En los últimos tres meses, la faena de esta categoría aumentó 40 por ciento.
Ignacio Iriarte
En los últimos tres meses, la faena de vaquillonas aumentó 40 por ciento con respecto a julio-septiembre del año pasado. La tasa de extracción de vaquillonas, o sea la relación entre la faena de esta categoría y su stock al inicio de cada año ganadero, muestra un mínimo de 28,8 por ciento en el año ganadero 2011/2012, período de fuerte recomposición de rodeos, y un máximo de 49,7 por ciento en el año 2008/2009, en un momento de liquidación extrema.
Para el año ganadero en curso, iniciado el 1º de abril último, puede proyectarse una faena de 3,69 millones de vaquillonas, que en relación a un stock de 7,4 millones de cabezas a fines de marzo último marcaría una extracción del 49,7 por ciento. Es decir será igual a un período de liquidación como fue en el año ganadero 2008/2009.
Aunque en los últimos meses es visible que se están faenando menos terneras, que son recriadas y pasan a matarse con peso de vaquillonas, todo indica que la faena actual de vaquillonas, al igual que la de vacas, excede los niveles de equilibrio. Por eso es posible que a marzo próximo el stock de vacas y vaquillonas se ubique al menos dos por ciento por debajo de igual fecha del 2019.
Datos del Usda
El 10 de octubre pasado, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (Usda) publicó su estimación de producción y comercio mundial de carnes para el año en curso y para 2020. El documento calcula un incremento en las exportaciones mundiales de carne vacuna para 2019 del orden de las 455 mil toneladas y para el año próximo otro aumento: esta vez de 485 mil toneladas, hasta totalizar en 2020 un volumen de 11,5 millones de toneladas.
En el caso de China, el Usda prevé un aumento en las importaciones de vacuno del orden de las 933 mil toneladas para este año, y otras 500 mil para el año próximo.
El documento, en un punto, coincide con el cálculo del Rabobank: en el año próximo China acusará un faltante de 20 millones de toneladas de carne porcina con respecto a 2018 (antes de la peste porcina). Por eso se estima que entre esos dos años la importación de carne vacuna se incrementará en 1,43 millones de toneladas, la de cerdo en 1,9 millones de toneladas, y la de carne aviar en 408 mil toneladas. Entre los tres tipos de carne, China incrementará sus compras al exterior entre 2018 (el último año “normal”) y 2020 en unas 3,7 millones de toneladas. Es decir sólo una fracción del faltante de carne de cerdo, previsto en 20 millones de toneladas.
La producción interna de carne vacuna en dos años crecerá sólo 185 mil toneladas, pero la producción china de carne aviar contribuirá con 4,1 millones de toneladas adicionales.
Un balance provisorio podría ser el siguiente: un faltante de 20 millones de toneladas de carne de cerdo en dos años, un aumento en la producción doméstica (conjunta) de vacunos y pollo del orden de las 4,18 millones de toneladas y un aumento en las importaciones de 3,7 millones de toneladas de los tres tipos de carnes. La sumatoria arrojaría un faltante de al menos 12 millones de toneladas de carne entre 2018 y 2020. Aún teniendo en cuenta el fuerte aumento proyectado en la oferta de la acuicultura local, y el aumento en la producción y consumo de huevos y carne de pato, el faltante es y será muy grande. Ese déficit determinaría importantes aumentos en los precios locales, y de importación de la carne vacuna en China. Hasta ahora, el precio interno de la carne de cerdo ha subido un 70 por ciento en forma interanual, lo que ya de por sí lleva a una fuerte retracción en la demanda.
Queda por sumar a esta evaluación los efectos devastadores que está teniendo sobre la producción de carne de cerdo la fiebre porcina africana en Vietnam, Corea del Sur, Filipinas, Laos, Mongolia y Myanmar.