La sequía jaquea a los arroceros y se prevén pérdidas millonarias

Un 20% de la superficie sembrada se abandonó por falta de agua. Otro tanto se “mal regó”. Comenzó la cosecha de la campaña 2021/22 de la que se esperan, además, bajos rindes. Anuncian escasas lluvias para los próximos meses y, por ello, caería el área de la próxima siembra en la provincia de Corrientes.

“La situación es muy preocupante”. “El efecto de la sequía es terrible”. “Hace muchos años no se vive algo similar”. Las declaraciones surgieron de los labios de los diferentes actores del campo, quienes fueron consultados por época sobre el impacto de la sequía en el principal producto del agro correntino: el arroz. Con la cosecha iniciada en el Norte de la provincia, y a días de que comience en el resto del Taragüí, se calcula que se perderá un 20% de la superficie sembrada y que el impacto económico será de unos 30 a 40 millones de dólares. Pero los problemas no terminarían este año: la falta de agua en las represas y las no tan buenas previsiones meteorológicas condicionarán la próxima campaña, y no son pocos los arroceros que no se arriesgarán a invertir en la siguiente siembra.

Corrientes es la principal provincia productora de arroz en el país y la mayor parte del grano obtenido tiene como destino los mercados internacionales (la demanda interna está garantizada porque lo cosechado excede largamente lo consumido en Argentina).

Al terminar la campaña 20/21 todo era optimismo entre los productores de este grano en nuestra provincia. En Corrientes se cosecharon 91.500 hectáreas y se lograron unas 732 mil toneladas, lo que significó un rinde de ocho toneladas por hectárea (un registro muy superior al promedio histórico) llegando, incluso, a 8,3 en la zona Centro – Sur, un valor muy pocas veces alcanzado (el promedio en la provincia en la última década había sido de 6,6 tn/ha.)

Entre los motivos de tan alto rinde, sobresalían, precisamente, las condiciones meteorológicas. Tras la excelente producción de la campaña pasada, los arroceros apostaron aún más e incrementaron a 96 mil las hectáreas sembradas para el 2021/22. Pero la taba se dio vuelta. La sequía y las altísimas temperaturas jugaron muy fuerte y generaron uno de los momentos más críticos de este sector productivo en mucho tiempo.

“El sector está pasando por un momento extremadamente difícil por esta gran sequía”, dijo Cristian Jetter, secretario de la Asociación Correntina de Plantadores de Arroz (ACPA). Recordó que en la zona no llueve desde el 20 de diciembre y que desde Navidad hay una temperatura constante de más de 40 grados.

La mayor parte de la producción de arroz en Corrientes (aproximadamente el 65%) se riega desde las represas, depósitos artificiales de agua que están prácticamente secos.

“El arroz, durante todo el cultivo, pasa bajo riego y se ha consumido casi toda el agua de las represas como consecuencia de estas temperaturas extremas y la falta de lluvias”, apuntó Jetter.

Jorge Vara (productor arrocero, expresidente de ACPA y actual diputado nacional) comentó a época que las pérdidas en superficie sembrada rondarían al 20%.

“Hay muchos productores que directamente abandonaron lotes. Es que tuvieron que elegir qué parte de la superficie sembrada iban a regar porque el agua no alcanzaba para todo su campo”, señaló Vara. Y agregó que otra parte está “mal regada”, lo que tendrá impacto negativo en los rindes de la cosecha.

Por su parte, el Ministro de Producción de Corrientes, Claudio Anselmo, aseguró que los informes técnicos con los que cuentan en esa cartera de gobierno son coincidentes con el panorama que expresan los arroceros.

“Hace mucho tiempo que no se observa una situación similar. En Corrientes estamos más preparados y acostumbrados a las inundaciones… pero no a las sequías. Se prevé que la superficie cosechada sea un 20% inferior a la sembrada, con rendimientos menores”, coincidió Anselmo.

Por estas horas, comenzó la cosecha de arroz de la actual campaña en la zona Norte, lindante al río Paraná. En unos días será el turno de la zona centro (Mercedes y Curuzú, principalmente) para luego culminar con la Sur (febrero y marzo son los meses de la cosecha en Entre Ríos).

“Esta siesta (por ayer) pasé por la zona Norte, las producciones cercanas a la Ruta 12, y hay varias en plena cosecha. En una estaban combatiendo un incendio que afectó a una arrocera en la zona de Yahapé. Y lo que se puede observar es que el panorama es similar al que se ha planteado”, narró Anselmo en contacto con época.

