Guillermo Monzalvo vistió la camiseta de Unión y Fraternidad en la década del 80, siendo uno de los mejores jugadores de la época. Un goleador exquisito, de gambeta impredecible, con un juego explosivo por su magia y explosión en la ofensiva.
En esta charla con SANSA DEPORTES Y LA SEMANA habla de sus inicios en el fútbol, de las alegrías que le dejó su corta carrera deportiva, y sobre todo los momentos inolvidables con Unión en la conquista del título de la Liga Departamental de Colón.
En la imagen principal, con la camiseta de Unión a fines de los 70, y en la otra recibiendo el trofeo de goleador de La Cañada en el nocturno de los barrios en los años 80.
Entré a trabajar en el Banco donde estuve un par de años y me vine a Paraná. Tampoco la idea era volver, pero después me metí más en lo mío que era la música, y por suerte me fue bien.
SUS COMIENZOS EN EL FUTBOL INFANTIL
En el fútbol empecé a jugar en los torneos Evita en el año 73, donde salimos campeones. Viendo la foto que me mandaron me trajo a la memoria esa época y los jugadores que había en ese equipo. En esa época andaban Aloe que era el técnico, el Coti Negrete, Victorino Latute, el Negro Cruz, el Toto Giacopussi primero en un torneo en Jubileo, después en Villaguay, en Paraná.
Ese creo que fue el primer logro en el fútbol, porque tenía 13 años. Además, todos los que estaban después fueron grandes jugadores. Era un equipazo y le ganamos la final a Toritos de Chiclana, que en esa época y aún hoy en Paraná es referencia del fútbol infantil. Ellos venían matando y empatábamos 0 a 0 hasta que le hicieron un penal al Cancho Gerard y el Lucho (Iribarren) hizo el gol y le ganamos 1 a 0 la final.
LA LLEGADA A UNION
Florencio Fernández, Tucho Fernández, Carlos Taboada Negrete, Coty Negrete, Guillermo Monzalvo y Raúl Monzalvo.
Después me sumé a Unión que lo dirigía el tío Ricardo (Santos) y lo ayudaba el Coty Negrete. Yo jugaba de 8 en los infantiles, pero Carlos Negrete, el hijo más grande del Coty, siempre les decía que tenían que ponerme arriba porque siempre fui liviano, pero Ricardo decía que no porque me iban a patear. En esa época estaba en el secundario y con 15/16 años el Coty quería que me pongan en primera. Y un día Carlos le dice a Ricardo “tenés que ponerlo de 9 y no de 8, porque no le da el cuerpo para recorrer la cancha, cortar y quitar. Pero de 9 se las va a ingeniar y Ricardo me puso en esa posición, pero que juegue de 9”.
Aprendí a jugar de 9 y era cierto porque no tenía motor para jugar en el medio, y ahí quedé.
Al recordarle que esa idea, como centrodelantero, tuvo sus frutos y grandes alegrías dijo: “Absolutamente. Recuerdo cuando La Cañada gana el primer torneo de verano, en el 79/80, ese año salí goleador con La Cañada, salí goleador con la Cooperativa Arrocera en un torneo de verano en Villaguay y campeón con Unión en la Liga de Villaguay. Lo recuerdo, aunque no tengo casi nada de esa época. Siempre fui goleador. Recuerdo que en la Liga de Villaguay jugaba con Colango Rivero a la derecha y Chiquito Odeard a la izquierda. Pero después lo tenía a Cabezón (Segovia) atrás y Guada. Teníamos un buen equipo. Después en la Liga de Colón jugaba con Miguel Pellenc y con el Tata Segovia, Carlitos Segovia Luis Voltolini. Siempre tenía al lado grandes jugadores. Colango, por ejemplo, no solo corría y empezó a jugar, lo mismo Chiquito Odeard”.
EL TÍTULO DEL 87 EN COLÓN
Al referirse al título en el 87 en la Liga de Colón recordó: “En el primer año no nos fue muy bien. En el segundo año mejoramos muchísimo y entramos en el petit torneo final, donde todos fuimos tomando confianza. Recuerdo que el Tula Santos, que era el técnico, nos dijo: “Si llegamos hasta acá por qué no podemos ser campeones”. Se nos fueron dando los resultados y en la final con Campito terminamos demostrando ser mejores. El primer tiempo fue dividido, pero después se dio otro partido, sobre todo a partir del penal que atajó el Gordito Visconti. Yo hice tres goles y bueno el de ellos lo había hecho Franco que era el jugador más temible. Después hubo un gol de tiro libre del Tata que es donde arranca la diferencia”.
Después hice otro gol Palito Segovia y el quinto llegó sobre el final. Me acuerdo como si fuera hoy la jugada porque viene Carlitos (Negrete) con la pelota por el medio de la cancha y yo que estaba como 10 le dije que me la tire. Carlos tenía una gran calidad para jugar, hizo la pausa y me la dio, y Acosta que me marcaba ya no estaba y creo que el gol mucha gente ni lo vio porque era una gran algarabía”.
