Roberto Peiretti es considerado un pionero de la siembra directa en la Argentina, debido a que estuvo en la fundación de Aapresid, la asociación que agrupa a quienes defienden este tipo de agricultura. “Tuvimos la visión, fortuna y empuje para difundir muy rápido la técnica”, cuenta el veterano ingeniero agrónomo, que acaba de recibir el título Doctor Honoris Causa de la Universidad Nacional de Córdoba.
Peiretti ha viajado mucho y dice que el masivo nivel de adopción que ha tenido este sistema agrícola en la Argentina es algo que deslumbra al mundo entero. “En los 27 países que he recorrido en múltiples ocasiones llama mucho la atención y me preguntan cómo hicimos”, relató a Bichos de Campo.
“La clave fue dejar de lado el concepto de explotación para pasar al de unidad de producción. Abandonar las labranzas como símbolo para cambiar el paradigma. Y fuimos capaces de obtener simultáneamente una mejora en la productividad, esto de más por menos, que trajo apareado una mayor eficiencia económica y social, por la mayor creación de riqueza”, explicó. “Esto es lo inédito que no se logró en otro lugar”, agregó.
“En el mundo esto llama mucho la atención porque ven a agro como el proveedor de alimentos y hasta lo subsidian si no logran esta eficiencia. Hay que tener en cuenta que en los años 60 el mundo consumía 1.500 millones de toneladas de alimentos y eramos alrededor de 3 mil millones de personas. Hoy consumimos 3500 millones de toneladas y somos 7 mil millones. Se dice que vamos a ser 10 millones de habitantes y demandaremos 10 mil millones de toneladas”, ejemplificó.
“Pero acá en Argentina no somos conscientes de eso y se asocia al productor como que lo hace solo por lucro”, señaló.
Aquí la entrevista completa con Roberto Peiretti:
En cuanto a los puntos que debe revisar la agricultura argentina actual, Peiretti desdramatiza la situación explicando que los problemas existieron siempre. “Las royas en los trigos tienen miles de años. Y esto de las malezas siempre existió. Claro que nunca está dicha la última palabra ni se ha alcanzado la meta, es un camino de mejora continua. Y para eso nos basamos en la ciencia, que no es la verdad absoluta pero es la única herramienta cercana a la verdad que tenemos”, explicó.