Como método clave para capturar carbono y combatir al cambio climático.
Netflix acaba de estrenar un documental denominado “Besa el suelo” (Kiss the ground) en el cual se afirma que la siembra directa junto la implementación de cultivos de cobertura o servicio son dos aspectos esenciales para amortiguar el impacto del cambio climático por medio del secuestro de carbono.
El documental, dirigido por el estadounidense Josh Tickell, hace referencia al efecto dañino de la labranza convencional –el sistema empleado mayoritariamente en EE.UU.– al destruir materia orgánica y promover la liberación de carbono en los momentos en los cuales el suelo permanece desnudo.
También hace referencia al proyecto elaborado por el Ministerio de Agricultura y Alimentación de Francia, denominado “iniciativa 4‰”, que propone recuperar la materia orgánica del suelo a razón de una tasa anual del 0,004% anual a nivel mundial para revertir el cambio climático.
Y asegura, en línea con el sistema de gestión holística de pastizales creado por el africano Allan Savory (cuyo nodo argentino es Ovis 21), que los animales son esenciales para generar una acumulación progresiva de carbono en el sistema de manera sostenible.
El documental –que está relatado por el actor estadounidense Woody Harrelson– no hace referencia alguna a Sudamérica, pero vale recordar que la Argentina es líder en siembra directa con un 94% y 92% del área nacional de soja y maíz, respectivamente, sembradas con esa tecnología conservacionista, según datos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
Argentina también es líder en la fabricación de sembradoras de siembra directa con un total de 39 empresas dedicadas a producir esa maquinara, según un reciente relevamiento realizado por el Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL) de la Fundación Mediterránea.
Una investigación realizada por la EEA INTA Anguil y la AER Gral. Pico en ocho lotes de empresas CREA de la región Oeste localizados en 30 de Agosto y Mari Lauquen evidenció que en las últimas dos décadas la agricultura continua en siembra directa permitió mantener los valores de materia orgánica de los suelos.
Adicionalmente, en los últimos años –gracias al trabajo pionero realizado por Alberto Quiroga y Sandro Raspo– ha comenzado a crecer el uso de cultivos de cobertura para promover diferentes servicios ecosistémicos. En la campaña 2020/21, por ejemplo, los cultivos de cobertura representan ya un 9% del área agrícola total programada a nivel nacional por las empresas agrícolas CREA. Y muchas otras están empleando “verdeos de servicio” en rotación con cultivos agrícolas.
El hecho de tal información esté ausente en un documental con proyección global implica que, si bien en la Argentina existe pleno conocimiento de la implementación y uso de tecnologías conservacionistas, ese hecho es mayormente ignorado en las principales naciones del mundo.