Ph: Micaela Bernardi, franco-argentina, 26 años, obtuvo su diploma de idiomas en Francia. (Foto ilustrativa transmitida por Micaela Bernardi).
La joven Micaela Bernardi, nacida en San Salvador, donde viven sus padres, emigró a Francia hace un par de años. El mes pasado estuvo en nuestra ciudad para participar de la Fiesta Nacional del Arroz, debido a que en la última celebración había sido electa Embajadora Local del Arroz.
Días pasados contó a un medio digital francés su experiencia en aquel país y sus proyectos, que en estas páginas de LA SEMANA transcribimos, luego de la traducción correspondiente, para que nuestros lectores tengan la entrevista.
Llegada a Francia en 2020, Micaela Bernardi, una joven argentina de 26 años, luchó por vivir en Francia y tener éxito en sus estudios. Gracias a la asociación franco-argentina Mundosur pudo integrarse. Una ayuda preciosa y que le parece esencial devolver.
Árboles, montañas y cielos azules la rodean cuando comienza nuestra entrevista. Los magníficos paisajes de la Patagonia, donde vive su hermana, a algunas horas de su lugar de nacimiento. Mala suerte para la Ecornifleur, Micaela Bernardi se fue de Francia por unas semanas para encontrar a sus familiares a quienes no ve desde hace dos años. Nos recibe con mucho cariño, por videoconferencia, en este magnífico marco.
Micaela Victoria Bernardi tenía 24 años cuando decidió, en 2020, dejar su ciudad natal de San Salvador, Argentina, para unirse a Francia. La elección de este país no se debe del todo a la casualidad. Contra todo pronóstico, fue su profesora de inglés quien le inculcó, desde muy joven, su apetito por Francia. Si bien es prácticamente Contadora Pública en Argentina, decide dar el paso. Se traslada a Puy-en-Velay (Haute-Loire) y decide retomar sus estudios.
Conviértete en una “mujer fuerte”
Sin embargo, la llegada a este nuevo país no es fácil, surge una barrera esencial: el idioma. “Fue muy difícil, confiesa, llegué con un francés básico. No entendía nada y era difícil llegar a un país sin poder expresarme”. Para perseverar, se acerca a una asociación Mundosur, una asociación franco-argentina creada en Haute Loire en 2019, que defiende los derechos humanos de las poblaciones latinoamericanas. Las misiones de la organización son múltiples: tanto en Francia – participando en la integración de las mujeres hispanas, compartiendo consejos a su llegada- como en Argentina -luchando contra la violencia hacia las mujeres. Uno de los pilares es el “círculo de mujeres”: encuentros de mujeres latinoamericanas en Francia.
Micaela sacará muy buena experiencia de sus encuentros con “mujeres fuertes”, como ella las describe, “que tienen el coraje de ir siempre hacia adelante, de hacer cosas. Es un poco contagioso, ¡pensé que yo también podría hacerlo!” Así se embarcó en los estudios y logró integrarse sin negar a la Argentina, su país y su orgullo. Comienza con 35 horas de francés por semana durante 6 meses para obtener su diploma. “¡Después de eso, me dije a mí mismo que quería hacer más!”. Está hecho. En 2022 obtiene su licencia profesional en materias empresariales. “Francia me ha aportado mucho como persona, en mi desarrollo personal y profesional”, dice orgullosa. Sonríe al recordar: “Cuando aprobé mi tesis de licenciatura, la profesora me dijo que yo era la única persona que entregaba un informe sin faltas de ortografía.”
“Soy un ejemplo de mujer extranjera que quiere progresar en Francia”
Como en reciprocidad, Micaela participa activamente en la ayuda a las recién llegadas. Una necesidad para la joven de 26 años: “Soy migrante, he pasado por todas estas etapas. Soy un ejemplo y quiero dar a conocer todo lo que uno vive como migrante.”
Señala, por ejemplo, que a su llegada todos los trámites e información están disponibles en la web pero no hay traducción a español. Por ello, se embarcó, dentro de Mundosur, en la creación de una plataforma digital con toda la información necesaria para ayudar a la integración social y profesional, a los trámites administrativos y a la lucha contra la violencia doméstica. Un proyecto que desea defender, movida por los testimonios de las víctimas y la necesidad, a sus ojos, de hacer algo. Sin embargo, todavía tenemos que luchar para hacerla una realidad. De hecho, la asociación solicitó subvenciones que fueron denegadas. “Recibimos respuestas que nos hacen entender que no somos una necesidad para la sociedad, lamenta, nos empuja aún más a luchar por los derechos de los extranjeros porque es un derecho humano!”. El proyecto altiligeriano goza, sin embargo, de reconocimiento internacional desde el pasado mes de junio, destacado y etiquetado por ONU Mujeres.
Ayudando a la integración de los hispanos, ella desea también desarrollar un proyecto empresarial para ayudar a la creación de empresas. “Quiero encontrar un método para ayudar a las personas que van a crear su propio proyecto, su negocio”, presenta la joven. Nuestra entrevista termina entonces con estas palabras y con voz temblorosa: “Lo único que me gustaría mostrar es que realmente deseo mi desarrollo personal y profesional en Francia. Hay que hacerlo, intentar.”
Alex Talandier