el pecho, sale a hacer dedo para llegar al pueblo. Para llegar hasta General Campos y así despedirse, por última vez, del amor de su vida.

Su patrón, para el cual ha trabajado más de veinte y pico de años, lo largó caminando a sus 76 años; sin un peso en el bolsillo. Mientras los tractores descansaban impasibles en el casco de la estancia.

Antonio no pide nada, no reclama nada. Porque él le debe obediencia absoluta a su patrón. Su mundo está ahí, con los demás peones y el trabajo. Siempre el trabajo… No conoce otra cosa. Esa es su esencia.

Pero yo no dejo de preguntarme ¿Era necesario que este pobre gaucho pidiera algo? ¿Qué hubieses hecho vos, yo o cualquier persona con un poco de sentimientos en ese momento?

Él entregó los mejores años de su vida a este trabajo. Y cuando verdaderamente necesita un gesto de la otra parte, esta es la respuesta.

Así de injusta y desigual es la vida para algunos, que como Antonio, la luchan sin descanso.