No dejan de sorprender las derivaciones de los más de 30 allanamientos realizados el sábado último por la Policía Federal en Concordia, Federación y San Salvador. Entre los implicados aparecen dos personas de reconocida exposición pública.
Gabriela Alejandra Francia y su esposo Juan Pablo Solari
Al primer impacto lo generó la magnitud del operativo. Bajo la coordinación de la Delegación Chajarí, que durante más de un año investigó al «clan familiar» que traficaba con drogas, intervinieron más de un centenar de agentes, venidos de otras localidades entrerrianas y de provincias vecinas.
Pero nada asombró tanto como la identidad y el perfil de al menos dos de los detenidos: Gabriela Alejandra Francia y su esposo Juan Pablo Solari, dos personas muy conocidas en Concordia, de comprometida y pública militancia política.
«Gabriela ya no vive en la casa donde hicieron el operativo. Va a quedar pegada con un tema con el que no tiene nada que ver» fue la primera reacción de un secretario municipal, al responder a una consulta efectuada por El Entre Ríos el domingo último.
Muy distinta es la conclusión a la que arribaron los investigadores de la Policía Federal, que desarrollaron tareas de inteligencia y que sigilosamente espiraron los movimientos no sólo de Gabriela y su marido sino también de sus padres, otros integrantes de la familia y demás personas presuntamente ligadas a la banda.
«Funcionaban de manera organizada, con clara diferenciación de roles. La participación de Gabriela Francia no era secundaria. Hacía las veces de administradora. A ella le confiaban el manejo del dinero. En los allanamientos aparecieron tickets de depósitos», precisó a El Entre Ríos una fuente ligada a la investigación. «En algunas ocasiones, consultaba con su marido, pero era principalmente ella quien decidía», agregó.
Los Francia, según constataron los Federales, tenían varias propiedades y a la droga la iban moviendo de un lugar a otro. También fueron adquiriendo una flota impactante de vehículos, cerca de 40. Aunque procuraron ponerlos a nombre de diferentes personas, las tarjetas azules de autorización de manejo permitieron vincularlos.
El «clan de los Francia», como lo han bautizado en la Federal, terminó convirtiéndose en un proveedor clave de los kioscos del narcomenudeo de Concordia, Federación y San Salvador. «Otras bandas fueron cayendo y ellos se fueron quedando con todo», explican desde la fuerza de seguridad. En la redada fueron detenidos también otros involucrados, como una persona de apellido Trinidad, una identificada como Gamarra y otro apodado «el Grasa».
La vida pública de Gabriela Francia
Aunque en las redes sociales se aseveró que Gabriela Alejandra Francia sería funcionaria municipal, no hay evidencias de tal cosa.
Dos datos de la realidad fueron los que reforzaron tal versión y alimentaron la confusión. Primero, que la mujer tenía una participación directa en la organización de las frecuentes ferias que el municipio lleva a cabo en el Centro de Convenciones de Concordia, lo mismo que en otra clase de eventos oficiales. Segundo, su labor como coordinadora de la Fundación Conased, una entidad creada por la familia Cresto. Alcanza con acceder a las fotos y videos que Francia hacía públicos en su perfil de Facebook para constatar su protagonismo en ambos ámbitos.
En realidad, la mujer figura en el listado de empleados – con sus aportes patronales al día- de un organismo provincial, el Instituto Autárquico Becario Provincial (INAUBEPRO), hasta 2017 conducido por la actual diputada provincial Mayda Cresto.
Es decir, Gabriela Francia organizaba ferias para en el municipio en el Centro de Convenciones, hacía las veces de coordinadora de la Fundación Conased, pero en verdad cobraba un sueldo del INAUBEPRO. Y, según los investigadores de la Policía Federal, administraba los recursos provenientes de la comercialización de drogas que llevaba adelante su familia.
Para quienes tenían trato cotidiano con la mujer por sus actividades públicas, aún hoy les cuesta creer esa otra faceta de su vida que aseguran haber detectado las pesquisas de la Policía Federal.
Mayor ha sido el asombro para compañeros de trabajo y alumnos de su esposo, Juan Pablo Solari, un ingeniero en alimentos que dicta horas cátedra en la Universidad Nacional de Entre Ríos, y a quien sus conocidos describen como una persona de perfil extremadamente bajo.
Según su historial laboral, en el pasado fue empleado de dos grandes firmas de la zona, una radicada en el Parque Industrial y la otra en el casco urbano. Pero es en el ámbito académico donde es más conocido y donde la noticia de su detención golpeó con más fuerza.
«Él trabajó para empresas líderes de la zona y en la facultad se rumoreaba que estaba próximo a tener más protagonismo. Siempre pareció de esos tipos buenudos», comentó uno de sus alumnos, que no termina de asumir que Solari y su mujer estén hoy presos.
Prisión preventiva
Desde este martes, por decisión del Juez Federal Pablo Seró, Gabriela Francia está alojada en la Unidad Penal 6 de mujeres en Paraná, mientras que su esposo fue trasladado a la Unidad Penal 2 de Gualeguaychú.
Ambos, al igual que los restantes detenidos, afrontarán todas las etapas que prevé la Justicia en sus procedimientos hasta llegar a la instancia del Juicio, que, en base a las pruebas reunidas, se traducirá en una sentencia acerca de su culpabilidad o inocencia.Fuente: El Entrerios
«Por decir que no tenía plata me dispararon», indicó la joven baleada en asalto a estación de servicio
«Soy una laburante más. Estudio y hago todo lo posible para progresar. Vivo de mi sueldo», contó la joven baleada en el violento asalto a la estación de servicios del Acceso Norte, quien dio detalles del difícil momento que pasó.
Cuatro delincuentes cometieron un violento asalto en la estación de servicios YPF, del Acceso Norte de la capital entrerriana el lunes a la noche. Los malvivientes actuaron con los rostros cubiertos con cascos. Este miércoles por la mañana, pasadas 36 horas del hecho, no había novedades sobre los autores.
Mientras tanto, se conoció el testimonio de la joven que recibió un disparo, la cual pidió que si alguien tiene algún dato lo aporte a la Policía.
Fátima agradeció los «mensajes y apoyo incondicional» de su familia, amigos y compañeros de trabajo.
«Recién me recupero del estado de shock. Podría haber pasado a mayores», expresó la joven, al tiempo que reveló: «Por decir que no tenía plata me dispararon».
Y continuó dando detalles de los difíciles momentos que padeció: «Encima que te lleven hasta la oficina apuntándote y diciendo que le estás mintiendo, que sí hay plata y vos entregando tu vida en tu trabajo, que piensen que estas mintiendo y te disparen. No quisiera que alguien más pase por esto y que mis compañeros puedan seguir adelante».
Puso de relieve que ella «solo estaba en mi puesto de trabajo, recién empezaba la jornada. Soy una laburante más. Estudio y hago todo lo posible para progresar y seguir adelante, vivo de mi sueldo», resaltó.
Asimismo, reconoció que le «indigna estar estudiando Abogacía y que la Justicia en algunos casos no exista».
Y cerró: «No pasó a mayores porque tengo alguien que me cuida siempre. Un Dios. Solo pido su ayuda si pueden aportar datos». Fuente: El Once