Por una interna entre policías acusaron injustamente por narcotráfico a Víctor Ferreyra, Félix Luggren, y Ricardo Rohor, uno de ellos oriundo de San Salvador. En el juicio la Fiscalía no acusó
A fines de octubre de 2018 se produjeron múltiples allanamientos en Villaguay, Raíces, Villa Clara y en Buenos Aires, y detuvieron a 17 personas, entre ellas tres efectivos policiales. Se presentó el caso como una “megacausa de narcopolicías” y las máximas autoridades respaldaron al personal de Toxicología y al Juzgado Federal de Concepción del Uruguay por la investigación realizada. Ahora resultó ser que los policías eran inocentes, ante la absoluta falta de pruebas que los comprometieran en el comercio de drogas. Incluso se mencionó una interna policial entre Toxicología y la comisaría primera de Villaguay. Llegado el juicio, la Fiscalía desistió de acusarlos.
El subcomisario Víctor Andrés Ferreyra, el sargento Félix Luggren y el suboficial Ricardo Rohor estuvieron presos dos años, cuatro meses y nueve días, y ahora recuperaron la libertad.
Las 17 personas involucradas en la causa estuvieron procesadas y con prisión preventiva por Comercio de estupefacientes agravado por tratarse de una organización. Así lo entendió el juez federal de Concepción, Pablo Seró, y también lo confirmó la Cámara Federal de Apelaciones de Paraná. Sin embargo, al momento de llegar el juicio el lunes ante el Tribunal Oral Federal de Concepción del Uruguay, en un procedimiento abreviado se acordaron distintas penas, y solo cuatro de ellos admitieron ese delito con dicho agravante. El resto acordó penas menores, incluso de cumplimiento condicional, ya sea por tener un rol accesorio en las actividades ilícitas o por ser consumidores y ocasionales vendedores a sus conocidos.
El policía y el carpintero
En la causa se apuntó a un grupo de personas de Villaguay que traficaba cocaína. Juan Sebastián Segovia era quien viajaba al Bajo Flores y a Moreno, en Buenos Aires, para aprovisionarse de la droga que le compraba al peruano Iván Enrique Gómez Pereda y su pareja Bienvenida Leguizamón Zavala. Segovia, a veces asistido por Ezequiel Hugo Romero, distribuía la droga que otros vendían al menudeo, como Gustavo Javier Pinto y su pareja Verónica Griselda Cuder, Eduardo Ariel Binsak y Franco Regalado.
Resulta que un carpintero, A.S.N., le compraba sustancias a Bisnak para consumo, y por ese vínculo también cayó en la acusación por narcotráfico. Ahora bien, un día el carpintero sufrió un robo y el hecho fue esclarecido por la comisaría primera, a cargo de Ferreyra, que le recuperó un motor fuera de borda, una motosierra y una motoguadaña. Desde entonces el carpintero quedó agradecido y a disposición de la dependencia.
Por esto, cuando acondicionaron un despacho de la comisaría, el hombre donó unos tirantes para el techo; luego, cuando hicieron una cancha de fútbol 5 al lado, el carpintero hizo los bancos de suplentes; y cuando acondicionaron un espacio para juegos de niños, donó unas maderas para hacer un mangrullo. Por esta razón, cada tanto estuvo en contacto con Ferreyra. Y se trata de una práctica muy habitual que los encargados de distintas dependencias reciban ayuda de personas agradecidas por haberse resuelto un caso, para mejoras en las instalaciones públicas.
Los testimonios de otros policías corroboraron estas circunstancias. Incluso Ferreyra explicó respecto del carpintero: “Siempre andaba sucio, con una camioneta Ford vieja prestada, se quedaba sin gasoil. Yo no pude sospechar que anduviera en alguna actividad ilícita”.