“El tipo puede cambiar de todo: de cara, de casa, de familia, de novia, de religión… de Dios pero hay una cosa que no puede cambiar Benjamín: no puede cambiar de pasión”.
La frase le pertenece a Pablo Sandoval, el entrañable personaje que interpretó Guillermo Francella en la premiada y no menos entrañable “El Secreto de sus ojos” de Juan José Campanella.
Los tiempos también pueden cambiar hasta casi extinguir un servicio que antes era imprescindible, las nuevas generaciones de entrerrianos pueden sin ver el paso de una locomotora con sus vagones, las administraciones públicas pueden pasar sin priorizan su reactivación, incluso siguen desmantelándolo pero hay una cosa que no puede cambiar: la pasión por el tren.
“La pasión nuestra es la historia”, respondió Rodrigo Torres, integrante del Ferroclub de Gualeguay, cuando se le preguntó por qué razones tienen para destinar, cada momento libre de sus días, a lo que prácticamente ya no funciona en Entre Ríos. Los ferroclubes son el último bastión de la resistencia ferroviaria que aún espera, paciente, la llegada de un nuevo tiempo de oro para el ferrocarril.
Junto a Rodrigo, electricista de profesión, hay otros 11 miembros activos del Ferroclub de Gualeguay, “que son los que están continuamente trabajando en la parte mecánica, técnica y en la parte de vía y obra (que es reparación y limpieza de la vía) y después hay unos 20 socios colaboradores”.
Hay más ferroclubes en la provincia, bastiones del tren que hoy casi no está. “Son alrededor de 5. Legales, que ya cumplimentaron todo lo que es personería jurídica, etcétera, somos dos: nosotros y el Ferroclub de Villa Elisa. Después, estamos colaborando también y obviamente ellos están poniendo lo suyo en Basavilbaso, en el kilómetro 222; Ferroclub de Rosario del Tala; Concepción del Uruguay y hay uno que viene un poco más lento pero en formación en Concordia y otro uno en Ubajay, como también en Gualeguaychú.
“El tipo puede cambiar de todo: de cara, de casa, de familia, de novia, de religión… de Dios pero hay una cosa que no puede cambiar Benjamín: no puede cambiar de pasión”.
La frase le pertenece a Pablo Sandoval, el entrañable personaje que interpretó Guillermo Francella en la premiada y no menos entrañable “El Secreto de sus ojos” de Juan José Campanella.
Los tiempos también pueden cambiar hasta casi extinguir un servicio que antes era imprescindible, las nuevas generaciones de entrerrianos pueden sin ver el paso de una locomotora con sus vagones, las administraciones públicas pueden pasar sin priorizan su reactivación, incluso siguen desmantelándolo pero hay una cosa que no puede cambiar: la pasión por el tren.
“La pasión nuestra es la historia”, respondió Rodrigo Torres, integrante del Ferroclub de Gualeguay, cuando se le preguntó por qué razones tienen para destinar, cada momento libre de sus días, a lo que prácticamente ya no funciona en Entre Ríos. Los ferroclubes son el último bastión de la resistencia ferroviaria que aún espera, paciente, la llegada de un nuevo tiempo de oro para el ferrocarril.
En la mayoría de los casos, los ferroaficionados ocupan su tiempo libre a preservar vías. Junto a Rodrigo, electricista de profesión, hay otros 11 miembros activos del Ferroclub de Gualeguay, “que son los que están continuamente trabajando en la parte mecánica, técnica y en la parte de vía y obra (que es reparación y limpieza de la vía) y después hay unos 20 socios colaboradores”.
El último encuentro provincial de ferroclubes se realizó en Gualeguay. Hay más ferroclubes en la provincia, bastiones del tren que hoy casi no está. “Son alrededor de 5. Legales, que ya cumplimentaron todo lo que es personería jurídica, etcétera, somos dos: nosotros y el Ferroclub de Villa Elisa. Después, estamos colaborando también y obviamente ellos están poniendo lo suyo en Basavilbaso, en el kilómetro 222; Ferroclub de Rosario del Tala; Concepción del Uruguay y hay uno que viene un poco más lento pero en formación en Concordia y otro uno en Ubajay, como también en Gualeguaychú.
Los quijotes de la zorra, las desmalezadoras y la preservación
“El ferroclub es una entidad de preservación”, definió en la entrevista concedida a El Entre Ríos. “Tenemos dos vehículos de vía. Mantenemos, preservamos el ramal U2 que une Gualeguay con Carbó. Hacemos todo lo que sea mantenimiento y, dentro de las ideas a futuro, es correr un turístico. Muy pronto vamos a tener un equipo liviano para hacer paseos cortos y, a futuro, algo más importante”, anunció con satisfacción.