La “maldición” del maíz: Con 46 millones de toneladas, también nos sobrará en 2021 y lamentablemente habrá que exportarlo

La economista y diputada kirchnerista Fernanda Vallejos declaró en una entrevista radial que los argentinos “tenemos la maldición de exportar alimentos, de modo que los precios internos son tensionados por la dinámica internacional”. Trataba de justificar de ese modo intervención del gobierno nacional en el mercado del maíz, cerrando las exportaciones para que aquí no faltara el grano.

Estamos malditos porque no sobra maíz. Era eso.

Hay que avisarle a Fernanda que esta “maldición” volverá a repetirse el año que viene, y quizás el otro, y quizás el otro. Es más, como bien dijo la dirigente política, hace rato que estamos malditos pues la Argentina viene exportando el maíz que siempre le sobra desde hace por lo menos 70 años.

Este año seguiremos malditos.

Tuit VallejosSegún la primera estimación de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) sobre la campaña 2020/21 de maíz, la producción nacional de ese grano podría llegar a las 46 millones de toneladas y sería casi 11% menor a la de 2020. El cálculo se refiere al maíz “comercial”, que es el que cambia de manos (los productores lo venden a quienes lo usan internamente o a los malditos exportadores). El Ministerio de Agricultura lleva adelante una estimación diferente en la que agrega el maíz que se consume en chacra como silo. Por eso, desde la óptica oficial la maldición que sufrimos los argentinos es todavía más elevada.

La misma Bolsa de Rosario, en un puntilloso análisis publicado en marzo de 2020, estimó el consumo interno de maíz comercial superaba las 16 millones de toneladas anuales. ¡Maldito maíceros! ¡Si la producción esperada llega a las 46 millones de toneladas y ese nivel de consumo interno se mantiene en 2021, habrá un sobrante de ese grano forrajero en torno a 30 millones de toneladas.

Maiz saldo exp

Ese es el maldito “saldo exportable” del cual nos advierte Vallejos.

Por suerte, la sequía está haciendo bastante daño y esta producción esperada de maíz (se cosecha a partir de marzo/abril) no será tanta como la del año pasado, cuando se lograron 51,5 millones de toneladas, el segundo volumen más alto de la historia.

Gracias a la falta adecuada de lluvias (gracias, gracias), la cosecha caerá cerca del 10% respecto del año pasado.

“El evento de lluvias que comenzó el jueves 8 de enero y se extendió hasta el 12 enero fue un punto de giro para la campaña maicera. Sí no se hubiese producido, la estimación de maíz argentina habría caído 1,2 millones de toneladas más respecto de los guarismos que aquí se presentan”, dice el informe difundido por el sistema GEA de la BCR.

Es decir que estas últimas lluvias agravarán la maldición de la que habló Vallejos. ¡Malditas lluvias!

“Existe una nueva posibilidad de lluvias, que podría afianzar el escenario productivo en los próximos días”, afirma lamentablemente la Bolsa en base a datos que le aporta el meteorólogo José Luis Aiello.

Como sea, esta maldición de las lluvias -que desencadena la maldición de que nos sobre maíz- permitirá sostener un rendimiento nacional digno, que sería de 75,5 quintales por hectárea y caería solo 1 quintal por debajo del promedio de los últimos 5 años.

Con este dato y la superficie sembrada, los técnicos de la BCR estimaron la producción mencionada de 46 millones de toneladas. Por fortuna sla siembra de maíz cayó con respecto al último ciclo en un 2,3% y se estima el área comercial cosechada de solo 6,1 millones de hectáreas. Gracias a Dios se perdió 1 millón de hectáreas sembradas.

“Con estas cifras, la primera estimación hecha sobre la condición del cultivo muestra una producción de 46 millones de toneladas. Se trataría de la segunda mejor marca productiva, quedando un 10,6% por debajo del récord del 2018/19 y de la 2019/20, ambas con 51,5 millones”, suscribe la bolsa.

La BCR aclara que el clima todavía puede jugar en contra del maíz, y en consecuencia a favor del proyecto nacional que apunta a que no sobre tanto, porque  si no hay que exportarlo y se nos plantea el dilema de que hay que “desacoplar” los precios internos de los internacionales.

“Las próximas 3 semanas son muy importantes. Con las condiciones medio ambientales de los próximos meses para las siembras tardías, se determinarían los ajustes sobre las cifras de rinde y producción”, avisa el infome. Es decir que todavía puede caer más la cosecha. ¡Aleluya!

Maldito maíz. Maldita soja. Maldito el que esto lee. Fuente: Bichos de Campo.