Uno de los pilotos de nuestra ciudad que dejó su huella en el karting y en el automovilismo provincial fue José Luis Cruz. En esta nota con LA SEMANA el “Tigre” cuenta cómo se inició, su paso por los monopostos y las grandes alegrías que vivió. Además, recuerda que corrió con Ayrton Senna en el karting y las batallas con el Gurí Martínez cuando eran los benjamines de la Fórmula 6.
Me inicié en el karting allá por el año 1978, en un Zonal de la costa del Río Uruguay, empezó diciendo el Tigre Cruz, quien ganó un par de campeonatos. En esa época “estaban Jorge Paoloni, los dos Jacob (Carlitos y Oscar), Daniel Pohl, Ernesto Lucenti, José Pancrazio, Yalo Loker, Zambrano.
“Esas épocas no van a volver nunca más. Se vivieron cosas muy lindas, principalmente las amistades que uno iba haciendo, y cuando llegabas a un circuito te reencontrabas con todos y era como estar en familia. Eso es lo que tiene el automovilismo, donde las hinchadas pueden estar todas juntas, apoyar a sus pilotos y festejar cada carrera ganada, lo que lo convierte en una gran familia fierrera”.
El karting, dijo Cruz, “es la escuela de todo aquel que quiere incursionar en el automovilismo. En aquel entonces éramos muy jovencitos y no aspirábamos a nada. Eran nuestros padres los que nos inculcaban el correr y competir a nivel provincial y nacional, donde anduvimos muchos. Después se da la posibilidad de llegar a los monopostos que era a lo que uno aspiraba”.
Al recordar sus inicios indicó: “Yo lo ayudaba a mi papá en el taller, pero no me gustaba mucho la idea de correr. Pero como Jorge Paoloni y Oscar Jacob corrían, un día le dije a mi viejo que si existía la posibilidad de tener un karting me anotaba. Un día se puso en contacto con José Calza de Concordia y le prestó un chasis que lo trajimos, le colocamos un motor y enseguida fuimos al circuito a probarlo. Incluso ni bien me subí lo volqué tres o cuatro veces en una chicana que había en el circuito de San Salvador”, recordó. Tito Paoloni que estaba mirando las pruebas le decía a mi viejo que me iba a hacer matar porque ese chasis no iba. Entonces tomaron la decisión de ir a Buenos Aires y comprar un chasis 101, que era un lujo en aquel entonces, y así empezó todo.
Llegó el chasis nuevo y nos contactamos con Montiel (Adolfo) que era el maestro de todo esto. Empezamos a andar bien y a ganar algunas carreras y campeonatos en el karting. Creo que fueron dos campeonatos consecutivos y un tercero. También anduvimos por Santiago del Estero, Mendoza, Chaco, en el Autódromo de Buenos Aires.
Al recordar la participación en los torneos argentinos de karting el Tigre apuntó: “Cuando viajamos a Buenos Aires a correr, la primera vez estaba Ayrton Sena, que después llegó a la Fórmula 1 y se mató en un accidente, tenía motores directos y nosotros lo hacíamos con caja. Pero a la hora de probar estábamos todos juntos, y él me pasaba en las rectas y yo en las curvas con el motor con caja éramos muy superiores. En ese entonces nadie se imaginaba que era el Ayrton Sena que llegaría a la Fórmula 1. Me acuerdo que tenía el número 9 y ganó el sudamericano”.
Enseguida recordó que “cuando corríamos en pistas de asfalto lo hacíamos con cubiertas para la tierra, pero así mismo habíamos ganado las pruebas de clasificación. Después un fabricante de Buenos Aires, al ver que andábamos tan bien, nos trajo cubiertas nuevas para el asfalto, y ahí ni que hablar anduvo mejor. Ganamos el jueves, el viernes y el sábado, porque era por suma de tiempos. El domingo largaba en primera fila y con salir 5º o 6º en esa final era campeón argentino. Pero en la vuelta previa se me traba la bolilla de la selectora de la caja y nos quedamos con las ganas de tener ese título”.
