En la noche de este miércoles se conmemoró el 79º aniversario del fallecimiento del fundador San Salvador, el coronel Miguel Pedro Malarin. El acto se desarrolló en la plazoleta que lleva el nombre del fundador y donde está erigida la estatua del fundador de nuestra ciudad.
El orador central fue el Dr. Maximiliano Vinacur, en nombre del Centro de Estudios Históricos, quien destacó que “se cumplen 79 años del fallecimiento del fundador de la ciudad, y el 8 de diciembre se cumplen 49 años del monumento al coronel cuando el escultor Carlos Cuneo de C. del Uruguay lo construyó y se inauguró”.
Asimismo, dijo: “Parece mentira que por esas cosas que tiene la historia y la vida, que un pariente mío, el Dr. León Vinacur, fue quien pronunció las palabras y el discurso fúnebre en oportunidad del sepelio del coronel Miguel Pedro Malarin. Y parece increíble que sobre nuestra ciudad estuvieran 130 soldados acompañando los servicios exequiales del coronel, como así se había dispuesto de brindarle las exequias militares”.
“La muerte de una persona no es tanto el pesar, que fue muy importante en el seno de la comunidad de San Salvador, sino también la enseñanza y el legado que nos dejó”, agregó. Por eso compartió un poema que evoca a quienes son los muertos:
“No son muertos los que en dulce calma
la paz disfrutan de la tumba fría
muertos son los que tienen muerto el
alma y viven todavía.
No son los muertos, no… los que reciben rayos de luz,
en sus despojos yertos.
Los que mueren con honra son los vivos.
Los que viven sin honra son los muertos.
La vida no es la vida que vivimos,
la vida es el honor, es el recuerdo,
por eso hay muertos que en el mundo viven
y hombres que viven en el mundo muertos”.
“El coronel Malarin nos ha dejado una gran enseñanza, una necesidad de poder hoy advertir, a través del desarrollo de la comunidad, que tenemos que ser la comunidad heredera de su temple, de su tesón, de su esfuerzo y de la visión de un hombre que, como un estadista, siempre pensó en las futuras generaciones, y no en los mandatos temporales que circunstancialmente en este caso particular él tenía”, apuntó Vinacur.
Malarin, además de ser coronel del ejército, fue un hombre que participó de la Campaña del Desierto, fue periodista, escritor, cartógrafo militar, que escribió muchas obras dentro del seno del Ejército Argentino y una persona muy respetada dentro de sus pares”. Quienes tuvieron la suerte de conocerlo decían que tenía una conducta muy afable con sus vecinos, que manejaba 5 idiomas, y una visión estratégica de crear las instituciones que marcaron el porvenir de la ciudad. La creación de la comisaría, del Molino Malarin que tuvo una gran importancia en el trabajo con los productores de la época, la necesidad de crear el Juzgado de Paz. Y hoy esta Avenida donde estamos lleva su nombre, lo mismo que el Archivo Histórico con 50 años de vigencia”.
“Su enseñanza y trayectoria debe ser el faro que debemos continuar nosotros y las futuras generaciones, porque la importancia de mantener viva la tradición, como lo decía Nicolás Avellaneda: “Los pueblos que olvidan sus tradiciones pierden la conciencia de su destino, pero aquellos que se apoyan en tumbas gloriosas, son los que mejor se preparan para el porvenir”. Esto es lo más importante que nos ha dejado nuestro fundador. Y nos debe unir como sociedad en el pasado, solidarizar en el presente y nos debe proyectar en el futuro”, expresó Maximiliano Vinacur.
Luego se destacó la presencia de Lilian Moneta, sobrina nieta del coronel, quien dejó unas palabras rescatando algunas semblanzas del fundador de la ciudad.
Recordó que cuando murió, yo -con 10 años- estuve en el velorio.
También se descubrió una placa recordatoria por parte del intendente Lucas Larrarte, familiares del coronel e integrantes del Centro de Estudios Históricos. La placa reza: “Al Coronel P. Malarin. A los 79 años de su fallecimiento. “Aunque pase el tiempo, vivirá en la memoria de su pueblo”.
El Padre Marcelo Krenz realizó la bendición de la placa descubierta.