Algunas estimaciones indican que la merma de producción por la falta de lluvias se ubicará en 1.000 kilos por hectárea. El panorama podría complicarse aún más si no se producen precipitaciones en los próximos días.
La sequía, una vez vez, golpea fuerte a la agricultura entrerriana y, por estos días, comienzan a conocerse algunas estimaciones sobre posibles pérdidas de producción en trigo, el principal cultivo de invierno en la provincia, que tuvo un arranque optimista al punto que se implantaron unas 460.000 hectáreas, la mayor superficie en lo que va del siglo.
Pero el clima, lamentablemente, no acompañó a los productores. Faltó agua en los meses clave del desarrollo del cultivo y ya todos saben que las pérdidas son inevitables. La situación por la sequía se agrava semana a semana y si no se producen precipitaciones en los próximos días el escenario puede volverse catastrófico.
Pérdidas.
Entre enero y septiembre, de acuerdo con la seria histórica del INTA Paraná –que arranca en 1961–, la cantidad de lluvias en nuestra zona ronda los 700 mm, y entre abril y septiembre precipitan unos 321 milímetros.
Este año, sin embargo, entre abril y septiembre, el período de acumulación de agua y desarrollo del trigo, llovieron 135 mm menos de los esperados. Esto significa, según las estimaciones de los especialistas, que se dejarían de producir entre 891 y 1.053 kilos por hectárea; es decir, alrededor de 1.000 kilos (una tonelada).
Si tenemos en cuenta que en la actual campaña 2020/21 el área sembrada con trigo asciende a unas 460.000 hectáreas, se dejarían de producir unas 460.000 toneladas.
En plata, en tanto, esas 460.000 toneladas no producidas, sobre la base de la cotización del cereal del martes 13 en Rosario (15.400 pesos), significan una pérdida de 7.000 millones de pesos ($ 7.084 millones para ser exactos), o, si se prefiere, casi 42 millones de dólares (blue) o un poco más de 85 millones de dólares al cambio oficial. Mucha plata.
¿De dónde surgen los 1.000 kilos menos?
En la Estación Experimental Agropecuaria Paraná del INTA tienen medido que por cada milímetro de agua que consume, el cultivo de trigo produce entre 6,6 y 7,8 kilos de grano, según le explicó a DOS FLORINES el Dr. Jorge Gvozdenovich, técnico de la unidad.
Esos 135 milímetros que no llovieron entre abril y septiembre –un dato aportado por Gustavo Maffini, el agrometeorólogo del INTA local–, entonces, hicieron que no se produjeran entre 891 y 1.053 kilos.
Si las lluvias no aparecen en estos días, el panorama puede complicarse mucho más y, en consecuencia, las pérdidas de rendimiento –y de plata– serán todavía mayores.
En algunas zonas de la provincia, vale recordarlo, también se produjeron heladas tardías que afectaron algunos lotes, sobre todo los ubicados en los bajos.
Mientras, el ingeniero agrónomo Flavio Galizzi, técnico de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos, consultado por este portal, estimó que el rendimiento promedio en la provincia se ubicaría, hasta el momento, en unos 25 qq/ha.
Pero lo que preocupa “es que no está llenando bien el trigo” por lo que seguramente “el peso del grano puede caer muchísimo y ahí estaríamos en unos 20 qq/ha de rendimiento, o menos si la situación se agrava más”, alertó Galizzi. Fuente: Danilo Lima / Dos Florines.