La reducción de recursos ronda el 36%. ATE afirmó que hay 24 personas que prestan servicios en el Parque a las que aún no les renovaron el contrato
Trabajadores de los distintos Parques y Reservas Nacionales del país advierten desde hace meses un fuerte reducción al presupuesto, y afirman que esto «afecta las tareas de control, la seguridad para los visitantes, la atención en época de incendios forestales y el desarrollo de los proyectos de relevamiento, monitoreo y seguimiento para la conservación del patrimonio natural y cultural», según advirtieron en septiembre de 2018 en un comunicado.
Las limitaciones que genera el recorte se evidenció esta semana en El Palmar, uno de los dos parques nacionales de Entre Ríos, junto con el Predelta en Diamante. Por falta de recursos, no se había contratado guardavidas hasta la fecha, por lo que la playa del lugar no estaba habilitada. Sabiendo que en verano es el gran atractivo y que la situación iba a restar afluencia de turistas, el concesionario del camping ofreció un aporte para subsanar el problema. Al respecto, Cecilia Li Puma, intendenta del parque El Palmar, comentó a UNO: «Arribamos a un acuerdo, en este caso con un privado, que es el concesionario del camping. Estamos ultimando los detalles, pero el servicio de guardavidas va a estar y el turista va a poder disfrutar de la playa».
Al lugar concurren entre 120.000 y 150.000 personas por año. Además de la época en que reciben turismo estudiantil y contingentes de jubilados y otros grupos –de octubre a diciembre– la temporada estival convoca a miles de personas que visitan el lugar, provenientes sobre todo de Buenos Aires y Rosario, y también de ciudades aledañas de Entre Ríos.
Si bien Li Puma sostuvo que están haciendo algunas obras de infraestructura, como un puente que lleva a la zona de ruinas y trabajos en la playa para evitar que la lluvia lave la arena, y aseguró que «todo el personal sigue en pie» y que «no hay ninguna baja de ningún contrato», Jorge Souza, secretario general de la seccional Colón de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), manifestó su preocupación porque no está resuelta la situación laboral de muchos de los trabajadores del Parque, y contó que hasta ayer «no llegaron los contratos del artículo 9, que corresponden a la parte administrativa y no está resuelto el tema de brigadistas». Sobre este punto, sostuvo: «Son entre 50 y 55 personas las que trabajan en El Palmar, y entre ellas hay 24 compañeros que están en la incertidumbre de si realmente están dentro de la nómina de personal contratado o no. Si bien esa situación ya viene sucediendo año a año, en esta oportunidad se ha extendido mucho más, ha empezado la temporada 2019 y no se han firmado los contratos nuevos».
Frente a este contexto adverso, el dirigente explicó a UNO: «En la asamblea del lunes se puso en debate tema del presupuesto. Al parque nacional El Palmar el año pasado le asignaron 7 millones de pesos y este año solamente se aprobaron 2,8 millones pesos. Después con gestiones de la intendenta y del Parque se llegó a 4,5 millones aproximadamente. En un contexto inflacionario, sacábamos la cuenta de que para igualar al presupuesto de 7 millones del año pasado, se tendrían que haber aprobado al menos 10 millones».
En este marco, analizó que «en 2018 los recursos fueron insuficientes, y en vez de aumentarlos los redujeron», y comentó: «Por ejemplo, los guardaparques nos explicaban que el año anterior no se pudieron hacer las quemas controladas, fundamentales para reavivar y renovar la forestación, por una cuestión de presupuesto. Más allá de eso, se ve afectado el funcionamiento y los arreglos de los vehículos, el mantenimiento de las entradas de los caminos, el arreglo de los puentes rotos de los senderos que los turistas visitan».
Sobre la situación que se generó por la falta de guardavidas, observó que «también se dio en el marco del achique de presupuesto» y contó: «Hace 10 años que el Parque habilita sus playas, y hoy la parte privada, gente que tiene una concesión, es la que se puso al hombro hacer la contratación de los guardavidas, porque si no son ellos los que más se perjudican. Hubo mucha gente que vino y se retiró disconforme porque no estaba habilitado el balneario, incluso presentando quejas formales por eso».
Souza mencionó que la contratación será de cuatro guardavidas, y si bien destacó que se haya arribado a una solución, al igual que otros participantes de la asamblea manifestó su desacuerdo con la forma en que se resolvió: «No queremos que siente precedente que un privado se haga cargo de lo que le corresponde a Parques Nacionales, como tampoco estamos de acuerdo en que se licite todo dentro de El Palmar, como pasó en otros parques en los que se privatizaron todos los servicios. Si bien está bueno darle trabajo a la gente de la microrregión, nos oponemos a que llegue gente de afuera, de las grandes cadenas que vienen a hacer negocios al país. Esa es nuestra preocupación», indicó.
En este marco, expresó: «Vamos a seguir en estado de alerta y movilizados, más allá de que el tema de los guardavidas está solucionado, porque tenemos la inquietud de que se mantengan los caminos, que están muy deteriorados; y que no se cierren senderos: sería lo más fácil ahora, pero no es lo que queremos».
Reservas en riesgo
Ya el año pasado, en octubre, referentes de ATE de la provincia de Córdoba aseguraron que el recorte afecta al parque Quebrada del Condorito, donde señalaron riesgos para visitantes por falta de mantenimiento y de tareas de conservación, entre otras cuestiones.
En agosto de 2018, en El Chaltén, provincia de Santa Cruz, se manifestaron preocupados por el recorte de las Brigadas de Emergencia en el parque nacional, no incorporando personal de refuerzo durante la alta temporada, afectando «al grupo que se dedica a vigilancia y rescates en las sendas de trekking y que combate incendios forestales, entre otras tantas tareas», advirtieron trabajadores del lugar.
«No es solamente un problema de El Palmar. En Iguazú pretenden hacer dentro del parque nacional una villa turística VIP y tratamos de que eso no llegue a El Palmar, porque lo que los turistas valoran es la tranquilidad», dijo Souza, en referencia a un polémico proyecto que impulsa el gobierno nacional para construir infraestructura turística dentro del parque nacional en el que están situadas las cataratas del Iguazú, una de las siete maravillas naturales del mundo, y también en otras áreas protegidas, al que la mayoría de los habitantes de la zona se opone.