Tanto la comercialización de trigo como la de maíz está intervenida por el gobierno argentino. Pero ahora todos hablan del maíz. Y nadie se acuerdo del trigo. ¿Cómo puede ser?
Las exportaciones tanto de maíz como de trigo operan en el marco de un régimen de “autorregulación privado” con vigilancia estatal, en el cual, una vez establecido un cupo tácito de exportación por parte del Ministerio de Agricultura, los exportadores van anotando Declaraciones Juradas de Ventas Externas (DJVE) hasta completar la cuota, de manera tal de asegurar –según el criterio determinado por el gobierno– disponibilidad de granos para los usuarios internos del mismo.
En agosto pasado se completó el cupo tácito de trigo 2020/21 y Bichos de Campo –prácticamente en soledad– informó al respecto. El efecto de la “retirada” obligada de los exportadores del mercado resultó en un “planchazo” de los precios internos del cereal.
El martes, por ejemplo, el trigo Rosario disponible Matba Rofex terminó con un valor promedio ponderado de 248,0 u$s/tonelada, mientras que el contrato de Trigo Rosario Enero 2022 finalizó con un precio de 252,0 u$s/tonelada. ¿Cómo es posible que el precio esperado en plena cosecha sea superior al vigente en el último tramo del ciclo comercial, cuando escasea la mercadería? La respuesta en muy sencilla: el principal “jugador” del mercado ya no puede seguir “jugando” y la demanda queda concentrada en la molinería.
Esta situación de facto, perfectamente conocida por los integrantes del mercado agrícola, no fue oficializada por el Ministerio de Agricultura. Sin embargo, ayer ese mismo organismo decidió “blanquear” el cierre del registro para el maíz 2020/21.
La pregunta que no podemos dejar de hacernos es porqué el gobierno decidió oficializar el cierre del registro de maíz pero no el de trigo. Y la respuesta, muy probablemente, es que considera que el “trabajo” ya está hecho en el caso del trigo, mientras que el maíz necesita un “empujoncito” más para trastabillar y que el precio caiga unos cuantos peldaños más, adicionales, claro, a los recortes generados por la “doble retención” nominal y cambiaria.
Lo que observamos, entonces, no sería otra cosa que una “puesta en escena” para que el tema se transforme en vox populi y así sea mucho más fácil (y digerible) aplicar un “mazazo” adicional a los precios internos del cereal.
Y, ¡sorpresa!, los precios de los futuros de maíz en el Matba Rofex hoy se derrumbaron para caer en niveles mucho profundos que los registrados en el mercado estadounidense CME Group.
El contrato Maíz Rosario diciembre 2021 terminó hoy en 194,5 u$s/tonelada con una baja intradiaria de 6,5 u$s/tonelada, mientras que el contrato equivalente en el CME cerró hoy en 205,7 u$s/tonelada con una caída de 3,6 u$s/tonelada. Misión cumplida.
El momento de la “jugada” no es casual, porque se acerca la temporada alta de producción de carne aviar y porcina con miras a abastecer el pico de consumo estacional de proteínas animales que se registra a fines de cada año y el gobierno apuesta a que ambas industrias cuenten con maíz “baratito” para luego solicitarles que comercialicen algunos productos populares a precios subsidiados.
El “partido” del maíz temprano ya está jugado, pero para el segundo tiempo –el maíz tardío– falta bastante y no puede descartarse que el “manoseo” oficial tenga algún impacto en la intención de siembra o la tecnología empleada en el cultivo. Fuente: Bichos de Campo.