Exportación: este año llega la revancha del novillo pesado luego de que se pinchara el auge de precios de la vaca gorda

Nuevas condiciones en el mercado de hacienda.

El 2019 fue claramente el año de la vaca gorda debido a la fenomenal demanda que registró esa categoría a causa de la explosión de las importaciones chinas. Pero 2020 parece ser el año de la revancha europea.

Hacia fines del año pasado el auge de las compras chinas implosionó a partir de la intervención de mercado instrumentada por el gobierno central chino. La demanda europea, si bien no muestra señales de crecimiento, constituye el mercado tradicional histórico del novillo pesado argentino.

Por otra parte, luego de la introducción –a mediados de diciembre pasado– de un derecho de exportación del 9,0% sobre las ventas externas de carne bovina, los cortes enfriados destinados a la Unión Europa son, en términos relativos, mucho más competitivos que los trozos congelados de valor medio a bajo exportados a China.

En ese marco, mientras que los precios de las vacas gordas permanecen planchados en las últimas semanas, los valores del novillo pesado mestizo –categoría demandada por la UE– subieron más de un 15% desde el piso de fines de octubre de 2019, según datos publicados por la Asociación de Productores Exportadores Argentinos (Apea).

Adicionalmente, el reordenamiento del registro de campos ganaderos habilitados para proveer novillos pesados con destino a cuota Hilton –que comenzará a regir en marzo próximo a partir de lo dispuesto por la resolución 1578/19 del Senasa– está impulsando la demanda de esa categoría ante la perspectiva de una eventual restricción de oferta en el transcurso de 2020.

En lo que respecta a la Argentina, el Reglamento 593/13 de la Comisión Europea establece que el cupo Hilton debe estar integrado por “cortes seleccionados de carne de vacuno procedentes de novillos, novillitos o vaquillonas criados exclusivamente en pastos desde su destete”. Las autoridades sanitarias permiten la ingesta de grano mientras que la misma no se haga en confinamiento; es decir, el animal debe recibir el alimento a campo (a lo sumo en bateas, pero siempre en el campo).

Debido a los cambios productivos ocurridos en la última década, se estima que al cierre de la reinscripción en el registro de proveedores de hacienda Hilton –que ocurrirá a fines de febrero próximo– la cantidad de empresas ganaderas habilitadas será mucho menor que la presente hasta el año pasado.