Justo Bernardo Lovera falleció producto de una fibrosis pulmonar que arrastraba desde hace tiempo. Aseguran que murió dos días después de haber sufrido la deriva de una fumigación del campo vecino a la vivienda que habitaba.
Don Justo Bernardo Lovera quien vivía en una chacra familiar en la zona de Colonia Celina, en el departamento Paraná, falleció este 6 de octubre producto de una fibrosis pulmonar que arrastraba desde hace tiempo. El sitio Era Verde indicó que el hombre murió dos días después de haber sufrido la deriva de una fumigación del campo vecino a la vivienda que habitaba y que lo llevó a ser internado. Fue en el mismo lugar copado por un pelotón de 12 policías el 5 de julio de 2019, cuando don Justo quiso impedir una de las tantas pulverizaciones con agrotóxicos en el lote lindante que, pese a sus denuncias, no cesaban de envenenarlos.
El hombre, desde 1996, denuncia los perjuicios que le ocasiona a su familia la actividad productiva del arrendatario de un campo lindante. «El hombre que alquila el campo tiene todo en regla, fumiga los días en los que el viento no va hacia mi casa, pero los días posteriores eso afecta a la salud de mis padres, los que están muy enfermos», denunció.
Los Lovera denunciaron «la falta de respeto» de parte del arrendatario del campo, y su hijo. «Nos dijeron que teníamos que irnos a vivir a otra parte. Es un hombre que no recapacita y no se conmueve al pedido que le hacemos», lamentaron ante Elonce TV.
El comunicado de Era Verde sobre el fallecimiento de Justo Bernardo Lovera
La triste noticia la dio a conocer Asamblea por el Ambiente y la Salud de la Cuenca de Arroyo Las Conchas. Murió Justo Bernardo Lovera, de 84 años, luego de padecer por mucho tiempo la angustia de estar amenazado por las fumigaciones de su vecino, que no dejaban de afectarlo en su salud y la de su familia.
En el invierno de 2019 y luego que don Justo Bernardo, harto de los reclamos sin eco por las pulverizaciones que lo afectaban, se plantó en un camino en común y quiso impedir el paso de la máquina fumigadora.
La medida extrema, contó la familia a ERA Verde, la tomó luego de un diálogo en punto muerto con Daniel Colignon, quien arrienda el terreno propiedad de Héctor Gallizzi e hijos y donde se realizan las acciones que afectan a los Lovera.
Don Justo Bernardo, junto con su esposa Marta Isabel Tossolini; su hijo Carlos Bernardo Lovera y su nuera, Myriam Raquel Álvarez, no tuvieron otra opción que guarecerse en la casa. Una vez caída la noche de ese frío 5 de julio de 2019, doña Marta Isabel ya no daba más de la reacción alérgica que le produjo el pestilente veneno que aún permanecía en el aire.
Se le cerró el pecho, se le secó la garganta, su rostro y extremidades comenzaron a inflamarse y de forma urgente se tuvieron que dirigir al Centro de Salud de Sauce Montrull para que pudieran atender a la mujer. Por este episodio fue que intervino la Asamblea por el Ambiente y la Salud de la Cuenca de Arroyo Las Conchas, y el caso de este matrimonio de ancianos seriamente comprometido en su salud por los agrotóxicos tomó dimensión pública.
El 4 de octubre pasado, a la tardecita, volvieron a fumigar “muy fuerte”, calle por medio, frente a la casa de los Lovera. “Con sus pulmones deteriorados y físicamente imposibilitado”, al otro día fue trasladado al Hospital “Dr. José María Miranda”, de Cerrito, contó un familiar.
Finalmente, el miércoles 6 de octubre, don Justo Bernardo falleció por una disfunción producto de una fibrosis pulmonar. “Él era sano, nunca fumó en su vida”, comentaron, vinculando las causas directas de su fallecimiento con la exposición a sustancias nocivas.