Por una menor superficie de maíz, se realizarían 16 mil viajes menos de camiones

Desde la estimación de la Bolsa de Cereales a la última proyección poselecciones, la superficie cayó en 100 mil hectáreas. Especialistas del INTA aseguran que los traslados de camiones a los puertos se reducirán.

Previo al inicio de la campaña se proyectaba una superficie de maíz y producción mayor al de la actualidad. Los pronósticos de clima daban buenas señales y las estimaciones de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires prometían una buena campaña. Pero el cambio del pronóstico, el resultados de las elecciones y otras factores, hicieron caer la superficie destinada a este cultivo de 6,4 millones de hectáreas a 6,3 millones de hectáreas.

Esta caída de 100 mil hectáreas provocó un cambio de escenario, que se ve traducido en una menor producción. Según los cálculos realizados por la especialista del INTA, Marianela De Emilio, el transporte de camiones caería en 16 mil  viajes.

La ingeniera agrónoma con un máster en agronegocios argumentó: “Si consideramos que cada hectárea de implantación de maíz compromete aproximadamente U$S 200/Ha por encima del costo de implantación de soja, tenemos desde ya una reducción de U$S 20 millones, por el recorte de área que se acaba de estimar en 100 mil hectáreas”.  Además, señaló que si un camión traslada 30 toneladas de cereal, transporta 3,75 hectáreas de maíz, considerando un rendimiento de 80 qq/ha.

En este sentido, agregó que en el caso de la soja cada camión transporta 9,4 hectáreas, considerando un rendimiento promedio de 32 qq/ha. “Tenemos que esta reducción de siembra de maíz y aumento de soja, hay potencialmente una reducción de 16 mil viajes de camiones”, aseguró De Emilio.

Por su parte, la especialista del INTA Las Rosas destacó que considerando el promedio nacional de rendimiento, que es de 80 quintales por hectárea de maíz para grano, se producirán 800 mil toneladas menos que esta campaña. “No es seguro que este sea el último recorte”, aseguró.

En este sentido, si se considera la implantación de maíz tardío y soja de segunda, la ventana de siembra llegan hasta mediados de febrero y fines de enero respectivamente. Ante este escenario, según las condiciones que se presenten las superficies se pueden seguir modificando.

“El reloj sigue corriendo, y en medio de labores de siembra, se hacen cálculos analizando alternativas productivas, según variables climáticas y de precios”, sostuvo De Emilio.  Además, señaló que cada hectárea de maíz que pase a soja, tendrá un impacto de corto y mediano plazo en lo referido a costos de implantación y transporte, así como los precios futuros del maíz local. “Los precios podrían verse fuertemente afectados, para lo que se dispone de herramientas de gestión comercial como los futuros y las opciones agrícolas”, concluyó la ingeniera.