Los valores internacionales de la cebada forrajera explotaron luego de que China bloqueara el acceso del cereal proveniente de Australia a modo de represalia por cuestiones geopolíticas.
Y para la Argentina –donde acaba de finalizar la cosecha– esa una buena noticia (aunque, vale recordar, el hecho de que la principal nación importadora de commodities use el comercio exterior como “arma” para aleccionar a países que no se arrodillen ante sus dictados es por demás preocupante porque introduce un nivel de riesgo enorme en el negocio).
Hoy jueves el precio promedio de la cebada forrajera disponible con entrega en terminales de Bahía Blanca fue de 18.263 (215,4 u$s/tonelada), mientras que el valor de la cebada cervecera se ubicó en 18.797 $/tonelada (221,7 u$s/tonelada) para una partida de 500 toneladas.
En cuanto a la cebada con entrega en el puerto de Quequén, el valor promedio negociado hoy por la forrajera se ubicó en 18.245 (215,2 u$s/tonelada), mientras que una partida de 300 toneladas de la cervecera se negoció en 220 u$s/tonelada, según datos de la plataforma Sio Granos.
Si se considera que el valor FOB oficial de la cebada forrajera –publicado por la Subsecretaría de Mercados Agropecuarios– es de 230 u$s/tonelada, entonces un precio FAS de 215 u$s/tonelada implica que el producto está en los hechos “libre” de retenciones.
La razón de ese fenómeno reside en el hecho de que en 2020 China, por causas políticas, bloqueó el ingreso de la cebada proveniente de Australia, nación que hasta el primer semestre del año pasado era el principal proveedor de ese producto a la nación asiática.
El primer ministro australiano, Scott Morisson, decidió alinearse con el presidente de EE.UU., Donald Trump, para solicitar –junto a otras naciones– que se realizara una investigación científica internacional sobre los orígenes del Covid-19 en territorio chino.
El gobierno de Xi Jinping, al considerar que ese pedido implicaba una intromisión en los asuntos internos de China, procedió a aplicar represalias comerciales contra Australia, una de las cuales consistió en implementar derechos antidumping del 73,6% más un arancel adicional del 6,9% a las importaciones australianas de cebada.
Ante tal restricción, los importadores chinos deben buscar fuentes alternativas de cebada en naciones como Argentina, Ucrania y Francia, a pesar de que, por cuestiones logísticas, el proveedor natural de ese producto es Australia, que este año debe malvender su producción en destinos como Arabia Saudita, que emplea ese recurso para alimentar camellos.
La Bolsa de Cereales de Entre Ríos indicó hoy que esta semana finalizó la cosecha argentina de cebada con una producción estimada de 4,10 millones de toneladas, la mayor parte de la cual se concentra en la provincia de Buenos Aires.