La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) estimó que las pérdidas por la bajante histórica del río Paraná en los últimos cinco meses asciende a u$s 244 millones. El relevamiento y análisis fue realizado por un equipo de trabajo de la institución, a pedido expreso del gobierno nacional.
El informe derivado de la investigación revela que de ese total, u$s 91,2 millones corresponden a los costos que los buques deben afrontar para el completamiento en otros puertos y el llamado falso flete de los que no pueden completar su capacidad máxima de carga.
En tanto, u$s 86,4 millones se diluyen ante menores precios de exportación para el aceite de soja argentino por la bajante (baja de las primas FOB Argentina en relación a otros orígenes).
Los mayores costos de transporte y logísticos logísticos en mercadería que baja por barcaza desde Paraguay Brasil y Bolivia se calcularon en u$s 25,2 millones, mientras que el cálculo de las pérdidas por demoras de los buques en el proceso de exportación para el traslado de la harina de soja asciende a u$s 13,7 millones.
Finalmente los u$s 239,4 millones de pérdidas se completan con los costos extras que demandan las demoras en la industrialización del complejo oleaginoso del Gran Rosario, ralentización del programa de embarques de maíz, saturación en la capacidad de almacenaje, entre otros factores, hacen perder u$s 27,4 millones.
“Entre marzo, abril y mayo, cerca de 510 buques que entran al Gran Rosario a buscar granos harinas y aceites, han estado comprometidos con problemas para efectuar la carga ante esta bajante”, explicó Julio Calzada, economista de la BCR, en el marco de una videoconferencia junto a especialistas del Instituto Nacional del Agua, que brindaron explicaciones y previsiones sobre la bajante.
La investigación arrojó que los buques más afectados por el descenso de las aguas son los tanqueros como el Tanker Small y el Tanker Big, que son los que cargan aceite de soja, también los Handy, más pequeños que los anteriores y que cargan granos y harinas; los Supramax, que llegan a cargar entre 50 mil y 60 mil toneladas y los Panamax, que llegan a transportar entre 65 mil y 70 mil toneladas.
“Nosotros hemos tomado la información que las casas exportadoras nos han hecho llegar, e hicimos un relevamiento y análisis con especialistas. Vimos que de estos 510 buques, los más grandes, los Supramax y los Panamax están perdiendo entre 8.500 y casi 10 mil toneladas por salir con 4 ó 5 pies menos desde el Gran Rosario, debido a que los buques están con la posibilidad de circular con apenas 30 pies de profundidad, siendo que en condiciones normales pueden salir con 34 pies”, explicó el doctor en Economía. De allí que, con cada pie de profundidad menos, los graneleros pierden de cargar unas 2 mil toneladas.
Con esta realidad, estos buques que no pueden cargar en el Gran Rosario deben hacer el completamiento a otros puertos, preferentemente el de Quequén, Bahía Blanca y también brasileros. Y “ahí empiezan también los problemas para los exportadores en los programas de embarques, por ejemplo de maíz”, señaló el economista, porque la movida genera mayores costos de transporte, logística y de los granos mismos, con adicionales de casi 25 dólares.