La Escuela 113 y una celebración única y plena de emoción

Una tarde plena de emociones y recuerdos que quedarán por siempre en la memoria de las personas que colmaron el salón “P. Luis Benetti” fueron parte en la tarde de este viernes 12 de octubre  de la celebración de los 50 años de la Escuela Nº 113 “San José”.

Un acto protocolar que contó con la presencia de las autoridades locales, de la escuela y de la presencia de los abanderados de todas las escuelas de la ciudad que acompañaron este cumpleaños de la Escuela  113.

Hubo palabras emotivas y muy sentidas, recuerdos que provocaron sonrisas y lágrimas. También se descubrieron placas alusivas al acontecimiento y se reconoció a todos y cada uno de los integrantes de la comunidad educativas, también a los de las Cooperadoras Escolares y/o sus familiares, que fueron y son un sostén destacado en la vida diaria de la institución.

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LA BENDICION DEL P. JOSE LUIS BOGADO

El P. José Luis Bogado realizó la bendición tomando en cuenta la carta del apóstol San Pablo a los cristianos de Filipo. Reflexionó: “… que bueno sería pedirle al Señor que esta celebración sea mirar con gratitud a todos aquellos que se han prestado a esta obra de Dios mirando al Padre Rafael y a todas aquellas personas, hermanos nuestros, que el Señor bendiga a todos porque la escuela no es tanto el edificio material sino que son todas esas historias, esas personas, esos nombres  de antes y de ahora y todos los que van sintiendo la escuela como su casa y a cada alumno como su propio hijo”.

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LILIANA JAUME HABLO EN NOMBRE DE LOS EX ALUMNOS

En nombre de los egresados de 50 años hablo Liliana Jaume resaltando la importancia de la enseñanza recibida en la escuela donde resaltó dos palabras: “Por favor y Gracias”.

Pensé en todos los recuerdos y momentos vividos en esta escuela donde nos enseñaron mucho de matemática, religión, lengua, sociales, pero sobre todo esta escuela nos enseña que no por venir de la escuela 113 somos diferentes… Somos iguales que el resto de la gente que egresa de otras instituciones de la ciudad.

Aprendimos que luchar por lograr las metas tiene que ver con las posibilidades, pero más tiene que ver con la voluntad que uno le ponga. Aprendimos que no tan profunda sean als dificultades que uno tenga sino la manera en como uno enfrenta las cosas y aprendimos que siempre hay que hacerlo con respeto al otro, a los demás. Aprendimos en esta escuela que te podes equivocar, porque equivocarse es parte del proceso. Lo importante que aprendimos en esta escuela es saber reconocer que uno se equivocó y volver a empezar, resaltó Liliana Jaume.

En esta escuela sobre todo nos enseñaron a usar dos llaves que son útiles en cualquier puerta y circunstancias que nunca debemos dejar en casa. Cuando egresamos de esta escuela esas dos llaves las llevamos en el guardapolvo o en el bolsillo y ahora tratamos de usarla todos los días. Son dos llaves que nos regalaron las maestras de esta escuela. Son dos palabras: Por favor y Gracias. Quiero invitarlos a que usen esas dos llaves y verán como cambian las cosas cuando dicen por favor y gracias, destacó.

En nombre de todos los ex  alumnos “por favor reciban el caluroso saludo por estos primeros 50 años de vida y sepan que el trabajo diario hecho es muy valioso y es muy poderoso y parte de lo que somos nosotros se lo debemos a ese trabajo diario que vale la pena…”. Y Gracias porque “estamos eternamente agradecidos por ese trabajo diario de todos los días y Gracias por educarnos con tanto amor. Felices 50 años Escuela 113”, finalizó Jaume.

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MONICA GUTIERREZ: ANHELAMOS CONTAR CON EL SECUNDARIO

La directora Mónica Gutiérrez hizo referencia a los comienzos de la Escuela destacando el “impulso de ciudadanos particulares detectando una necesidad concreta” que los animaba a la fundación de una escuela que ofreciera instrucción pre escolar y primaria a los niños de la populosa barriada que por antaño fuera conocida como barrio El Mondongo y Barrio Obrero, agregó.

Recordó que requirió  “de un esfuerzo perseverante. Una prueba de fuego para los que se atrevieron a decir “si lo haremos”. Se necesitó por ejemplo del liderazgo del padre Rafael Dittler, la tenacidad y dirigencia de Roberto Eleazar López, y más adelante el apasionado compromiso del Padre Luis Benetti. Un tributo especial  es el que le debemos a la Junta parroquial Santa Teresita que los secundaron con entusiasmo desde el primer minuto y se transformó en una comisión de apoyo”, dijo la directora. Fueron hombre s y mujeres comunes con una visión extraordinaria… que en el andar del camino habrán vivido momentos de alegrías y zozobras, agregó.

“Sin dudas fueron gigantescos los obstáculos que enfrentaron. Fue una gesta en pequeña escala que se pensó a lo grande”, puntualizó Mónica Gutiérrez.

Anunció que “ya está en marcha los trabajos para la nueva cocina comedor” con un subsidio de un millón de pesos de la provincia, gracias a gestiones del P. José Luis Bogado, del apoderado legal, el intendente y el senador Larrarte. La Arq. Erika Martín confeccionó ad honorem el proyecto presentado.

Como deseo, la directora destacó que “las experiencias del pasado nos hagan sabios, que las batallas del presente nos vuelvan fuertes, y que nada ni nadie nos impida soñar que en un futuro no muy lejano, podamos incorporar a nuestro establecimiento el Nivel Secundario. El cielo es el límite”.

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SERGIO MARTIN Y EL AGRADECIMIENTO PARA LOS QUE NO TIENEN NOMBRE

El apoderado Legal de la institución, el Cr. Sergio Martín, resaltó la importancia de todo el personal de la escuela “al que está y al que pasó porque no se puede construir despacio, todos los días y con esfuerzo”, siempre mirando al niño desde el más pequeño.

También dijo que “es bueno mirar hacia atrás para aprender de lo que nos antecedieron”, entre ellos el P. Rafael Dittler, el P. Juan Boxler, el P. Luis Benetti durante 22 años, al P. Silverio Rauch y actualmente desde hace 10 año Sergio Martín.

Destacó que en  los festejos de los 40 años el P. Dittler  dejó una frase que no se me borra: “quien educa un niño se gana el cielo”.

“Hoy quiero levantar la vos por esa gente que hoy no está en los libros, en los documentos. Esa gente que tal vez no tiene un nombre, una cara, un rostro, pero que está cada vez que se necesita una cosa”. Resaltó Martín.