Después fuimos a Santiago del Estero, donde nos pasó lo mismo. Se ganó todo lo previo y fuimos descalificados no recuerdo porque zoncera el domingo. Paoloni que había salido 3º o 4º también quedó afuera y lo gana Mario Schimpf, que después corrió en la Fórmula Entrerriana y TC 850. Sale campeón argentino porque en la final había terminado 6º y era de nuestro equipo, agregó.
LA EPOCA DE LA FORMULA 6
En 1983 se sumaron a la Fórmula 6 Entrerriana. Pero en lo previo, dijo, como andábamos medianamente bien en el karting e íbamos a correr los fines de semana a la zona de Santa Fe, había un periodista de LT 10, Raúl Ramis, que era seguidor de Carlos Reutemann, y lo invitaron a una carrera donde estuvo viéndome. Así se puso en contacto con Montiel y nos invitaron a un asado en Santa Fe donde Reutemann habló con mi viejo para que yo pudiera ir a Europa, pero como aún era chico yo escuchaba la charla y él que decidía era mi viejo. Pero cuando volvíamos a la madrugada para San Salvador, mi viejo me preguntó si quería ir a Europa. Le dije que ni siquiera sabía dónde era, no tenía ni idea, entonces empezó a trabajar diciéndome cómo te vas a ir, no tenés amigos, el idioma, las comidas. Entonces le pregunto a cambio de no ir que hay. Y ahí fue cuando me preguntó si quería correr en Fórmula Entrerriana.
Así fue que “acepté y –me dijo- el domingo vamos a C. del Uruguay y elegís un auto. Ese día ganó Quique Zanardi, y le dije que ese era el auto que quería, el ganador. Así fue se pudo arreglar con Zanardi y se compró ese auto. Había una propuesta para ir a correr a Europa, pero el viejo me la hizo estragos, hoy se lo agradezco porque en aquel entonces yo no conocía el límite, iba al frente y no sé qué podría haber pasado”.
Tengo un gran amigo que siempre me acompañó, que es Jorge Lanaro, mi compadre, que llevaba todas las estadísticas, recordó luego el “Tigre”. Así fue que en las primeras carreras en el año 83 muchísima gente nos acompañaba a las carreras. Iban 200 personas y era muy lindo poder estar compitiendo con pilotos de mucha experiencia porque yo tenía 19 años.
En la primera carrera en el Bernardo Molero de Villaguay, recuerdo que yo estaba en la mitad del pelotón y aceleraba mi auto pero no lo escuchaba por el ruido de los demás. Los nervios me comían al cien por ciento, pero anduvimos bien porque terminé 6º. En la segunda carrera en Basavilbaso hice la pole y salimos 2º peleando mano a mano con Ricardo Alberto. Ahí vinieron varios éxitos porque no era fácil ganar en una categoría muy linda. Todos se hacía en el taller y había revancha todos los domingos, recordó el Tigre.
EL PRIMER TRIUNFO EN MACIA
De esa carrera que ganamos en Maciá no me olvido jamás porque en esa época estaba la revista Corsa que traía muchas cosas de la Fórmula 1. Y con Jorge Lanaro, Jorge Jourdán y otros muchachos que andaban en el taller y en el auto decidimos copiar la suspensión delantera de la Ferrari T4B que era hermosa. La copiamos y la hicimos de fierro estructural. Jourdán soldaba y nos preguntábamos si no era muy débil, y le poníamos otro fierro y un soporte del otro lado. Fue algo increíble porque la terminamos de fabricar el sábado a las 10,30 de la noche y el domingo era la carrera y no le habíamos puesto al auto la barra estabilizadora porque no nos dio el tiempo y nos fuimos así. Y ese día ganamos la carrera.
Recuerdo que cuando ganamos la carrera Jorge se subió arriba de la suspensión y venía parado ahí, la besaban a la suspensión.
