Integra el selecto grupo de pilotos el automovilismo entrerriano que ronda los 70 años de edad, afrontando por estos días la inactividad deportiva oficial que afecta a todos. En los 60 el motociclismo fue su primer amor, al que regresó en 1968 para consagrarse campeón entrerriano, después de haber incursionado ya –a los 16 años- en categorías zonales.
Anexo Jota, Turismo Nacional –en tiempos de GP larguísimos que atravesaban varias provincias- Mecánica Argentina Fórmula 1, Fórmula 2, una participación en la Fórmula 3 Sudamericana y muchas en TC 200, ya en los 80 y principios de los 90, forman parte de la trayectoria de Raimundo Roberto Patat que –después de unos años- se prolonga en el TC Pista Entrerriano, convertido en el único defensor del Torino, en conjunción con motor Chevrolet.
“Nunca estuve tanto tiempo sin correr por algo así, siempre fue por otras cosas, problemas personales que uno se alejó, pero por cosas como ésta nunca, una experiencia de éstas nunca. Alguna carrera por ahí, que alguna vez se suspendió, me acuerdo, cuando Alfonsín para Semana Santa, una cosa así, pero después otra cosa así no recuerdo”, nos decía Raimundo Roberto Patat, de dilatada trayectoria, iniciada en la década del 60.
En TC Pista a una sola carrera no fui, por problemitas de salud. Después fui siempre, algunas a la rastra, por ese problemita que tuve un año y medio más o menos, medio complicado, pero ahora gracias a Dios uno ya está 10 puntos de salud.
-Hablando de eso, ¿te preparás, hacés algo físicamente?, si bien las carreras son cortas.
-Este año dije bueno, mientras estuve de vacaciones comencé, caminaba mucho, hacía algo de gimnasia, todas esas cosas. Después seguí un poco, más que nada caminando bastante, después vino todo este tema (pandemia mediante) y ahora te digo que no hago nada, apenas si voy caminando al banco, que está a tres cuadras, pero es cuesta arriba, así más o menos me cansa un poquito.
MOTOCICLISMO para EMPEZAR
-Te iniciaste muy joven, haciendo algo antes de subirte a un auto de carrera…
– En autos empecé con un De Carlo, tiene que haber sido en el 67, yo tenía 16 años, habremos ido cinco, seis carreras. Corríamos en Paraná y algunas carreritas en Santa Fe.
Después dejé y volví a las motos, porque antes de eso ya había hecho motociclismo. En el año 68 me dediqué a full a las motos y obtuvimos el campeonato.
En el 69 empezamos con un Fiat 1500 de vuelta, 69 y 70, en el Anexo Jota. Después 71 con un 1600 en el Zonal Entrerriano. Corríamos en Paraná, Concordia (asfalto los dos), Gualeguaychú, Concepción del Uruguay, Victoria (tierra), íbamos mucho también a Santa Fe (San Jorge, Rafaela, Esperanza).
-Los circuitos de tierra como estaban, ¿eran bien presentados?
-Cuando yo comencé Paraná era de tierra todavía, con el 1500, la primera carrera. El de Gualeguaychú era muy lindo circuito, el de Concepción, aunque lo que tenía era que rompía el parabrisas siempre, había mucha piedra. En Nogoyá también había, en Betbeder se corría, pero la gente compactaba bien la tierra, o sea trabajaban mucho los organizadores en ese caso.
Después corrieron los fórmulas, había varios circuitos de tierra y muy buenos: Villa Elisa, La Clarita (se corrió no hasta hace mucho tiempo). Los circuitos eran como el de La Clarita, muy buena tierra.
-¿Alguna vez te ofrecieron correr en la F5 Entrerriana, tuviste la posibilidad?
-Lo que pasa es que había un problema de fiscalización porque yo corría en categorías del Automóvil Club, estaba afiliado a CADAD, la Fórmula 5 no estaba afiliada y si uno corría en una de esas categorías te suspendían. O sea que lamentablemente no pude incursionar.
Pero la seguía porque tenía muchos amigos y aparte acá hacíamos algunos fierros también, armábamos algunos autos, siempre íbamos a las carreras.
