La avícola Noelma, una empresa histórica radicada en Villa Elisa, Entre Ríos, está a la espera de la aprobación del crédito que el Gobierno lanzó hace algunas semanas con el objetivo de incentivar las diferentes producciones de carnes. Es una línea que surgió luego de que se decidiera el cepo a las exportaciones de carne vacuna y de que los funcionarios se anoticiaran de que en la Argentina la oferta de carnes rojas está estancada desde hace por lo menos 40 años, mientras que la de carne aviar se ha multiplicado.
Según Néstor Eggs, el presidente de esta empresa que además hace agricultura y ganadería, y que da trabajo en forma directa a nada menos que a 1.300 personas ya hicieron la presentación ante la Sepyme (Subsecretaría de la Pequeña y Mediana Empresa) y ante el Banco Nación, por lo que espera una pronta resolución del trámite: “Estamos ahí, momento a momento, creemos que sea va a resolver muy pronto, para octubre o antes quizás”, afirmó a Bichos de Campo.
Se trata de una línea que ofrece créditos de entre 70 millones y 250 millones de pesos, que fue pensada para las firmas avícolas, aunque también hay otra para los granjeros integrados.
Eggs destacó los beneficios de este financiamiento: “Tiene un año de gracia y 6 para pagarlo, la tasa es del 30% con una bonificación de 8 puntos porcentuales, por lo que en definitiva es de 22%. Nosotros pedimos 250 millones. Esperamos el desembolso, creemos que va a llegar a buen puerto”.
Luego explicó qué destino piensan darle a ese dinero en Noelma. “El crédito es básicamente para la planta de procesamiento, para incrementar la variedad de productos y desarrollar otros con valor agregado. La idea es aumentar la producción para el año que viene un 10% y queremos llegar al 35% (de incremento) en 2025”.
Eggs señaló que utilizará el crédito también para modernizar la planta y cumplir con las exigencias que piden los diferentes clientes en los mercados internacionales.
En los últimos meses la exportación de pollos se complicó, sobre todo por el atraso cambiario. En el caso del sector avícola este deterioro de la competitividad se profundiza más por la aplicación de derechos de exportación del 9%, a lo que se agregaron los incrementos de costos en la logística derivados del faltante de contenedores.
El empresario cree que, a pesar de esto y como sea, hay que cumplir con los compradores en los diferentes mercados.
“Hubo problemas para exportar, pero no podemos decir que no, tenemos que adecuarnos a lo que sea. Si usted hace un cliente en el mundo, tiene que atenderlo. Si no más vale no vaya nunca. Yo no haría un pollo si no pudiera exportar. El mundo nos permite controlar o nivelar la oferta, y nos abre puertas”, explicó Eggs.
Este año la caída las exportaciones promedia un 7%, según las estadísticas del Centro de Empresas Exportadoras Avícolas (CEPA), lo que obligó a las empresas a achicar la producción para no saturar un mercado interno que ya dispone de ofertar para alcanzar un consumo de 48 kilos por habitante al año al año, un nivel semejante al de la carne vacuna.