De repente te encuentras caminando una calle de tu pueblo, y das con el cartel que la identifica: Manuel Gálvez
Y la inquietud ineludible ¿Quién fue este señor?
Manuel Gálvez fue un destacado escritor entrerriano, de ahí que la sucesión de calles paralelas en esta zona de la ciudad corresponda a los nombres de José Álvarez (conocido como Fray Mocho), el referido Gálvez, Martiniano Leguizamón, Olegario Víctor Andrade y nuestro poeta Miguel Giorgio, todos forjadores de un prestigio digno de portar sus nombres en estas arterias.
Manuel Gálvez nació en Paraná en el año 1882. Si bien su educación estuvo orientada a las Leyes, no se dedicó de pleno a la abogacía. Desde siempre su ámbito fueron las letras y el periodismo, y tal es así que a sus 21 años funda junto al futuro diplomático, Ricardo Olivera, la revista “Ideas”.
De ahí en más, Gálvez será un prolífero escritor que se destacó en todos los géneros literarios: novelas, teatro, biografías, ensayo, cuentos, historiografía, poesía… Y es en el ámbito de la redacción que conoce a la periodista y poetisa porteña Delfina Bunge, que pronto se convertiría en su esposa.
Luego viajará a Europa, donde en España conocerá a los referentes de la “generación del ’98”, corriente imperante de aquel momento:
A su vuelta al país, contactará a escritores de la talla de Leopoldo Lugones y Ricardo Rojas entre otros, con quienes plasmará en los artículos periódicos su pleno ideario nacionalista.
Para 1919 llevaba más de veinte libros publicados. Radicado en la Capital Federal, obtiene el premio Municipal de Literatura. El título de la obra: “Nacha Regules”, novela que demandara varias reediciones, será adaptada al teatro y años después llevada al cine con un elenco excepcional: Zully Moreno, Arturo de Córdova, Diana Maggi, Beba Bidart, Eduardo Cuitiño y Analía Gadé, entre otros. Mientras tanto, publicará “El General Quiroga”, trabajo por el cual la Academia Argentina le otorgó el premio Nacional de Literatura, con lo que significaba obtener este galardón en aquellos años.
Falleció en noviembre de 1962. Su legado comprende una obra de sesenta y ocho libros e innumerables artículos periodísticos redactados desde su columna del diario La Nación. Fue uno de los escritores argentinos más traducidos, integró la Real Academia Española y fue nominado en tres oportunidades al premio Nobel de Literatura.
El Nobel le fue esquivo
A diferencia de Jorge Luis Borges y el brasileño Jorge Amado, a quienes años después se les negara injustamente el premio por razones políticas, Manuel Gálvez tuvo su oportunidad en tres ocasiones, superando las exigencias en cada una de sus instancias.
Todos los años, la Academia Sueca recibe de parte de escritores calificados, sociedades literarias, academias, etc., nominaciones al Premio Nobel, donde un Comité de Elección selecciona primeramente a veinte candidatos. Luego, avanza a otra instancia donde reduce su número a cinco nominados. Es aquí donde el Comité ahonda minuciosamente en la obra de los finalistas… y el primer jueves de octubre anuncia el ganador.
En 1934 Manuel Gálvez fue propuesto como candidato por la Real Academia Española. Tenía 52 años, un vasto número de libros publicados y portaba su flamante premio nacional. Su nominación había superado las dos primeras instancias y se encontraba en el momento final del concurso. Pero, enfrente tenía un candidato de renombre internacional, Luigi Pirandello, que con sus 67 años de edad acarreaba visibles achaques en su salud. En el desenlace, los académicos otorgaron el diploma ganador al dramaturgo italiano. Dos años después la vida se apagaría para el autor de “Seis personajes en busca de autor”.
Este revés, de no ser el primer latinoamericano en ganar la codiciada medalla, no hizo mella en Manuel Gálvez que prosiguió su fecunda labor literaria.
Dos décadas luego, ya en 1951, era un consagrado escritor en la lengua del gran Cervantes. Su obra alcanzaba más de 40 títulos publicados y por tercera vez llamaba la atención del jurado máximo de la entidad escandinava.
Tiempos en que entre los candidatos resonaban nombres como el de Ernest Hemingway, Winston Churchill, Juan Ramón Jiménez y Albert Camus… que muy pronto, entre 1953 y 1957, le llegaría a cada uno de ellos el correspondiente diploma como ganadores del Nobel de Literatura.
Entre estos peces gordos, en octubre de 1951, el candidato a observar era el novelista y poeta europeo Pär Lagerkvist. Este escritor cultivaba la corriente filosófica del momento, el pesimismo, que a decir de los críticos oscilaba entre la angustia del hombre, el dolor y la depresión. Algunos títulos de su obra, cómo lo son “Barrabás”, “El Enano”, o “El Verdugo” dan muestras de la temática que atraviesa su obra: emociones de sufrimiento y la cuestión perpetua entre el bien y el mal. Fue un par de años en que la filosofía predominó en el ámbito de la academia y los premiados; el anterior galardón había correspondido también a un filósofo, el británico Bertrand Russell.
Bien, volviendo a la premiación de aquel 1951… Pär Lagerkvist resultó ganador del Nobel de Literatura… había nacido en Smaland, una comarca del sureste de Suecia.
Profesor Pedro Martín