-¿Te hubiera gustado vivirla de adentro a esa época, no de afuera?
Sí, por supuesto, pero a veces uno se queda con ganas, había que optar. Aparte era la época que yo todavía venía creciendo, o sea imagínate, tenía 22-23 años, no podía dejar aquello para competir acá.
De esa época, ¿qué pilotos recordás, rivales, compañeros?
-En el Anexo Jota estaban Paco Mayorga, Cocho López, Cartoncito Brozzi, el equipo de Castagnoni, Malaciani de Bahía Blanca. Y estaba el equipo Fiat y el equipo Peugeot, los dos equipos oficiales que había en la categoría nuestra.
EL ANTECEDENTE FAMILIAR
-Venía de familia dedicarse al automovilismo.
-Sí, mi padre (Raimundo) corrió hasta el año 53, en Fuerza Libre y Fuerza Limitada.
LA EXPERIENCIA EN MONOPOSTOS
-Tu paso por los monopostos fue por tres categorías.
-Claro, F2 comenzamos en el año 72, corrimos ese año y 1973, que ahí tuve un accidente que me relegó seis meses, con una pierna para arriba, que estuve en cama. Ahí dejé la F2, en el 74 fuimos a una carrera y ya la categoría se había venido abajo.
En el año 75 se dio una posibilidad y me metí en la F1 Nacional hasta el 76, dos años hicimos.
-Fuiste a correr a El Pinar (Uruguay), entre otros circuitos.
-Sí, tres veces fuimos, también a Rafaela, Salta.
-Del accidente que te dejó seis meses en cama, ¿qué recordás?
-Me acuerdo que me desperté en el sanatorio, nada más. Tuve un golpe grande en la frente, perdí la memoria también como media hora para a atrás del accidente. Me acuerdo cuando me desperté a la noche en el sanatorio, pero del accidente no me acuerdo de nada.
PRIMERA PAUSA
Medio que dejé en el 76, puse una fábrica de silenciadores para Citroën. Con el trabajo tuve que dejar los autos, ya cuando perdés el hilo no te podés dedicar al profesionalismo ni nada del automovilismo.
AUTOS PROPIOS
-Siempre con auto propio, que atendían ustedes.
-Sí, normalmente lo hacíamos nosotros. F1 tuvimos dos, un Berta y después otro (Patat) que habíamos hecho acá en el taller. En F2 fueron dos años (86 y 87) con un auto que lo hicimos acá, más adelante ya, sí con un Berta III.
En F3 corrimos con un auto que era de Pietroboni, una sola carrera, por invitación, sobraba un auto ese fin de semana, buscaban un piloto y yo tenía licencia, así que me subí a ese auto.
-TC 2000 fue la siguiente escala, ¿cómo llegaste a la categoría?
-Empezamos en el 88, había una cupé Fuego parada acá en Paraná, una cupé que habían hecho para el Turco Galiano, era de una peña, vos viste a veces las peñas como son, quedó el auto ahí tirado, entonces me hice cargo y compré el auto. Así comenzamos con el TC 2000.
-En una época en la que las Renault Fuego brillaban en la categoría.
-Exacto, pero lo que pasa que justo empezaron también los equipos de fábrica y se hizo todo muy profesional. Entonces el TC 2000 se fue dividiendo, estaba el grupo de los pilotos profesionales y después veníamos los pilotos particulares. Entonces los grandes ayudaban a los equipos más chicos, con repuestos, con las gomas, con algún viático, era la manera en que se mantenía la categoría. El compañerismo existía mucho.
En la pista era otra cosa, aparte había una diferencia muy grande en los costos, o sea había equipos que tenían buenas publicidades, tenían sus ingresos sin ningún problema.
En esa época también, eran muy pocos los que dormían en los autódromos. Iban en una pick up con el tráiler algunos. Después empezaron los semirremolques, ya un circo más grande que es lo que hoy se ve.
-¿Ustedes cómo se manejaban en ese aspecto?
-Nosotros fuimos medio pioneros, en el 72, con la F2, yo tenía una pick up, una Dodge con motor V8, le habíamos hecho un tipo “campers”, grande, lindo, así que viajábamos con eso.
