La campaña de arroz en peligro porque el gobierno no libera divisas para importar herbicidas esenciales

El gobierno de Alberto Fernández está usando los dólares –que genera en su mayor parte el agro– para contener el tipo de cambio. Pero muchos sectores económicos están experimentando dificultades porque, debido al “cepo” cambiario, no pueden importar todos los insumos que requieren. Y uno de esos, insólitamente, es el rubro de los fitosanitarios, indispensable para que el agro pueda trabajar y, por lo tanto, generar divisas.

“Faltan Aura, Facet, Clincher y Command. Es un problema muy serio que nos puede afectar mucho”, explicó Héctor Muller, presidente de la Asociación de Plantadores de Arroz de Entre Ríos.

“Necesitamos los productos porque sembramos en septiembre y octubre; algunos son herbicidas preemergentes y otros postemergentes; sólo quedan los que nos sobraron del año pasado”, indicó a Bichos de Campo.

El faltante de herbicidas pone en riesgo el inicio de la siembra de este cultivo regional y también la futura productividad del arroz en un año en el cual se espera repetir el área sembrada en 2020 (unas 195.000 hectáreas).

Las lluvias de esta última semana calmaron los ánimos porque generaron las condiciones mínimas para desarrollar la implantación del cereal. Con excepción de la región santafesina, donde todavía falta agua, en el resto de las regiones arroceras tienen lo suficiente como para arrancar

En lo respecta al costo energético, otro insumo clave del sector arrocera, Muller dijo que “el aumento de la energía este año fue bajo, porque tuvimos relaciones mucho perores que las actuales”.

“Para que estemos bien, como fue el año pasado, sería de 2,0 kilos de arroz por litro de gasoil, así plantar y regar se podrían hacer sin desvelarse. Hoy estamos en 2,7 kilos por litro de gasoil, 25% más que el año pasado, pero hemos llegado a estar en 4 kilos y más también”, explicó.

El dirigente dijo que el arroz se está pagando a un valor similar al de la época de la última cosecha, alrededor de los 25 pesos el kilo, mientras que algunos molinos chicos pagan hasta 27 pesos por kilo.