Los dueños del juego: Neogame aumenta su control mediático con la compra de diario El Día y El Heraldo

Esta semana el grupo mediático que controla la empresa de maquinitas tragamonedas, Neogame, se quedó con la propiedad del diario El Día de Gualeguaychú y El Heraldo de Concordia. El anuncio provino del mismo grupo que lidera Jorge Aníbal Pérez, el zar del juego en Entre Ríos.

Controlan la señal de Canal 9 Litoral, el portal Ahora Entre Ríos y varios acuerdos en ciernes para manejar distintas radios provinciales. No descartan avanzar en el control del Diario de Paraná.

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Con vínculos muy estrechos con el poder de turno, el grupo Neogame avanza en la adquisición de los medios que dejó a la deriva el holding que intentaron construir Sergio Urribarri, Pedro Báez y Ramiro Nieto. Por aquel entonces, la tríada alcanzaba a los diarios El Heraldo de Concordia, El Diario de Paraná y La Calle de Concepción del Uruguay. Esos medios y otras tantas radios asociadas quedaron a la deriva con la caída en desgracia de Urribarri y hoy Nieto busca alternativas para sacarselos de encima. Este paso que da el empresario Jorge Aníbal Pérez va en esa dirección, tomando el control de El Heraldo y la adquisición de El Día de Gualeguaychú que, además, es centro de impresión de una gran cantidad de otros medios gráficos provinciales. El acuerdo también alcanza a Radio Cero de El Día y a los sitios digitales asociados.

El desembarco de Neogame en Entre Ríos había venido de la mano de la adquisición de Canal 9 Litoral. La señal televisiva fue la plataforma de desembarco de este grupo empresario, que ahora incrementa su poder mediático. Esta semana en una nota que publicó Página Política, el sitio adelantó que están construyendo una red provincial de radios y no descartan avanzar con El Diario de Paraná.

Los juegos del poder

Este grupo empresario desembarcó en Entre Ríos de la mano de Sergio Urribarri, y rápidamente se quedó con el control de las salas de juego regando de tragamonedas el territorio entrerriano. El grupo está liderado por Jorge Aníbal Pérez, un poderoso hombre de muy bajo perfil que representa los intereses del grupo en Entre Ríos pero que tiene antecedentes de hacer buenos negocios con medios y política con sus socios de Mar del Plata (cercanos a Amado Boudou) y con la siempre generosa administración de Formosa del gobernador Gildo Insfrán. El anuncio oficial hace gala del poder mediático del grupo: “Decimos que en Entre Ríos ahora es Ahora, porque este fin de semana dan sus primeros pasos Ahora El Día de Gualeguaychú y Ahora El Heraldo, de Concordia, conformando así el grupo de medios provincial más grande de Entre Ríos”. Y admiten que lo que “se genera en Entre Ríos abona y marca el camino de un trabajo en equipo con otras unidades de la compañía, que cuenta con estudios y medios en Capital Federal y Mar del Plata”.

La avanzada sobre Concepción

Este mismo grupo empresario es el que arremetió contra la comunidad de Concepción del Uruguay en su intento por quedarse con la propiedad del Mercado 3 de Febrero y de la actual Terminal, en aquellos tiempos bajo la figura societaria de Entretenimientos de la Costa. Luego del extenso proceso de defensa del patrimonio público que vecinos y medios locales llevaron adelante para frenar la avanzada, el entonces intendente Lauritto dictó el famoso “no tiene consenso social” y archivó el proyecto.

Pocos meses más tarde, el mismo grupo empresario abrió una sociedad anónima nueva y se quedó con el control del Casino local para la explotación de las maquinitas tragamonedas por 30 años. Hoy recaudan alrededor de $2,5 millones por día bajo la figura de Savour Net S.A. (que tiene a Santamaría como cara visible). La misma sociedad que es propietaria del monumento a la corrupción que se conoce como CECAT, el centro de capacitación que previamente intentaron convertir en la Nueva Terminal de Concepción, y que hoy le alquilan al Gobierno de Entre Ríos por una cifra exorbitante.

De este modo, el millonario negocio de las maquinitas crece al calor de la protección mediática, con la que intentan mantener el “control de daños” y despejar voces críticas que puedan arruinar algunas relaciones y negociados.  Adrián Pino / El Entre Rios.