Fuimos unos de los primeros, tal es así que no te dejaban dormir en los autódromos. El sábado terminaban las pruebas y había que irse del autódromo, no había que dejar nada si algunos autódromos no tenían ni boxes. Tenías que irte a dormir afuera, te ibas a algún parque, en Río Cuarto nos íbamos al parque que está al lado del río, hacíamos ahí el campamento, comíamos y al otro día a las 7 de la mañana estábamos en la puerta del autódromo. Pasó mucho tiempo hasta que todo el mundo se quedaba en el autódromo.
-Y el motor home que tenés actualmente ¿cuándo lo conseguiste?
-Ese es un motorhome que lo hicimos ya para el TC Pista, para la F2 y el TC 2000 teníamos otro motorhome, después hice un semirremolque bastante lindo, pero era medio largo, lo tirábamos con una camioneta, una Ford 250, cuando lo vendí, que me vine a Paraná, porque yo estaba en Aldea Spatzenkutter, ahí tenía el taller, ahí estuve hasta el 2000 porque después ya me vine a Paraná, por cuestiones de negocio. El semirremolque no me entraba en el galpón, porque la calle era angosta, era imposible meterlo. Así que lo tuve que vender, lo siento realmente porque estaba hecho para llevar un auto. Era bajito, cómodo, llevabas un auto y teníamos seis, siete camas, tenía su baño, todo eso, pero no me entraba y tuve que venderlo. Hicimos este otro, un colectivo que lo transformamos en casa rodante.
-Mencionaste a la Aldea, ¿por qué estabas ahí?
-Yo tenía la fábrica ahí. Empecé acá en Paraná un tiempito, estuve cuatro años en Buenos Aires y de ahí me vine a la Aldea, hicimos un galpón grande, bien sobre la ruta, a 25 kilómetros de Paraná. El galpón estaba también bastante preparado para taller de competición, también lo vendí, pero estoy contento porque en este momento hay también un taller de competición ahí, de Fernández, de Trenque Lauquen, vino y se instaló ahí. Tienen como seis o siete autos, de Turismo Carretera y TC Pista.
-¿Cómo vino a parar ahí?
-Había unos mecánicos que estaban trabajando, que eran de ahí de la zona, con los Werner. Se fueron conociendo, se enteró este muchacho que estaba ese galpón, que estaba vacío, que estaba para alquilar, pero se lo terminé vendiendo. Un lugar bien en una aldea chica, está sobre la ruta, hay no hay problemas de horas de trabajo, no molestás a nadie.
-Dijiste que estuviste cuatro años en Buenos Aires, ¿en qué época fue?
-Eso fue del 78 al 82, ahí corrí algunas carreras de Fórmula 1, o sea que estando en Buenos Aires en algunas anduvimos.
CIRCUITOS
-¿En Concordia fue uno de los lugares donde mejor te iba?
-Con el 1600 hicimos la pole, estaban los equipos Fiat y Peugeot. A veces se corrían dos carreras por suma de tiempos, ahí peleamos toda la carrera con Paco Mayorga, él ganó esa carrera, yo venía detrás de él, y rompo el parabrisas. En Concordia algunas piedritas se salían del asfalto, del canto rodado, o de la banquina. Rompo el parabrisas y no sé si terminé 3º o 4º esa final. En la otra creo que terminé 2º y por suma de tiempos terminamos 3º.
En Paraná también anduvimos bien, ahí por el nacional. Salimos 2º, esa ganó Rodríguez Marsilli, de Buenos Aires, que eran los dueños de la Academia Oscar, de conducción de autos de calle.
-De esa etapa larga, del 67 al 82, quedaron relaciones, compañeros, pilotos con los cuales mantenés contactos.
-Sí, normalmente nos encontramos en algunos lugares o en algunos eventos. Ahora está la onda de restaurar los autos que corrían en esas épocas, así que permanentemente estamos en contacto. Por ahí habla alguno, che ¿te quedó tal cosa?, así que contacto no tan fluido pero de vez en cuando se produce un encuentro o charlamos a la distancia.
-De todos los autos que corriste, ¿te quedó alguno?
