“San Salvador no debe dejar de ser una ciudad pujante, moderna, capaz de enseñar a sus hijos y a las futuras generaciones el legado y el sentimiento de progreso de su fundador”

El coronel Miguel Pedro Atanasio Malarín fue el fundador de la ciudad de San Salvador en 1989 y en la mañana de este lunes fue recordado a 77 años de su fallecimiento. El acto se llevó adelante en la plazoleta del fundador en la Avenida Malarín donde se encuentra el busto que lo recuerda.

Malarín nació el 2 de mayo de 1858 y falleció el 7 de diciembre de 1943 en San Salvador, a los 85 años de edad.

Luego de la colocación de una ofrenda floral al pie del busto se escucharon palabras de Estefanía Malarín en representación de la familia.

“La vida del coronel Malarín, tanto en lo civil como en lo militar fue muy fructífera. Y si nos remontamos a aquellos años nos asombra cuanto hizo para engrandecer a la Patria. El 26 de diciembre de 1905, después de 39 años de servicio activo se retiró. Ese retiro no fue tal porque comenzó a cumplir otros sueños: colonizar los campos propiedad de su madre, Aurora San Salvador. Por pedido de ella y con el incondicional colaboración de sus hermanos Oscar y Francisco, puso su entusiasmo, su influencia y sus recursos en apoyo de toda iniciativa que constituyera un adelanto del pueblo”.

Así, gestionó el cruce del ferrocarril y aprovecha una ley de colonización que estimula la conformación de nuevas poblaciones a ambos lados de las vías férreas. Este es el origen de la fundación de San Salvador, que se ha dado como fecha de inicio el 25 de diciembre de 1889.

“No fue tarea fácil. Hubo que buscar pobladores que quisieran acompañarlo en tan importante labor. Fue en ese momento que encontró a nuestro tátara abuelos Cristóbal Bordoy y su familia, que desalentados por haber perdido todo en Hernandarias, donde habían plantado vides y organizado una bodega, una terrible manga de langostas que cubrió el firmamento desbastó y devoró hasta la corteza de las plantas. La desesperación de aquellos hombres laboriosos con sus capitales y sus ilusiones desvanecidas fue comprendida por el coronel, quien les ofreció la posibilidad de reparar heridas sentimentales en estas tierras y solo pidió como antecedente su disposición al trabajo…” apuntó Estefanía.

Malarin acto 1

Seguramente hay otras historias similares o distintas. Ellos y otros tantos extranjeros nativos, promovidos por ese motor incansable, poco a poco fueron dándole forma a la aldea, pero siempre aparece la figura del coronel sin alarde, pero firme en sus convicciones para lograr obras perdurables y engrandecedoras, apuntó.

También recordó la creación y redacción de periódicos como El San Salvador, El Tábano y El regional, fue corresponsal de la Nación y La Razón de Buenos Aires, Tribuna de Rosario y El Litoral de Concordia.

Mencionó la creación de una escuela y una capilla y el impulso de la agricultura, y otras que se fueron sumando con el paso del tiempo, como otra escuela y una biblioteca.

“Hoy lo recordamos a 77 años de su partida. San Salvador no debe dejar de ser una ciudad pujante, moderna capaz de enseñar a sus hijos y a las futuras generaciones el legado y el sentimiento de progreso de su fundador”, señaló Estefanía Malarín con emoción al destacar que “estas palabras fueron redactadas por nuestra madre (Catina) que consideramos oportunas compartirlas en esta ocasión con ustedes”.

Luego se destacó la importancia para la ciudad de la Avenida Malarín que es el ejemplo del progreso, pavimentada de punta a punta.

 

RECUPERAN PLACA ROBADA DEL MONOLITO DEL ARROYO GRANDE

Placa Monolito

Posteriormente se mencionó que en el día de ayer se recordó con un audiovisual un nuevo año de la Batalla del Arroyo Grande. Incluso, se dijo que todas las placas que habían sido colocadas fueron robadas. Una de ellas fue recuperada por Ramón De león, la que fue entregada en el acto al presidente municipal, para su puesta en valor y posterior colocación en el monolito.