Las inclemencias del tiempo afectan el rinde de la miel en algunas zonas. El estado de los caminos es otra dificultad a la que se enfrentan
El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) anuncia nuevamente lluvias para esta semana, y en plena época de cosecha de miel las inclemencias del tiempo comprometen la actividad del sector apícola entrerriano. En este contexto, el presidente de la Cooperativa Apícola del Paraná, Jorge Pitter, comentó a UNOque “está afectada toda la provincia y de diferentes maneras”, y señaló: “Hay lugares donde la producción se ha dado, pero hay dificultades de acceso a los campos y no se puede retirar la cosecha”.
Sobre este punto, el dirigente manifestó: “La zona de montes naturales que abarca desde el norte de Entre Ríos hacia el centro de la provincia ha tenido buena producción, pero no se ha podido ingresar a los campos. Por la frecuencia de las lluvias se ha adelantado un poco la cosecha ya de otoño, y si no se puede llegar a las colmenas se pierde una parte importante de miel”.
A su vez, aseguró que hay zonas donde tanta lluvia ha impedido un buen rendimiento, como en el caso de los Departamentos Paraná y Diamante. “En este sector de la provincia, todo lo que ha sido producción de miel de pradera no ha tenido un buen desempeño”.
Pitter recalcó que los días que llueve no se puede trabajar con las abejas, y explicó: “Posterior a las precipitaciones hay que esperar a que los caminos den paso y eso lleva un par de días. Para el sábado pasado no estaban anunciadas lluvias y teníamos planificado arrancar la cosecha al comenzar la semana, pero llovió y nos quedamos sin camino. Además, muchos se están deteriorando porque hay gente que necesita transitar y los va rompiendo y no hay forma de repararlos, porque Vialidad con lluvia no trabaja”.
El productor advirtió que hay pronosticados nuevos chaparrones para esta semana y el panorama preocupa. No obstante, sostuvo: “Es prematuro para analizar si va a haber una caída en la producción, como sí está pasando en la provincia de Buenos Aires, donde se escucha que no habrá una buena cosecha”.
En este marco, manifestó: “El efecto va a depender de cómo evolucione el clima, si deja de llover con esta frecuencia. Si siguen estas lluvias, sí puede a perjudicarnos, pero si llega un período estable o seco, para nosotros es favorable. Por ahora, podemos esperar que haya una buena producción de otoño, ya que al estar tan saturado el suelo favorece mucho el estado vegetativo de las plantas y con una consiguiente buena floración”.
Por su parte, Juan Morales, referente de una acopiadora de miel de la provincia que exporta al exterior, evaluó: “Está comprobado que mucha lluvia perjudica más al rubro de la apicultura que el tiempo de secas, como se produjo el año pasado. Actualmente al apicultor le resulta dificultoso llegar a sus colmenas por el estado de los caminos cuando llueve, y el que lo ha podido hacer, se encuentra con que por ahí el cuadro de la colmena que no está sellado, está abierto, y lo consume la abeja, porque tampoco hay floración, ya que cada vez que llueve se lava el néctar y está cegada de hambre”.
El acopiador indicó que si bien la abeja también se alimenta con jarabe de azúcar y con fructuosa de maíz, no es lo ideal en plena época de cosecha, aunque admitió: “Hay apicultores que han podido recorrer sus colmenares a caballo, y mientras no se revierta esta situación, para paliarla, se estaría entreverando el alimento con lo que la abeja recoja y tendríamos ahí una miel adulterada, es todo un tema”.
Asimismo, mencionó que si bien ayer hubo sol y alta temperatura, la lluvia del domingo generó que no haya “una floración aprovechable”.
Por otra parte, comentó que la humedad termina por comprometer además la calidad del producto: “Las mieles absorben la humedad del ambiente, cosa que sinceramente es complicado. Tener mieles con humedad significa un problema para después comercializarla al exterior”.
Morales admitió que hasta octubre del año pasado se vaticinaba un panorama muy distinto: “Previo a toda esta inclemencia climática, en octubre parecía que íbamos a tener una gran cosecha. El apicultor, por una cuestión de necesidad o de optimismo, siempre habla de que será un año diferente, pero hace rato que la apicultura viene cayendo en un tobogán y las colmenas que hay algunas se abandonan y otras se vienen vendiendo entre ellos y va desapareciendo el apicultor joven, que no tiene la paciencia que se necesita para este oficio”.
Por otra parte, recordó que en Entre Ríos hay tres cosechas: “La de primavera, que se realiza en diciembre; la de pradera, ya es la que ya tendría que haber estado lista en estos días pero atraviesa dificultades; y luego se apuesta a la chilca, que es una floración natural de monte, que se ha visto muy deteriorada porque se ha fumigado”.
“Estamos hoy observando inconvenientes muy graves, tanto para los apicultores como para quienes compramos la miel, porque por ahí apalabramos determinada cantidad de tachos y resulta que no se pueden retirar del campo porque no dan los caminos”, reflexionó Morales.
Las dificultades en el sector crecen. Además de las situaciones climáticas adversas, los aumentos de los insumos y la pérdida de rentabilidad, provocaron que muchos productores abandonaran la apicultura durante la última década en Entre Ríos y otras provincias. “Muchos de lo que siguen con esta actividad lo hacen por una tradición familiar y la complementan con otra cosa”, concluyó.
Mercado exigente
Con una producción de entre 55.000 y 60.000 toneladas por año, la Argentina es el tercer productor de miel del mundo y el segundo exportador, según datos de la Organización Agrícola y de Alimentos de las Naciones Unidas (FAO). Alrededor del 95% de la producción se exporta, y el 80% de las exportaciones tienen por destino Estados Unidos, Alemania y Japón.
Consultado por el principal destino que compra las miel entrerriana, Morales señaló que exportan mucho a Alemania, pero es un país exigente que tiende a la demanda de productos orgánicos: “Trabajamos hace 24 años con el mercado alemán, pero es uno de los clientes más complicados, porque cada año piden más análisis, test e información de la miel que se le envía”.