-En este momento tengo el Peugeot y tengo el F2, un Berta III, son los dos autos que me quedaron. Y el Torino, por supuesto, que estamos usando. Están acá en el taller, tapados con tierra y cosas que uno junta en los talleres. Aparte yo tengo el taller nada más que para guardar, no es un taller que está para el público, amontonás cosas. Están la gomas, tengo gomas de la época del F1, del Fiat 1500, porque en esa época no era fácil comprar una goma, no solamente tenías que tener la plata sino que no existían. Por ejemplo, en F1 me acuerdo, una anécdota con Angel Monguzzi, un día estábamos en una carrera y había una reunión porque comenzaba el problema de conseguir las gomas. Muchachos, hagan como yo dice, una semana antes de cada carrera voy a Miami y me vengo con las cuatro gomas, imagínate lo que era, así que tengo cubiertas que fueron quedando y ni loco las largo porque cada una tiene su recuerdo.
-¿Por casualidad te quedaste con esos autos o realmente no quisiste desprenderte?
-Hasta un tiempo atrás fue casualidad y ahora no sé si tendré ganas de venderlo porque muchos fierros de antes hoy me arrepiento de haberlos vendido, pero hay veces que no se puede tener todo, eso es imposible.
-¿Te arrepentís especialmente de haberte desprendido de algún auto?
-El fórmula ese con el que tuve el accidente, que se lo llevaron los muchachos Sacks de Santa Elena, y lo usaron para la Fórmula Entrerriana. Fueron campeones con otro auto. El que les vendí yo le hicieron unos injertos, le metieron cosas de otro auto. Ese lo hice yo, estaba todo destruido, del volante para adelante no existía nada, estaba todo torcido, ahí me quebré la pierna. Ese auto fue el primero que hice, entonces medio es que me produce nostalgia. Y después uno que anda dando vueltas, el otro F1, fue a parar a Buenos Aires, después lo fueron modificando, nada que ver con el que salió de acá. El chasis, suspensión quedó, pero modificaron toda la carrocería. Ese auto está en el Museo de Termas, hace como cuatro años me contaron, no le di mucha importancia, y ahora que publicó uno, publicó otro, uno de los muchachos que corría, después ese auto quedó tirado, por ahí me enteré que es ese.
-¿De las Renault Fuego qué fue?
-Fueron a parar a Buenos Aires, después de eso perdí el rastro.
CAYERON EN UN PRECIPICIO Y EL RECUERDO DE JUANQUI ALÓ
Cuando corrimos el Gran Premio en el año 70, con el Fiat 1500, ahí nos caímos 70 metros. Esos eran los GP que se corrían antiguamente tipo rally, después lo remplazó el rally. Este fue un GP que se largó en Tucumán, iba hasta Tarija, en Bolivia, y de ahí bajaba, iba hasta las Cataratas, terminó acá en Paraná ese GP, el GP de Turismo del año 70.
-¿Cuánto duraba, una semana?
-Imaginate la primera etapa eran más de 1.000 km, de Tucumán a Tarija. Aparte era todo carrera, no eran primes, había solamente algunos enlaces cuando se cruzaba alguna ciudad, 5 o 10 kilómetros solamente, ciudad importante porque pueblos chiquitos cruzabas a fondo por adentro del pueblo, así eran los GP.
Ahí nos caímos en Salta, nos fuimos 70 metros abajo, en un precipicio, no nos hicimos nada con mi compañero Juanqui Aló, que lamentablemente lo perdimos hace poco, a fin del año pasado. Estuvo mucho tiempo con Pistola Niemiz. Era un gran aparato de acá, de Paraná.
Tuvimos que sacar el auto con una grúa, eso es una anécdota que queda, que la podés contar bien, aparte uno a veces se queja de los resultados, pero yo que he andado mucho he tenido mucha suerte porque nos ha pasado de todo, hemos tenido circunstancias feas, negativas, pero de todas zafamos, es importantísimo.
Después corrí otro GP en el 74, ese lo hicimos con un Fiat Iava 1330, y de acompañante iba el Pollo Rissetto. Ese se largó en La Pampa, de ahí fuimos a Carmen de Patagones, San Martín de los Andes (cruzamos todo debajo de un lado al otro), después fuimos por Zapala, o sea para arriba, y llegando a San Rafael (Mendoza), se nos rompe una pata de motor y nos corta la correa de distribución y ahí terminó el GP para nosotros.
