La época otoñal y las persistentes lluvias propiciaron la presencia de hongos de sombrero en forestaciones de pino y eucalipto que podrían ser tóxicos para las personas y/o el ganado, e incluso venenosos.

Si bien algunos hongos tienen gran valor culinario otros son tóxicos y se les debe prestar especial atención para evitar confundirlos.

Por ese motivo, profesionales de INTA Concordia recorrieron plantaciones y encontraron hongos con distinto grado de toxicidad, entre ellos se mencionan:

Amanita muscaria: Suele aparecer debajo de los Pinustaeda y también debajo de los robles, se los conoce como “hongos rojos y blancos de los enanitos”, su característica más importante es el llamativo color rojo sangre del sombrero. La ingestión de este hongo produce una intoxicación debido a la presencia de una sustancia de acción narcótica e insecticida (se los conoce como “matamoscas”).

Amanita phaloides: Este es el más peligroso para los humanos, produce la mayoría de los casos fatales en Argentina. Frecuentemente está asociado al Pinustaeda y también a los robles. Por su apariencia puede confundirse con otros hongos comestibles de los que se distingue por el color blanco-verdoso del sombrero y una volva membranosa (envoltura) en la base del pie (al colectar siempre hay que corroborar que no quede una volva en el suelo). Su ingestión produce el síndrome faloidiano comprometiendo el hígado y las células sanguíneas que al cabo de unos días provoca la muerte.

Ramaria flavo-brunnescens: No es un hongo típico de sombrero, más bien parece un coral de mar o un coliflor de color amarillo fuerte que cambia según la edad. Se trata de un hongo micorrícico que produce intoxicación en el ganado vacuno y ovino. Produce lesiones a nivel de boca, cola y patas (pierden pelo en la cola) por eso se lo conoce como “BOCOPA” y también como “Mal de los eucaliptos” porque es habitual en los eucaliptales. La mortalidad de los bovinos puede llegar al 50% pero mejoran si se los retira de los montes. No hay tratamiento de cura, como medida de prevención se recomienda evitar el ingreso de animales a montes de eucalipto durante el otoño, especialmente luego de veranos secos seguidos de intensas lluvias, o en primavera cuando se observa la presencia del hongo. Es importante el diagnóstico de un profesional veterinario ya que puede confundirse con intoxicaciones por plantas o fiebre aftosa.

Recuerde que las pruebas caseras de toxicidad tales como hervir los hongos con una cuchara de plata o un clavo de cobre y observar su oscurecimiento son meramente folclóricas y no aseguran su comestibilidad. En caso de intoxicación dirigirse inmediatamente a un centro de asistencia médica, y tratar de reservar ejemplares frescos que servirán para la identificación de la especie ingerida.