Ocurrió el domingo 10 de abril en la cancha del club Pueblo Nuevo, una barriada que creció próxima al frigorífico de Gualeguaychú. Dos equipos femeninos disputaban una fecha fixturada en el marco de la copa local cuando un dirigente deportivo invadió el campo de juego, dijo “esta cancha es mía”, e impidió que se jugara el partido. La consecuencia de ese acto fue la suspensión del delegado durante los próximos dos años para cualquier actividad que se desempeñe en el marco de la Liga Departamental de Fútbol.
Cuando la terna se disponía a dar inicio al partido que disputarían las jugadoras de los equipos de Juvenil del Norte y Pueblo Nuevo, el delegado del club anfitrión manifestó que se iban a jugar partidos amistosos «con los chicos que faltaban jugar» y manifestó que no daría lugar a que se juegue el partido de fútbol femenino fechado.
Los árbitros dejaron constancia de las manifestaciones de la persona que se presentó como delegado del Fútbol Infantil del club Pueblo Nuevo, Elvio Otero: «Informo que el partido femenino que debían disputar el club local Pueblo Nuevo y Juvenil del Norte debió ser suspendido, debido a que el señor Otero -así se identificó- delegado del club Pueblo Nuevo (Fútbol Infantil) se acercó a nuestra posición en forma prepotente, agresiva, diciéndonos «Ustedes no son nadie para jugar el partido, la cancha es mía, y hago lo que quiero, las femeninas que se arreglen, no tienen nada que ver con nosotros, ya que vamos a disputar dos partidos más amistosos, si quieren suspender suspendan» y volvió a repetir «la cancha es mía y hago lo que quiero», que el equipo femenino se arregle como pueda», consta en el acta labrada por los árbitros aquel domingo.
En la reunión siguiente de la Liga Departamental de Fútbol se repudió el hecho, el tema pasó al Tribunal de Disciplina y se le dio tiempo hasta el jueves pasado al delegado y al club para efectuar el correspondiente descargo. Otero no presentó ninguna explicación.
Finalmente, el partido se dio como perdido para el equipo femenino de Pueblo Nuevo. Las jugadoras locales perdieron dos veces: cuando no las dejó jugar un hombre de su institución y cuando se definió que perdieron la fecha. Por otra parte, Otero fue suspendido por dos años a todas las actividades de la Liga: no podrá ser delegado, ni técnico, ni jugador de veteranos, no podrá participar en nada que organice la institución que nuclea a los clubes del departamento.
La pregunta obligada ante la sanción de la Liga Departamental es: ¿qué hará el club? Y para completar: ¿se tienen en cuenta la preparación y perspectiva de los dirigentes, delegados y deportistas encargados de formas a nuestras niñeces en los diferentes clubes? Cada vez son más niñas, jóvenes, mujeres que se vuelcan al fútbol femenino como práctica deportiva, reclamando equidad y paridad en el abordaje de esta disciplina. Fuente: R2820 Radio