La tormenta del domingo pegó duro en silos, tinglados, estructuras de riego y postes de tendido eléctrico en una amplia zona de Vera y General Obligado. En Santa Fe. En los cultivos hubo menos daño a causa del escaso desarrollo producto de la sequía.
La tormenta de viento y lluvia que azotó parte de los departamentos Vera y General Obligado, desde el domingo por la noche hasta las primeras horas del lunes, tuvo un mayor impacto en la infraestructura de la región que sobre los cultivos. Pivotes de riego, plantas de silo, galpones para maquinaria y, sobre todo, postes del tendido eléctrico en zona rural sufrieron el embate de las ráfagas, mientras los girasoles resistieron en gran medida gracias -paradójicamente- al menor desarrollo que les causó la sequía. De todos modos hubo daños sobre algunos cultivos en zonas puntuales, por viento y también granizo.
Cabe aclarar que el registro de precipitaciones este año es de los menores de la historia en la zona, por lo que el agua caída -entre 20 y 100 milímetros- es una excelente noticia para el sector agropecuario en el norte santafesino. Servirá para iniciar la siembra de soja de segunda y mejorar las posibilidades de maíces o girasoles que venían castigados por la sequía, además de iniciar la recarga de represas en campos ganaderos y promover el desarrollo del pastizal natural.
Respecto de las consecuencias del viento y el granizo, el ingeniero agrónomo Rubén del Fabro detalló a Campolitoral: “está muy franjeado, pero te diría que desde Malabrigo hasta el Ricardito / Berna (unos 20 kilómetros) en mayor o menor medida es el daño; muchos lotes perdidos”, dijo, en referencia a planteos de girasol y algunos de sorgo y soja que sufrieron el granizo, fenómeno que también golpeó en El Arazá (32 km al oeste de Reconquista). En el caso de los girasoles, que están en general entre buenos y regulares, sufrieron “los que se venían desarrollando bastante bien, es donde pegó el viento; pero es muy puntual, de Malabrigo al Noroeste, ahí es donde más se marcó; pero en general no hubo tanto daño en el campo”.
Desde la Unión Agrícola de Avellaneda (UAA), el ingeniero agrónomo Omar Gregoret trazó un panorama de lo ocurrido desde Reconquista-El Arazá hasta Villa Ocampo. “Respecto a instalaciones hay daños en galpones avícolas, en predios rurales, muchos postes de luz caídos y gran parte de la zona sin energía, lo que para algunos como los productores de pollos es un problema”, dijo sobre la situación que se vivió inmediatamente después del fenómeno.
Por contrario, al analizar el panorama agrícola, indicó que “por suerte los problemas fueron menos de los que pensamos que habría por la dimensión de la tormenta”. En general -describió- “hay lotes de girasol un poco inclinados, igual que el maíz, tumbados por manchones, pero no es tan grave como creímos”. En cuanto a milímetros e intensidad, dijo que cayeron entre 20 y 100 milímetros, en un gradiente decreciente hacia el norte del departamento General Obligado.
Sobre el girasol en particular, Gregoret sostuvo que el estar poco desarrollados a causa de la sequía “los ayudó un poco”. La campaña se caracteriza con plantas más pequeñas y menor potencial de rendimiento, que se traduce en “tortas” más chicas y por lo tanto livianas.
Desde la Agencia de Extensión Rural (AER) de INTA en Garabato (Cuña Boscosa, departamento Vera), el veterinario Orlando Hug, jefe de la dependencia, comentó que hubo daño en lotes de sorgo forrajero, pero que gracias a la recarga de humedad en el suelo quienes tenían un buen barbecho podrán resembrarlo ya que aún permanece abierta la ventana de fecha óptima. “Se van a animar y van a empezar a resembrar; lo mismo que quienes están haciendo soja detrás de trigo, seguramente esta semana van a salir a full”, agregó.
Para la ganadería, actividad mayoritaria en la zona, dijo que la lluvia fue “un buen respiro, porque hay buena recarga de represas y de suelo; ahora a tener paciencia y esperar el rebrote del pastizal”. De todos modos, hay un efecto de la sequía que no se puede volver atrás: la falta de forraje retrasó los servicios y “el año que viene habrá terneros tardíos, es todo un problema”.
Lo que tampoco se despeja es la preocupación de un verano Niña, con lluvias inferiores a las normales. “Estos milímetros hoy son fundamentales, pero si seguimos así en no más de 30 días quedamos de a pie otra vez”, advirtió. Por lo que “para Bajos Submeridionales y Cuña Boscosa necesitaríamos otro milimetraje igual en 5 u 8 días para ir asegurando la recarga de represas y de suelos”. En tal sentido recordó a los productores que deben prepararse para un verano seco. Fuente: Campo Litoral.