Por la suba de retenciones, en 2020 podrían sembrarse 845 mil hectáreas menos

Es una estimación de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. El volumen cosechado podría reducirse en 4,2 millones de toneladas para 2021.

ÁREA. El grueso de la caída de la siembra se daría entre soja y maíz: casi 600 mil hectáreas menos.

El doble aumento que sufrieron las retenciones en apenas una semana –el primero por decreto y el segundo a través de la Ley de Emergencia aprobada por el Congreso– difícilmente impacte en la actual campaña que ya está “jugada” para los productores, pero sí afectará las decisiones de inversión para el próximo ciclo 2020/21.

Según una estimación de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, el incremento de las alícuotas de los derechos de exportación hasta 33 por ciento en la soja y hasta el 15 por ciento en otros granos como maíz, trigo y girasol, llevará a que se siembren 845 mil hectáreas menos en la campaña que comenzará en abril, con el trigo y la cebada.

Solo con la suba hasta 30 por ciento y 12 por ciento, respectivamente, que había surgido tras el decreto del sábado 14 de diciembre, la entidad porteña ya había proyectado una reducción de superficie de 500 mil hectáreas.

El segundo incremento escalonado agrega 325 mil hectáreas que quedarían sin cultivo, con las mayores reducciones porcentuales en maíz (-3,2 por ciento) y en girasol (-4,3 por ciento).

Traducido en volumen, la cosecha podría caer en 4,2 millones de toneladas: el 75 por ciento de esta baja obedecería al menor área implantada mientras que el resto se explicaría por menores rindes ya que se estima que, además del achique de la siembra, los productores reducirán la inversión en tecnología, como el uso de fertilizantes.

Una aclaración que hace la Bolsa es que estos escenarios son siempre que la campaña actual (2019/20) esté acompañada por un clima favorable que le permita alcanzar rendimientos en torno al promedio histórico.

Sin embargo, la primavera arrancó con lluvias escasas en gran parte del territorio agrícola argentino y eso podría afectar aún más las decisiones de inversión del productor en 2020.

“Existe la posibilidad de que la sequía se traduzca en una merma importante en los ingresos de los productores y, por lo tanto, en una menor disponibilidad de recursos para enfrentar los costos de una nueva siembra. En ese caso, cabe calificar a las cifras de la tabla como optimistas, condicionales a que no se agrave la situación financiera del sector”, cierra la Bolsa porteña.