Un productor ganadero del departamento Villaguay, Jony Giubenalle, hizo pública su indignación y desesperación luego de que la madrugada del viernes 28 de noviembre le faenaran tres novillos en su campo ubicado sobre el kilómetro 73 de la Ruta Provincial 130, cerca de Villa Domínguez. Este último ataque eleva a diez la cantidad de animales perdidos en lo que va del año.
El ataque y la pérdida económica
El hecho, caratulado como abigeato, ocurrió entre las 23:30 del jueves y las 02:00 de la madrugada del viernes. Los delincuentes ingresaron al establecimiento y faenaron dos de los vacunos para llevarse la carne. El tercer animal quedó tirado en el campo con un disparo, aparentemente porque a los cuatreros les faltó tiempo para terminar el trabajo.
«Sinceramente, no hay respuesta de las autoridades», expresó el productor, quien remarcó el profundo dolor y la pérdida económica que representa cada animal faenado. Giubenalle ya había sufrido la pérdida de dos animales hace dos meses y cinco más anteriormente en el transcurso del año.
Fuerte cuestionamiento a las fuerzas de seguridad
La mayor contrariedad del productor y de los vecinos radica en que, al momento del delito, la Brigada de Prevención de Delitos Rurales (Abigeato) estaba realizando un control de rutina a escasos 500 metros del lugar del faenamiento, cerca de la Escuela N.º 89 «Crispín Velázquez».
«Lo que más enoja de todo esto es que el hecho ocurrió justo cuando Abigeato estaba haciendo un control… Quienes no vieron nada allí ni cuando pasaron por este campo», señaló Giubenale, haciendo eco de la preocupación vecinal sobre la efectividad de los operativos.
Falta de respuesta oficial
Tanto Giubenalle como los vecinos aseguran haber reunido información valiosa que fue entregada a las autoridades, incluyendo:
- El vehículo presuntamente utilizado para el traslado de los animales.
- Datos de los posibles involucrados en el hecho.
- La ubicación donde se habría descargado la carne.
Sin embargo, el productor denunció que tanto en la Comisaría de Villa Domínguez (donde se radicó la denuncia por jurisdicción) como en la Brigada de Abigeato, la respuesta fue la misma: «Lisa y llanamente, no hicieron nada».
«Tenemos el zorro cuidando las gallinas», fue la dura expresión utilizada por los vecinos de la zona, quienes se sienten desamparados, máxime considerando que suelen colaborar con insumos, como combustible, para los patrulleros.




