SAN SALVADOR.- Con la procesión y posterior misa se celebró en San Salvador este miércoles 3 de octubre el Día Patronal en honor a Santa Teresita del Niño Jesús, con la participación del Obispo de la Diócesis, monseñor Luis Collazoul.
Pasadas las 16 se inició la procesión con la imagen de los padres de Santa Teresita y nuestra Patrona, desde la Capilla Itatí, seguida de una larga columna de fieles acompañó todo su recorrido hasta la Parroquia.
Allí se ofició la misa patronal, con la presencia de una multitud. El obispo hizo especial referencia a los jóvenes y a la santidad inspirado en la vida de Santa Teresita.
Collazoul dijo que “si nos preguntan qué es ser cristiano. Es alguien llamado por una vocación, por Cristo, que al mismo tiempo sea quien lo irradie, lo comunique en la misión. La vocación del cristiano es ser un santo misionero”.
De un modo muy particular queremos pensar en los jóvenes. Sobre todo porque Santa Teresita fue una Santa muy joven y con toda la vitalidad de la juventud a pesar de la enfermedad que debilitó su cuerpo, agregó. Los jóvenes están de un modo especial en el sentir de la Iglesia siempre… Además, estamos en nuestra Diócesis, celebrando el año de los jóvenes y hemos querido poner de un modo particular en el corazón de nuestra vida diocesana y de nuestra vidas parroquiales la realidad de los jóvenes y el tema que nos mueve es el mismo que movió al Papa Francisco a convocar este Sínodo de los Obispos: Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”.
Lo de la Santidad es posible, apuntó. “Ser Santo es tener un deseo y ponerlo en marcha. Hacerlo que pueda, lo que está de mi parte, pero sobre todo pedirle a Dios lo que no pueda. Entonces para el camino de la Santidad hay dos elementos: lo que nace de la libertad personal y lo que hace posible es la gracia de Dios”. La voluntad de Dios se mueve por el deseo y tenemos que preguntarnos si tenemos deseo de ser Santos. Creo que sí, agregó. El ejemplo de esto es Santa Teresita, dijo. “Dios no inspira deseos irrealizables, que linda respuesta que se dio a sí misma y si Dios pone en mi alma el deseo que sea santa puedo ser eso que Dios me pide. Esto es bueno como mensaje para los jóvenes. Si Dios te inspira el deseo de ser santo y te pide de diversas maneras es para que realmente lo seas. No es una cosa imposible”, señaló el obispo.