En relación a ese hecho histórico, Monzalvo recordó que “me vine a Paraná y voy a alquilar una casa a dos cuadras de la Avenida Almafuerte, y me dicen que iba a ir el muchacho que estaba antes a buscar unas cosas. Y cuando llegó me dice hola Guillermo. Y yo no tenía la menor idea. Era un periodista de Paraná que había ido con una radio a trasmitir la final de Colón y me hizo un reportaje. Y enseguida les dijo a los vecinos que estaban ahí quién era yo, el goleador de la Liga de Colón y un gran jugador. Fue una casualidad y muy grato”.
Después cuando llevaba mis chicos a inscribirlos para la pileta de Patronato, llegué y el que estaba ahí, cuando le di mis datos, dijo éste es el goleador de la Liga de Colón. Cosas que me llamaron la atención y que son muy lindas”.
UN TREMENDO DEFINIDOR Y GOLEADOR
Más adelante le recordamos a Guillermo que Coco Bentancourt lo había definido como un jugador que de diez veces que te enfrentaba te hacía 8 goles. “Sí, con el Coco estuve hace poco tiempo en San Salvador y él me decía que tenía una gran habilidad porque jugaba con y sin la pelota y nunca había visto a un jugador hacerlo así. El Coco jugaba bien y fue un buen técnico. En un partido contra Petroleros armó una buena defensa con el 6 y el 2. El 6 me marcaba a mí y tenía que sacármelo de encima y después me salía el 2 y se me complicaba. Hasta que pensé qué hago acá porque sacarme a dos jugadores no era fácil. El 6 me seguía a todos lados, entonces empecé a buscarlo a donde estaba el 2 y los juntaba y ahí empezaban los problemas para ellos y el Coco se cansaba de gritar de afuera. Entonces yo no jugaba, pero si lo hacían mis compañeros y podía aparecer uno libre. Y cuando venía una pelota por arriba se peleaban por quien iba a buscarla y ahí ganaba yo y los volví loco. El Coco no podía creer el desastre que les hacía porque en definitiva me marcaban dos”.
En esa época el fútbol tuvo buenas improntas por la misma competencia y jugábamos como si no nos conociéramos y no perdonábamos nada, y al otro día estábamos juntos en el colegio. Lo mismo pasaba con los torneos de barrios.
NO ME SENTI COMODO EN EL EQUIPO DE TODOS
Monzalvo jugó también el torneo provincial para Unión, aunque –recordó- con el Tata Segovia no pudo hacerlo porque cuando él jugó el Tata estaba lesionado. Jugué un par de partidos y en realidad no me sentí muy bien en ese equipo. Creo que tendría que haber jugado Unión con algunos refuerzos. Nunca me convenció porque no nos apropiábamos del equipo, como con Unión. Eso no funcionó, de hecho, no jugué muchos partidos.
LA CHANCE DE JUGAR EN COLON DE SANTA FE
También recordó un partido con la tercera de Colón de Santa Fe que se jugó en San Salvador, donde estaba Pedro Pasculli. Perdimos y erramos algunos goles de entrada, pero había una diferencia enorme. Al terminar el partido Ricardo me dice que los directivos de Colón querían verme. Me dijeron que quería que jugara con ellos, que vaya el lunes, aunque el técnico que fue a San Salvador no era el de la tercera, pero informaban todo. El lunes a las 3 de la tarde practicamos, me dijeron, y estuve ahí. Eso sí, tratá que el club no pida nada por tu pase si no se va a trabar, queremos que vayas con el pase libre.
Bueno llegué, me estaban esperando y el técnico sabía todas las características que tenía. Yo ya estaba en la Universidad de Música en los inicios y con mucha expectativa y me propusieron que me cambiara y practicara. Ese fue lo más difícil de decidir porque yo cursaba clases toda la semana y no podía practicar, aunque igual me propusieron solucionarme el tema del estudio. Me hicieron una propuesta interesante y me daban toda la ropa para empezar a entrenar, pero no me quedé y no volví tampoco. Me puse a estudiar. No decidí por el fútbol cuando tenía una buena propuesta. No sé si hubiera prosperado y lo podría haber intentado porque para el fútbol hay una edad”.
Momentos inolvidables: “A los goles con Campito los recuerdo como si lo hubiera hecho ayer. Los tengo clarito, de esos no me olvido. Después en Chajarí recuerdo un gol muy lindo al ángulo. Otro con el equipo de la Universidad jugamos contra Canal 13 con los hermanos Di Meola, hice un gol tremendo. Después otro gol jugando para San José un regionalito en Concordia contra Santa María de Oro donde terminaron echándome”.
Fernando Rodríguez