En un informe de O&T Consultores, los especialistas señalaron que “es 100% inevitable el daño sobre los rindes que habría dejado el clima durante los últimos 45 días, especialmente en aquellas chacras que recorrieron este período en su etapa reproductiva. A este recorte le deberemos sumar el descuento entre la superficie sembrada y la que finalmente resultaría cosechada, que se extendió por todas las provincias sin excepción. Hoy creemos que un rango de 10.000 a 15.000 hectáreas perdidas podría ser una medida bastante representativa de la realidad”.

Para Vara, tal análisis de pérdida de superficie productiva quedará “corto”. “Por ejemplo, conozco una producción de 900 hectáreas en la zona de Santo Tomé en la que se regaron unas 400 y se abandonaron las otras 500”, analizó el extitular de ACPA.

“Creo que serán más las hectáreas perdidas. Y hay que agregar las 10 mil mal regadas. Los productores antes de regar mal, prefieren abandonar una parte y concentrarse en la otra. Indudablemente, la caída de la producción será importante”, agregó Vara.

Jetter comentó que un número muy importante de productores dejó lotes sin regar en enero “para que el agua les alcance”, y que esa superficie “está perdida totalmente”.

“Priorizaron los lotes más cercanos a la cosecha. Lo que no se riega durante un tiempo, se pierde. Y las mermas son muy importante. Habrá menos arroz para fletear, para elaborar, para la producción de la provincia, un 20-25% menos para exportar y son divisas que no van a ingresar”, analizó Jetter al evaluar también el impacto económico que generará la menor cosecha.

Al graficarlo en números, Jetter dijo que serán unas 150 mil toneladas menos, que representarán una pérdida de entre 30 y 40 millones de dólares.

 

El valor de nuestro grano

Corrientes es la provincia arrocera por excelencia. Es el principal distrito de siembra, cosecha y producción del cereal en Argentina. Prácticamente la mitad del grano producido en el país sale de los campos del Taragüí.

Históricamente, Corrientes siempre contó con una gran aptitud arrocera: disponibilidad de tierra, agua y cultura de trabajo para ampliar sustentablemente la producción de este cereal. Desde la campaña 2010/11, se posicionó como la provincia de mayor superficie dedicada a la siembra de arroz, desplazando a Entre Ríos al segundo lugar.

 

No hay pronóstico de que en los próximos meses la situación cambie 

“El problema no terminará con el fin de la cosecha de la actual campaña (2021/22). Si en otoño no llueve por encima de la media, habrá muy serias dificultades a la hora de la próxima siembra”, analizó Jorge Vara, productor, expresidente de la Asociación Correntina de Plantadores de Arroz (ACPA) y actual diputado nacional.

En la zona Norte de la provincia ya comenzó la cosecha de arroz de la actual campaña, en pocos días iniciará en la zona Centro (la de mayor producción de este grano), y por último se desarrollará en los departamentos más al Sur.

Las escasísimas precipitaciones que dejaron con muy poca agua a las represas (principal fuente de consumo del vital líquido en las producciones correntinas de arroz) y las altísimas temperaturas impactarán en el total obtenido del grano.

Es que muchos lotes fueron abandonados (se calcula entre el 15 y el 20% de la superficie sembrada) y otros tantos fueron “mal regados”.

 

Pero para Vara, el problema recién comienza.

El extitular de ACPA dijo que las represas están con lo último de agua y no tendrán el volumen necesario para regar en la próxima campaña. Y la única manera de contar con suficiente líquido para afrontar la producción será con una lluvia en otoño que esté por encima de la media.

“Mucha superficie estará comprometida. Muchos productores dejarán buena parte de sus lotes sin sembrar”, argumentó Vara.

Y, según parece, no será un otoño con lluvias por encima de lo habitual. A lo sumo, las precipitaciones estarán en el rango de las normales.

El ingeniero agrónomo Eduardo Sierra, especialista en climatología agrícola, al evaluar las probabilidades de precipitaciones para los próximos meses (a partir del ingreso a otoño) dijo que “lamentablemente, no se ve una recuperación rápida ni del río (Paraná) ni de las lluvias”.

“Abril viene mediocre y mayo sólo un poco mejor. Junio, julio y agosto medio mal, muy secos. En septiembre se ve alguna lluvia. Mejorará para octubre y recién para noviembre estarían llegando las lluvias”, pronosticó Sierra.

Para el experto, “llenar las represas con lluvias y ríos se ve bastante mal”.

Por su parte, el Ministro de Producción de Corrientes, Claudio Anselmo, dijo que “por ahora, los pronósticos con los que contamos son muy inciertos, es difícil precisar a tres meses. El futuro recién lo sabremos después de otoño… todo depende de que llueva”.

Fuente: Diario Epoca.