Fervor y devoción en la Fiesta Patronal en honor a Santa Teresita

Este jueves, San Salvador vivió una jornada especial con la Fiesta Patronal en honor a Santa Teresita, que convocó a cientos de fieles en una celebración marcada por la devoción y el espíritu comunitario. La jornada comenzó con la tradicional misa de las 7 de la mañana, seguida de una procesión que recorrió las calles principales de la ciudad a partir de las 10.

La procesión ofreció una imagen imponente y poco vista en celebraciones anteriores: La imagen de Santa Teresita encabezó el recorrido, escoltada por la cruz y acompañada por el Obispo de Concordia, monseñor Gustavo Zurbriggen, junto a un nutrido grupo de sacerdotes. Detrás, una multitud de fieles siguió el paso con gran fervor, creando un ambiente de profunda espiritualidad.

El recorrido culminó en la cancha parroquial, especialmente decorada para la ocasión, donde la cantidad de vecinos se multiplicó. Bajo un cielo soleado, se celebró la misa central, con un ambiente de recogimiento y emoción. En su homilía, monseñor Zurbriggen destacó: “Han preparado esta fiesta con una profunda novena, guiados por el lema ‘Con Santa Teresita vayamos al corazón del hermano’. Esta novena los ha inspirado a caminar junto a Santa Teresita, aprendiendo de su testimonio de fe y entrega”.

El Obispo hizo hincapié en el poder de la oración, afirmando que “es la fuente de toda verdadera misión”, y agregó que el trabajo misionero debe ser entregado al Señor en la oración constante. Inspirado por las palabras de Santa Teresita, destacó que “la santidad no está en los grandes actos extraordinarios, sino en la aceptación humilde de la vida cotidiana”. Resaltó que la verdadera devoción se encuentra en las pequeñas acciones de cada día, aquellas que muchas veces realizamos sin pensar, pero que, vividas con amor y humildad, nos acercan a Dios.

“Santa Teresita nos enseña que es en lo sencillo donde Dios se hace presente”, continuó el Obispo. “No solo debemos ofrecerle nuestros sufrimientos, sino también nuestras alegrías, los momentos de felicidad que la vida nos regala. Al dar gracias por los momentos felices –como el nacimiento de un hijo, una promoción en el trabajo o simplemente la alegría de un descanso– también estamos ofreciendo nuestra vida a Dios, que siempre nos acompaña.”

La celebración fue un emotivo recordatorio de la importancia de vivir la fe en comunidad, de encontrar en la vida diaria la oportunidad de acercarse a Dios, y de mantener vivo el legado espiritual de Santa Teresita. La jornada concluyó con un sentimiento de gratitud y unión entre los fieles, reforzando los lazos de la comunidad en torno a su Santa Patrona.