Un uso inesperado para la soja: combatir la adicción a la cocaína

En Barcelona probaron el uso de las isoflavonas, presentes en el grano de soja, para el tratamiento de adicciones vinculadas a la cocaína.

Un hallazgo probado científicamente en España muestra un nuevo uso potencial para la soja. En el Hospital del Mar de Barcelona realizaron ensayos para frenar la dependencia a la cocaína con una innovadora terapía que utiliza isoflavonas, presentes en el granos de la oleaginosa.

SOJA CONTRA LA ADICCIÓN

Para conocer más sobre este potencial uso, el Ingeniero Agrónomo Rodolfo Rossi, miembro fundador y ex presidente de la Asociación de la Cadena de la Soja Argentina (Acsoja), se acercó al centro de investigación IMIM, en donde se reunió con los resposables de los ensayos: Marta Torrens, psiquiatra especialista en adicciones, y Magí Farré, Jefe de Servicio de Farmacología Clínica.

Los especialistas del Hospital del Mar explicaron que en el caso de la cocaína no existe actualmente un tratamiento que aplique productos que no interfieran en el sistema nervioso central y que actuen también sobre el hígado, lo que genera un rechazo a las bebidas alcoholicas. El producto que habitualmente se usa con este fin es el disulfiram.

Ahora, con las isoflavonas, que se pueden extraer de la soja, el tratamiento interfiere solamente sobre el cerebro, lo que no genera efectos colaterales que puedan limitar la eficacia del tratamiento. Concretamente, las isoflavonas inhiben la liberación de dopamina en el cerebro y se pierde el deseo de consumir droga.

“Encontraron que había un estudio hace muchos años en China que se basaba en un tratamiento inibidor del Kudzu, una enredadera que se encuentra sobre el norte de la Argentina”, comentó Rossi y agregó: “Allí había un compuesto que era parte de las isoflavonas, que están presentes en muchas especiaes vegetales, pero la soja es una de las que más tiene este producto”.

Así comenzó la investigación, que hoy se encuentra probada mediante varios papers luego de numerosos estudios con pacientes del hospital: “Mostraron lo positivo de este tratamiento y hoy están en una etapa en la que ya está demostrado”, comentó Rossi.

Ahora resta la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA por sus siglas en inglés), en donde el proceso de aprobación es muy complejo. Además el consumidor de drogas suele ser muy heterogeneo, por lo que probar el metodo no es nada sencillo.

Se suma también que los recursos con los que cuentan los investigadores son limitados, ya que los laboratorios prefieren no entrar en el tema adicciones por una cuestión de marketing.

Rossi destacó que lo importante de este innovador tratamiento es que viene de la soja y se presenta como un nuevo uso potencial. “Es un compuesto que generalmente se encuentra en el embrión del grano de la oleaginosa”. “Las isoflavonas están conformadas por distintos compuestos, que varían en función del ambiente y la genética”, agregó.

Además, Rossi comentó que el uso de las isoflavonas es amplio en la medicina. Por sus propiedades se utiliza para combatir enfermedades cardiovasculares, diabetes y obesidad y en la menopausia, ya que los compuestos que posee tienen una estructura similar a los estrógenos humanos.

NUEVOS USOS EN ARGENTINA

El contacto que realizó el ex presidente de Acsoja establece un puntapié para entablar negociaciones con centros de investigación de la Argentina, en donde hay importantes referentes vinculados al uso de la soja para la salud.

“Siempre estamos conectados con los centros de investigación para evaluar potenciales nuevos usos de la soja”, agregó Rossi y citó los trabajos que realizaron con la Universidad del Litoral, que determinó en cuantos de los alimentos estaba presenta la soja. Además de los concursos que organiza Acsoja y permiten encontrar nuevas finalidades para la oleaginosa.

“Buscamos promover a los investigadores y los vinculamos para que logre una salida de mercado. Los conectamos con las empresas vinculadas y hacemos un puente, facilitando también el acceso al financiamiento”, destacó Rossi y citó dos ejemplos.

Uno que utiliza la proteína de la soja, generando adhesivos que sirven para la construcción de aglomerados. En este caso se realizó una vinculación con Masisa de Chile. El otro, de la Universidad de La Plata, en donde se ideó una cubierta tipo film para cocinar que se puede saborizar y se consume al momento de cocinar.