-Los dos sabían de mecánica, porque ante cualquier desperfecto tenían que reparar.
-Sí, los dos sabíamos bien. Lo que tiene el rally es que los tramos son cortos, hay auxilios, podés reparar más. Acá era todo libre, salvo las ciudades grandes importantes había un enlace. Y si no se pasaba a fondo, es como decir pasa un GP por San Salvador y a fondo, nada de levantar, la gente a los costados, pero la ruta libre, así era más o menos antes.
-¿Siempre llegaste con la luz del día o alguna vez te retrasaste y llegaste de noche?
-No, siempre llegamos de día. Uno no se cansaba, tenía todas las ganas encima, tenía 22-23 años, el estado físico era bueno, era otra cosa. Ahí teníamos auxilios, generalmente llevábamos dos camionetas que había que repartirlas en la ruta, para cargar nafta y rompíamos ruedas bastante, en cada etapa por ahí un par de ruedas capaz que se rompían.
Después se fueron prohibiendo más que nada ese tipo de carreras en ruta porque se cortaba un día entero toda una ruta, muchos kilómetros. Después sí surgió el rally que ocupa otros lugares o zonas de menos tránsito, menos rutas.
LA PRIMERA “DISCUSIÓN”
Otra carrera, que fue la primera de montaña, fue la Carlos Paz- Mina Clavero, fuimos con Juanqui Aló también. Era bastante embromada, muy peligroso el camino viejo que se usaba. Ahí fue mi primera discusión con mi viejo, porque él siempre me apoyaba, pero no quería que fuera, yo tenía 20 años. Era peligrosa, tal es así que el año anterior se había matado Roggero, de Concordia. Discutimos un rato, no me acompañó esa vez, fuimos y anduvimos al pelo. Nunca me dijo nada al regreso, él siempre me apoyó mucho y una de las cosas que hoy más lamento es no haberle gastado, porque él quería apoyarme económicamente, pero siempre demás testarudo, me gustaba gastar la mía, laburar, hacer mi guita y gastar la mía. Hoy lamento, como digo cuando estamos de joda, no haberle gastado la plata al viejo.
-En esto muchas veces los resultados tienen que ver con lo que se gasta.
-Por supuesto, eso es todo, pero uno aprendió de chico el valor de las cosas, costaba conseguir la plata, una la estira.
-Nombraste a Rissetto y a Juanqui Aló, ¿alguno más?
-De arriba del auto ellos dos nomás, de abajo siempre Gustavo Puig, el Lechu Monti, de los que están ahora. Después hay muchos de los que siempre iban, de los que están yendo al zonal. Mi mujer va a todas, de cocinera y cronometrista también, es repata la vieja. Ahora estamos de cuarentena y no podemos hacer el asado de los sábados, nos extrañamos, están suspendidos desde mitad de marzo. Aparte acá en Paraná si ven que hay reuniones de ese tipo enseguida te denuncian, están la Patrulla de Gendarmería y de la Policía en la parte atrás de la terminal, nos ven justo cuando tenemos la parrilla en el pasillo, si no tenemos que invitarlos a los vagos.
-¿Se extrañan también las carreras?
-Las carreras están tapadas un poco por los problemas comerciales, eso en la cabeza está. Yo gracias a Dios estoy en un rubro que nos dejaron abrir, pero está complicado, uno la viene zafando, pero no sobra. Vez gente que hace tres meses que no labura y no sé qué va a pasar con esa gente. Yo soy chiquito, tengo un solo empleado, nos arreglamos bien, pero los que tienen mucho empleados, no sé qué hacen. Así no te toque a vos, pero preocupa porque el de al lado está jodido.
GANAS DE CORRER CON EL FÓRMULA
-A propósito de esto, tanto tiempo de carrera te hizo replantear tu actividad como piloto, sobre todo si no se puede llegar a correr este año.
