Florencia tiene 24 años y es muy voluntariosa. A los 17 se integró a Bomberos y desde hace unos años es bordadora de la comparsa que sufrió un voraz incendio. Sus dos pasiones se vieron conjugadas y por momentos se bloqueó.
Desde las 17.20 hasta las 21 un grupo de Bomberos Voluntarios de Gualeguaychú trabajó incansablemente para sofocar el incendio del galpón de Kamarr. La prioridad era preservar la integridad de las personas y que el fuego no se propague a las casas linderas o a la escuela del Sirio Libanés.
Florencia Herlein fue la cara visible de un equipo de trabajo. En todo momento resaltó el valor de actuar en equipo y agradeció a toda la gente que respalda la tarea del cuerpo de Bomberos.
Con voz suave pero carácter definido, Florencia recordó que en la escuela secundaria no se encontraba a gusto con lo que estaba haciendo; “no me gustaban las fiestas ni salir. Tenía demasiada voluntad pero no sabía dónde volcarla. Lo mío fue pura voluntad”, resaltó.
“Un día en una previa del Carnaval me encontré con un amigo y le pregunté si con 15 años podía entrar a los Bomberos. Me dijo que no, que tenía que esperar hasta los 17. Dos años después empecé la academia donde tenés que pasar por tres niveles, y pasar por distintas experiencias, haciendo salidas y compartiendo con los compañeros”, relató Florencia, una de las doce bomberos femeninas con las que cuenta el cuartel de la ciudad.
A pesar de su aspecto frágil, Florencia destacó que sus compañeros trabajan de igual a igual, aunque “tal vez nos cuidan mucho, creo que un poco exageran, aunque nos inspiran confianza y nos motivan mucho”.
Al momento del incendio en el galpón, se encontraba en el centro de la ciudad. “Escuché la primera sirena y acudí al cuartel. Cuando llegué me encontré con 5 compañeros más y salimos. Me tocó salir como Jefa de la Dotación, y tener a mis compañeros a cargo”, relató la Bombero y bordadora de Kamarr
Su adrenalina estuvo al máximo cuando comenzó a encontrarse con sus compañeras del taller de costura, muchas de ellas desesperadas por la situación.
“Yo bordo desde hace años para la comparsa Kamarr, eso se sumó a todo y en un momento me bloqueé. Muchas veces tratamos de imaginarnos escenarios grandes para estar preparados, pero nunca me imaginé encontrarme con semejante panorama”, dijo Florencia.
Recordó que “frecuentaba mucho ese lugar, por eso fue tan difícil trabajar viendo esas caras. Muchas de las costureras estaban desconsoladas y yo pensaba: ¿Qué van a hacer mañana? Fue muy difícil, fue tan monstruoso?la primera imagen fue impactante”.
“Lo único que procuraba era que mis compañeros no entren porque quería cuidarlos y además que no tiraran agua hasta que llegue la Cooperativa Eléctrica para cortar el servicio. Había cables de baja tensión tirados. Quiero agradecerle a un compañero que es Bombero y Policía que estaba en esos detalles”, dijo la joven que se convirtió en la cara del trabajo voluntario.
Mientras esperaban el corte de energía eléctrica, organizaron el material y esperaron el abastecimiento de más agua. Antes de salir dejaron a un compañero aprontando un camión para abastecer.
Cuando llegó la Cooperativa, cortaron la luz y Florencia junto a un compañero procuraron que el fuego no llegue a las casas linderas.
“Después llegó un superior y se puso a trabajar desde el frente del galpón y nosotros desde atrás, donde conecta con la Escuela y había gente muy nerviosa. Nosotros queríamos trabajar en esos dos frentes para llevarlo y cortarlo en el centro”, explicó.
“Yo pasaba mucho tiempo sentada en el taller y siempre vi muchos matafuegos y todo muy ordenado”, resaltó la Bombero. (El Día)