La familia Marsó adquirió la planta del empresario Domingo Lopardo, fallecido en mayo. Prevén faenar unos 35 mil pollos por día. ¿En qué consiste el plan a 10 años? Nahuel Amore
La empresa avícola Las Camelias concretó la compra del frigorífico ServiAves de San Justo y este lunes lo reactivó productivamente. La operación fue concretada a partir de las negociaciones iniciadas con Domingo Lopardo y luego continuadas por sus hijos tras el fallecimiento en mayo del empresario.
“El frigorífico lo compró Las Camelias y lo va a explotar otra sociedad que va a hacer el servicio. La planta es de Las Camelias y quienes están a cargo es gente nuestra”, sintetizó Fernando Marsó, uno de los hijos de Raúl Marsó, quien estará al frente de la planta ubicada en el departamento Uruguay.
Este lunes se improvisó un acto de presentación y volvió a ponerse en marcha el establecimiento, con la primera faena luego de muchos meses inactivos. “Estuvimos estas dos semanas con tareas de mantenimiento y limpieza, poniendo a punto la planta. Hoy, así como está, podemos faenar entre 30.000 y 35.000 pollos por día”, destacó Marsó.
Consultado respecto de cómo comienza a operar, señaló que la faena de aves se realizará, en principio, durante cuatro días a la semana. “Podríamos llegar a cinco días, pero requiere de un día de mantenimiento. Van a ser cuatro días en un turno”, resaltó.
En relación al personal, dijo que se mantiene el plantel que estaba trabajando. “Son 170 personas, sobre todo de San Justo, Caseros, Concepción del Uruguay y alrededores. Además, hay otros seis nuestros que son los responsables de cada área”, explicó.
Ante estas decisiones y más aún en un contexto complejo, valoró: “Como familia y empresarios siempre es muy grato dar trabajo y seguir creciendo. Nos llena de felicidad ver a la gente contenta e ilusionada, porque esperaba este cambio. Eso nos ilusiona y nos da ganas de seguir avanzando. Mi viejo es demasiado inquieto y quiere seguir un poco más, desarrollándonos y creciendo. Siempre hay algo por delante”.
Inversión
Fernando Marsó indicó que se encontraron con una planta que “andaba”, pero a la cual es necesario inyectarle una batería de mejoras en tecnología para ponerla a punto. “Le falta inversión en frío, en equipos. Había cuestiones de seguridad eléctrica que faltaban. Ante la forma de trabajar nuestra, de cuidar la calidad, le faltaba. Pero más que nada es mantenimiento de equipamientos, de las líneas y de repuestos de las máquinas”.
En ese sentido, ante la pregunta del millón de cuánta inversión exigió la operación y cuánto prevén seguir inyectando, prefirió mantener el dato y no arriesgar un número. Según explicó, “es una negociación que venía hace más de un año con Domingo Lopardo; la empresa tenía una deuda, con una hipoteca que todavía estamos tratando de negociar”.
Al respecto, recordó que la operación comenzó un día en el que Lopardo le dijo a Raúl Marsó que se quería retirar del negocio. La muerte del titular de Serviaves y la pandemia dilataron los tiempos, a lo que se sumó la sucesión y otras demoras. “Por suerte llegamos a buen puerto”, valoró.
Del mismo modo, acotó que no es tan sencillo determinar un monto total dado que “hay muchas cosas que se vienen trabajando y con el fallecimiento de Domingo se trabó. Estaba hipotecado con Soychú y llegamos a un acuerdo”. Fuente: Dos Florines.