JohnnyBalfour, tambero de cuarta generación, dejó de serlo hace un mes cuando decidió vender sus 100 vacas lecheras porque la ecuación no cerraba y no podía seguir subsidiando su tambo en Bonifacio, provincia de Buenos Aires. El suyo es uno de los 604 establecimientos que cayeron desde marzo del año pasado hasta ahora, según un informe del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA), publicado por la periodista Gabriela Origlia, para La Nación.
“Llevaba 21 años en la actividad; mi bisabuelo era tambero y amo la actividad, pero este es el quinto año seguido de pérdida. No lo puedo seguir sosteniendo. No hay una perspectiva de cambio”, dijo Balfour, que fue vicepresidente de Carbap.
En el OCLA precisan que en la aceleración de cierres intervienen distintos factores: la crisis del sector en 2015 y 2016 por la caída del precio internacional; los dos últimos años con inundaciones y sequías; en su momento el atraso del tipo de cambio y después el salto devaluatorio que incrementó los costos (más del 70% de los costos están dolarizados); las altas tasas de interés y la baja de ingresos.
Según Balfour, en su caso a los problemas de suba de costos y precios que no los cubren (según los tamberos, hoy pierden más de un peso por litro producido) se sumó la falta de políticas adecuadas. “Hasta fines de 2013 veníamos bien; estábamos contentos con el desarrollo y avanzábamos en el proyecto. Primero nos congelaron y, después, nos bajaron el precio y no levantamos nunca más cabeza”, recordó.
Balfour enfatizó que con el kirchnerismo “no había ninguna posibilidad de diálogo” y que con la actual gestión no hay una política adecuada. “Soy contrario al intervencionismo, pero cuando hay una crisis como la actual con tantas diferencias entre los eslabones de la cadena, algo hay que hacer. No podemos seguir de esta manera”, dijo.
En su campo de 500 hectáreas agrandará el rodeo de vacas de cría vacuna que tiene. Las vacas lecheras que vendió eran de genética propia. “Cuando para una de las partes de la cadena la operación dejó de ser redituable, no hay negocio. Una punta establece precio, plazo, modo de pago, flete, cuánto vale y quién lo va a hacer. Y hay que aceptar. Nunca pudimos cruzar ese puente”, afirmó.
Desprenderse de las vacas
Otro caso, esta vez de achicamiento, es el de Ignacio Kovasky en Trenque Lauquen, que decidió vender el 10% de sus vacas tamberas para aprovechar mejor el pasto y reducir los costos de alimentación.
En tanto, AlesioQuattrochi es tambero en Gualeguay, Entre Ríos. En las últimas horas, tomó una decisión fuerte: enviar a un frigorífico para faena 28 vacas lecheras en producción con más de 18 litros diarios cada una y, además, con una línea de 40 años de genética.
“Como los números no dan, se están liquidando vacas productivas. Esto nos causa dolor, pero es la manera que hay para seguir en la actividad. Si estará malo el negocio que conviene más venderlas a un frigorífico y cobrarlas en 30 días que vendérselas a otro productor en seis cuotas para que siga utilizándolas”, contó el productor de Gualeguay.
Ayer, tras el ordeñe, en el campo se separaron las vacas que estarán yendo a faena. “No son vacas de descarte, están en producción y mañana (por hoy) van a frigorífico”, dijo.