Milagrosamente salió ilesa. El shopping dónde estaba en el momento del estallido quedó reducido a escombros, y las personas a su alrededor ensangrentadas por los cortes de los vidrios que volaron por todo el lugar. El 4 de agosto marcó un antes y un después en su vida, cuenta el periodista Rodrigo Peruzzo.
Marianela Heyaca es una porteña (ahora libanesa) con un fuerte vínculo con el Carnaval del País y Gualeguaychú. Salió por primera vez en Marí Marí, y luego, por su cercanía con el Sirio Libanés donde bailaba árabe, salió varias veces en Kamarr. Este martes, sintió por primera vez que su vida corrió peligro en Beirut (El Libano), donde vive hace cuatro años.
“Es la tercera explosión más grande de la historia y me tocó de cerca porque fue en mi barrio, mi casa queda a 20 cuadras en línea recta al lugar de la explosión”, contó Marianela.
“El momento del estallido me encontró en un shopping, ¡fue todo tan rápido! En un primer momento pensé que era un terremoto, pero el piso no tembló en ningún momento, después pensé que eran bombas, pero uno tiene la sensación que las cosas vuelan por el aire, y lo que sentí fue como viento, un ruido y como un fantasma o un espíritu que me atravesó”, relató la bailarina, profesora de danza árabe e ingeniera, que expresó que “en menos de un pestañeo me cambiaron la foto, todo lo que estaba mirando estaba destruido, un ruido y de repente en frente tuyo un escenario de guerra… es un antes y un después, el durante no existe”.
Su reacción fue quedarse paralizada. “No sabía si el lugar más seguro que tenía era quedarme ahí o salir corriendo para la derecha o para la izquierda, la gente estaba ensangrentada, corriendo, gritando… cuando pasó un tiempo y pararon las explosiones, salí hacia mi casa. Fue terrible porque sonaban todas las alarmas, era una imagen de una película del fin del mundo, con todos los vidrios rotos”, describió Marianela.
La argentina y libanesa, contó que había dejado abierta la ventana de su casa que da al mar, directo al puerto de la explosión, y cuando llegó había daños en el edificio pero su casa estaba intacta. Y, lo más increíble de todo, es que en el shopping “estaban todos ensangrentados y a mí no me tocó un vidrio, por eso agradezco a Dios y siento que ahora me toca a mí ayudar”.
Marianela piensa que hay lugares en el mundo que uno elige y otros que lo eligen a uno. Su mamá es entrerriana (de Concordia) y su papá es de origen libanés, y por esas casualidades de la vida venía seguido a Gualeguaychú a bailar danza árabe en el Sirio Libanes.
Su primera vez en la pasarela del Carnaval del País fue en 2008. “Fui un fin de semana a Gualeguaychú, estábamos en la playa con una amiga y conocimos unos chicos que nos dijeron si no queríamos salir como suplentes en Marí Marí y dijimos ¡bueno dale! Y ese fue mi primer año. Al siguiente mi amiga Laura Ruffa salía como reina de kamarr y me dijo de ir, y empecé a salir ahí”, contó.
“Fueron grandes años de mi vida pasados allí, con muchas de las personas que más quiero que las conocí en esa ciudad y muchos de ellos que me hablaron ahora para saber cómo estaba”, destacó la bailarina, que la última vez que salió en el carnaval fue en 2015, previo a su partida a medio oriente.
Su determinación de partir hacia el Líbano, más allá de sus raíces familiares, se debió al stress que le originó su trabajo como ingeniera en una automotriz, producto de las presiones constantes a las que estaba sometida, por lo cual decidió renunciar. Tras un par de incursiones vacacionales años anteriores, cuando llegó en 2016 le ofrecieron trabajo y a su vez le otorgaron los papeles y el documento de libanesa, por lo que decidió quedarse.
“Vivo acá hace cuatro años, siempre en esta zona. Amo este barrio, es donde está mi lugar, están mis cosas, las calles por donde disfruto caminar, los comercios en los que compro… por eso me impacto el doble la tragedia, porque es mi gente”, expresó.
El día después
Beirut es una localidad libanesa que tiene poco más de 360.000 habitantes, y que producto de la explosión lamentó más de 150 muertos, unos 5000 heridos, más de la mitad de la población con sus hogares destrozados y pérdidas económicas millonarias.
Lo que pueden ser números y videos increíbles para gran parte del planeta, para Marianela son sus vecinos. “Para mí los muertos tienen cara, nombre y apellido, esos negocios rotos son de las personas que veo todos los días levantarse a trabajar a pesar de la crisis, y pienso en todo lo que han perdido…”, lamentó.
La entrevistada marcó que el pueblo libanés tiene un fuerte sentimiento colectivo de comunidad, y reveló que “fui a las zonas más afectadas y todo el mundo limpiaba con una potencia… cantando y aplaudiendo para darse ánimo”.
“Yo vivo sola y me llegaron muchos mensajes preguntando si estaba bien o necesitaba algo”, resaltó, y cuestionó que “salvo de cancillería, que reportaron que no había argentinos afectados pero nunca nos preguntaron, eso me dolió”.
Su rutina hoy es “ir a comprar comida al supermercado y llevar a las zonas más afectadas, ir chequeando que los vecinos estén bien, mandarnos mensajes para saber que no estamos solos, y registrarme en varias ONG que están surgiendo para reconstruir la ciudad”.
Para colaborar con el pueblo de Beirut, Marianela comparte diariamente por su instagram (@marianelaHeyaca) los canales de ayuda, por donde se puede cooperar con una donación desde cualquier parte del mundo. “Gracias de mi parte y mis vecinos libaneses”, saludó la sobreviviente carnavalera a los gualeguaychuenses “que ama mucho”. Fuente: El Día