-Cuando empecé a correr dije, corro hasta los 30 y después no corro más. Y ahora pensaba hacer unos añitos hasta los 70, ya lo tenemos ahí, cumplí 69 hace un mes y no puedo estar corriendo. Entonces digo voy a tener que cambiar la fecha, voy a ir corriendo el arco. Lo que sí a veces se me cruza en la cabeza es hacer algo más chico, más liviano, por ejemplo está lo del Fórmula (Renault Entrerriana), que están los chicos acá de Diamante. Yo tengo el auto ahí, si me pongo se puede armar para eso, aparte es todo liviano, las ruedas, todo. Acá yo tengo que cargar una goma y ya me canso, te podés imaginar. En estos autos grandes es todo pesado, es lo que único sí que se me cruza por la cabeza, pero lo otro no, de abandonar no.
Lo que quisiera sí es vender el colectivo, es otro problema, porque tengo que hacer todo, el psicofísico, todos los años, cambiarlo por algo más chico.
LA EXPERIENCIA CON EL PEUGEOT
-¿Con el Peugeot cómo fue que incursionaste?
-En el 92, me parece, empezamos con el Peugeot, pero ya estaban viniendo los autos chicos (Ford Escort, Renault 19), corrimos un año y medio más o menos. Era un auto muy pesado, o sea había que trabajar bastante más. Un día agarramos y volvimos a la cupé y así terminamos la historia después de TC 2000. Los autódromos se llenaban en esa época.
-Recorriste buena parte del país, la categoría visitaba muchos circuitos.
-Sí, de norte a sur y de este a oeste, se recorrió. Fuimos hasta Comodoro (Rivadavia) dos o tres veces, Río Gallegos no alcanzamos a ir, después Trelew, Salta (como cuatro o cinco veces), Mendoza como cinco o seis veces, Neuquén, Río Negro, estaban Allen, Roca, Bahía Blanca, San Juan, se iba mucho, al Cabalén también.
MODIFICACIONES EN EL TORINO
Este año, habíamos empezado bien, se habían reformado un poco las torretas, que está permitido ahora bajarlas. Íbamos a hacer unos escapes nuevos, después paramos. El chasis sí, quedó listo entero. Al modificar las torretas podemos usar la trompa sin levantarla, porque nosotros teníamos que levantarle una parte. Ahora va a quedar más lindo y más aerodinámico.
-Cuando decís estamos, a quiénes te referís.
-Digamos, son pocos los muchachos, el grupo de siempre, los que vienen a tomar mates. Estamos todos desparramados también en todo este tiempo.
Aparte yo ya había empezado un poco en las vacaciones a trabajar, estaba más solo que otra cosa porque todo el mundo andaba afuera.
-El Torino lo arrancaste de cero, ¿cómo lo conseguiste?
-Un día andaba un amigo ahí, me dice hay dos carrocerías, un Torino más o menos completo, todo desarmado, y una carrocería más. Fuimos, la busqué y ahí comencé.
-¿Habías comentado algo o surgió de la nada?
-No, yo andaba con ganas, si bien había abandonado todo, no era algo que tenía que hacer urgente, pero justo apareció y nos pusimos a hacer las cosas, aparte pasamos años medios feos, te acordás 2008, 2010, no estaba muy bien como para andar haciendo fierros digamos.
-Empezaste con el motor del Torino…
-Sí, habrá sido un par de años, después ya pusimos el Chevrolet.
-Era muy complicado poner a punto el Torino…
-El Torino es muy costoso todos los repuestos, y cuando se rompen se rompen enteros. En cambio el Chevrolet aguanta más, es un motor más simple, los fierros son más baratos, se consiguen más fácil.
LA CATEGORÍA
-Qué opinás del TC Pista Entrerriano, el año pasado tuvo que hacer todas las carreras en Paraná, y la idea es seguir ahí mientras no mejore la situación.
-El año pasado éramos más o menos el 80%, de 10-12 que íbamos a las carreras, 8-9 autos eran de la zona de Paraná (María Grande, La Picada con Predolini), todos los autos esos estaban acá en la zona, y de afuera creo que eran dos, Reynoso y Almada, o sea que eran poquitos los de aquella zona. Y ahora, este año se habían pensado las primeras tres carreras hacerlas en Paraná.