Gregorio Mendieta tuvo 20 hijos con su esposa. En muchos de los nacimientos se transformó en el partero, por vivir en el campo. Hoy disfruta de su jubilación en Gualeguaychú, con una historia de vida sorprendente.
Foto: Gregorio Mendieta
Gregorio Mendieta, nació en Feliciano, al igual que gran parte de su familia, pero junto a un tío llegó a Gualeguaychú a los 16 años. La mayor parte de su vida la pasó trabajando en el campo, y allí nació gran parte de su familia.
“Tuve 20 hijos y por suerte todos salieron bien”, manifestó en Radio Máxima. Pero Mendieta también fue partero, con varios de sus hijos: “Mi esposa demoraba para salir del campo hacia el hospital, entonces lo terminaba teniendo en el rancho, y yo teniendo que hacer el parto”.
Pero también Mendieta, se recibió de corajudo, cuando tuvo que salir en un tractor con acoplado, rumbo al hospital, pero no llegó: “Mi mujer me dijo papi, está por nacer nuestro hijo, y allí fue que salimos rápidamente, en un tractor con acoplado, que pertenecía a un vecino. Cuando íbamos en camino, todo se apresuró y tuve que sacarle el bebé arriba del acoplado: le medí tres dedos, y corté el cordón con un cuchillo que tenía. Luego le limpié la cara al bebé, y regresamos nuevamente para el rancho. A la semana viajó a la ciudad mi esposa para hacerse el control en el hospital”, contó.
“Fueron varios los partos, pero por suerte, todos salieron bien, en una vida con mucho sacrificio, porque no fue fácil, con tantos chicos”, expresó.
“No me arrepiento de haber tenido tantos gurises pero quizás si hubieran sido menos, tendrían una mejor calidad de vida”, cerró en declaraciones a Maximaonline.