Otra carrera que ganó en Maciá, que era un circuito muy lindo, sucedió un hecho curioso mientras estaba puntero. Venía Galeano mucho más fuerte desde atrás y a mí se me estaban saliendo los carburadores, entonces el auto chupaba aire y no rendía como tenía que rendir, hasta que en la última curva lo vi por el espejo que venía muy fuerte para pasarme, entonces le cambié el radio de giro y me paré arriba del freno, entonces el Turco Galeano por no chocarme tomó la tierra suelta y se le bloquearon las ruedas, se fue afuera, volvió a entrar, y a mí me dio lugar para llegar primero a la bandera a cuadros. Llegamos a la línea y se cayeron los carburadores. En ese momento fue una viveza de un segundo donde Dios me ayudó porque pasó lo que pasó”.
LAS ANECDOTAS CON EL GURI MARTINEZ
En esa época también surgía el Gurí Omar Martínez en los monopostos, a quien el Tigre Cruz supo ganarle. Esas son las cosas lindas que te quedan. Martínez empezó un poquito después y éramos los benjamines de la categoría. Después él tuvo un éxito increíble y no había con que darle. Me acuerdo que en una carrera en Viale en una transmisión de tu viejo, Miguel Angel, decían en las revistas que quien le ponía el cascabel al gato, y ese día nos tocó largar la serie junto con el Gurí, y le dije hoy te gano. Le gané la serie, pero después en la final me ganó.
Otra carrera que me quedó grabada con el Gurí fue en el Salvia donde peleábamos por el 5º puesto y el río Uruguay estaba crecido y en el tobogán estaba a medio metro de la pista. En la última vuelta en el tobogán, el Gurí iba adelante y me largué más fuerte en la entrada, lo emparejé abajo, donde los comisarios deportivos y banderilleros no veían, lo toco y lo tiro adentro del agua, le ganó la posición y terminó 5º, pero el Gurí no apareció. Llegó a los boxes a la media hora todo empapado y se va derecho a donde estaba yo y con su inocencia me dice por qué me pegaste, pero sin intención de pelear. Era así y se peleaba con el cuchillo entre los dientes.
En San Salvador hubo tres o cuatro carreras. En las dos primeras anduvimos muy bien y en la que estábamos para ganar se me salió el borne de la batería y no llegamos. En otra salimos 2º y 3º, creo. Fue una cuenta pendiente poder ganar en San Salvador.
Tuvimos la satisfacción de ir a las carreras a brindar un espectáculo para que la gente se vuelva contenta y ponerlo a San Salvador en lo más alto. La cantidad de gente que nos seguía se merecía eso. Mientras lo pudimos hacer en la Fórmula 6 se hizo. Después vinieron las Peñas que gracias a ellos pudimos seguir corriendo porque no había los medios como ahora. Hoy sin el apoyo de la gente y de una peña es difícil hacer algo. Yo estoy muy agradecido a todos los que iniciaron esto. Mucha gente de San Salvador pasó por la Auto Peña y pudimos hacerlo y también los pilotos que me precedieron, dijo Cruz.
EL EQUIPO Y EL AGRADECIMIENTODe los que siempre lo acompañaron mencionó a mi viejo, Pedro Angel Cruz, que era el capo del equipo, era infaltable, después como mecánico Jorge Krenz, Jorge Lanaro que era albañil pero se defendía muy bien y era el cronometrista, Jorge Jourdán, Néstor Meza, Javier Martín, los chicos de Golden, el padre estaba en la presidencia, don Saúl Golden. En las carreras el grupo principal eran cuatro o cinco porque cada uno tenía asignada una tarea. Lanaro hacía las trompas, los alerones y los bigotes de los autos trabajando con fibra de vidrio y resina porque se rompían todas las carreras. Jourdán hacía los moldes con yeso o con chapa.
Además, lo más lindo eran los lunes cuando desarmamos el auto a la tarde, lavar todo, y el asado de la noche con todas las críticas de las carreras, para empezar a trabajar el martes.
También recordó el apoyo de La Semana y Miguel Angel Rodríguez que “fue un tipo que nos empujó y nos llevó a la Fórmula 6 e hizo los trámites para poder correr. Y en los alerones estaba La Semana”.