Lugares con Historia de San Salvador La Casa de Cristóbal Bordoy

Cristóbal Bordoy construyó un edificio entre 1916 y 1917, que era conformado por tres casas y un galpón en la intersección de las calles 2 y 13, actuales 25 de Mayo e Hipolito Yrigoyen. En la primera casa, lindera al galpón vivió junto a su esposa, Catalina Rosello, donde tenían un negocio de acopio de cereales. 

La amplitud de la casona permitía dar pensión a maestras que ejercían en la entonces Escuela Nacional Bartolomé Mitre.

En tanto, las otras dos casas se disponían en alquiler, y en una de ellas vivió el Dr. Letjman, en los primeros tiempos en los que se radicó en San Salvador.

Este edificio, junto al conjunto arquitectónico de  “Villa Aurora” son las edificaciones en pie más antiguas de la ciudad.

 

La construcción

Obedece a una tipología habitual vigente durante décadas tanto en zonas urbanas como en áreas rurales de nuestro país: la vivienda con comercio anexo

En todos los casos el local comercial se ubicaba en la esquina, por ser esta una situación urbana singular dentro de la cuadrícula de nuestras ciudades. Por la misma razón, se optaba por las esquinas para localizar los edificios significativos de cada pueblo o ciudad: bancos, escuelas, edificios de justicia, de seguridad, así como los comercios más importantes.

La composición de la fachada tiene un tratamiento unitario en el que el sector del comercio apenas se distingue por la existencia de puertas hacia la vereda y la mayor altura del parapeto sobre la puerta en la ochava, donde se aloja un letrero con el nombre del comercio. Las ventanas del local comercial, en tanto, son idénticas a las de la vivienda. Ténganse en cuenta que, en la época en que se construyó esta casa, la existencia de vidrieras o escaparates en los comercios era poco usual fuera de las grandes tiendas en las ciudades capitales.

 

Tratamiento de la fachada

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La fachada de la vivienda evidencia la existencia de una casa de patios, herencia de la casa colonial que a su vez fue una adaptación de la casa romana. Esta tipología de vivienda tuvo vigencia en nuestro país desde el período colonial hasta bien avanzado el siglo XX y conformó nuestras ciudades con sus fachadas de altura casi uniforme, que crearon una imagen urbana homogénea y continua que a su vez era la exteriorización de una sociedad igualitaria. A fines del siglo XIX esto comenzó a cambiar con la presencia de “maestros frentistas” italianos en el país, que reconstruyeron fachadas y construyeron otras tantas con profusión de ornamentación que recreaba diversos estilos de épocas y orígenes también diversos, hasta llegar a conformar un escenario urbano variado al que se ha comparado con un baile de máscaras por la variedad de formas y estilos conviviendo en una inusual armonía y equilibrio.

Dentro del panorama recién descrito se destaca por mérito propio la fachada de la Casa Bordoy por la serenidad y singularidad de su tratamiento.

*Datos del Arq. Ricardo Marcó Muñoz, extraído del libro “San Salvador en las noticias y algo más…” de Magdalena Pandiani de Chemin.